‘Catch and detain’: obstáculos para la orden de Trump

Acuerdos legales, órdenes judiciales y límites en la capacidad de detención son algunas de las razones por las cuales no será tan fácil implementar la medida dictada por la Casa Blanca

El gobierno del Presidente Donald Trump enfrenta algunos obstáculos a la hora de implementar lo que han dado en llamar “catch and detain“, en español, “atrapar y detener” a migrantes que cruzan la frontera o llegan a ella y expresan un temor de regresar a sus países de origen.

La Casa Blanca anunció el viernes que busca acabar con lo que llama la “peligrosa” práctica del “catch and release” y cambiarla por algo que llamaron “catch and detain”, cuando los migrantes llegan a la frontera de Estados Unidos.

Pero hay razones por las cuales, para hacerlo, el memorando de implementación dio a varios departamentos federales entre 45 y 75 días para presentar “reportes” que expliquen cómo implementar semejante plan.

No será tan fácil como parece para el gobierno de Donald Trump detener a cada migrante que llega a la frontera, en particular cuando la mayoría son menores de edad o familias centroamericanas y hay leyes y acuerdos judiciales existentes que regulan lo que el gobierno puede hacer con ellos.

Otro problema es la capacidad de detención del gobierno federal para estos migrantes, y bajo qué condiciones.

“Nada formal ha pasado todavía, ni pasará los primeros días”, dijo Joshua Breisblatt, analista del American Immigration Council. “Lo más inmediato que podríamos ver es la iniciativa de agentes de ICE o CBP arrestando a más personas por un mayor período de tiempo“.

Ahilan Arulanantham, director legal de la ACLU del sur de California, dijo que el gobierno puede tomar algunas medidas administrativas que le ayudarán a “reducir las fianzas”.

“Dos medidas que se están considerando es la eliminación de un memorando previo sobre el trato a los migrantes que solicitan entrada al país y una decisión de la Junta de Apelaciones de Inmigración (Matter of X-K-) que garantiza audiencias de fianza para personas arrestadas tras entrar al país”, dijo Arulanantham. “Ambos están siendo contemplados. Otras medidas serán más difíciles pero en resumen se trata de dificultar las fianzas”.

Cuando Obama implementó “detención obligada” a familias

Para entender lo que puede ocurrir ahora que el gobierno de Donald Trump anunció la intención de acabar con el “catch and release” y detener -quizá indefinidamente- a todos los que cruzan la frontera,  hay que volver en el tiempo al año 2014, cuando Barack Obama era presidente.

Un súbito aumento en la migración de menores no acompañados y madres con niños causó gran controversia, y la administración Obama decidió detener a todos los que llegaban, negándoles libertad bajo fianza.

Pronto surgieron fotos de niños hacinados en las “hieleras” de la Patrulla Fronteriza y aunque inicialmente lo negaron, eventualmente el gobierno aceptó que la idea de detener a la mayor cantidad posible de familias tenía la intención de “disuadir” a otros futuros migrantes.

Pero el gobierno de Obama confrontó otros límites, incluyendo el acuerdo Flores, que data de 1997 y una demanda de la Unión de Libertades Civiles en 2015, que tras conseguir con éxito una orden judicial para suspender la práctica, fue suspendida temporalmente cuando Obama decidió cambiarla.

En mayo de 2015, el gobierno de Barack Obama decidió dejar de detener a todas las familias migrantes sobre la base de la “disuasión” para otros migrantes y la ACLU suspendió su demanda, pero no la anuló.

Por su parte, la detención de niños migrantes está regulada y severamente limitada por el acuerdo Flores, que data de 1997 y que según su abogado principal, Peter Schey, hasta ahora no ha sido desafiado legalmente por el gobierno de Trump.

“Si el presidente Trump piensa que Flores es un obstáculo para aplicar sus políticas racistas a los niños inmigrantes, debería ordenarle a sus abogados que presenten una moción en el tribunal para anular el acuerdo. Eso es lo que un presidente normal haría”, dijo Schey la pasada semana en una entrevista con La Opinión.

El espacio para detención es limitado

Actualmente, las familias que llegan buscando asilo generalmente son procesados y pasan por un centro de detención familiar, pero el espacio con el que cuenta el gobierno es limitado: apenas 3300 camas entre dos centros en Texas y uno en Pennsylvania.

El pasado año, más de 70,000 personas en grupos familiares -lo que en el habla burocrática de este gobierno llaman “unidades familiares”- fueron detenidas en la frontera estadounidense.

Adicionalmente, unos 41,000 niños solos hicieron el viaje, sin un miembro adulto de su familia consigo, aunque muchos tienen familiares que los esperan en Estados  Unidos.

Es por eso que el memo de Trump llama a identificar espacios adicionales de detención para estos migrantes, incluso en instalaciones militares, lo que ya ocurrió también en el 2014 bajo el gobierno de Obama, aunque en forma temporal.

No obstante, la expansión del gasto en centros de detención también sería un tema peliagudo, ya que el propio Congreso, en su reciente ley de gastos de 2018, incluyó numerosos requisitos y monitoreo al Departamento de Seguridad Nacional respecto a la expansión de centros de detención. 

El Congreso reprendió a DHS en su último informe general de gastos por una “falta de disciplina fiscal y una gestión cabal de los fondos para las operaciones de detención. “En consecuencia, espero que miembros del congreso intervengan si la Casa Blanca propone otra expansión acelerada en gastos de detención o planea apoyarse en el presupuesto de defensa”, dijo Tom Jawetz, del Centro para el Progreso Americano.

Límites a la detención y máximo de 20 días para familias

En octubre de 2015, la jueza Dolly Gee de Los Ángeles dictaminó que ninguna familia con niños menores puede estar detenida durante más de 20 días en ninguna clase de centro de detención y que hacerlo viola el acuerdo en el caso Flores.

A partir de los 20 días, el gobierno está usando “alternativas” a la detención -como los brazaletes electrónicos- para los adultos de la familia y para mantener el control sobre estos inmigrantes mientras su caso es considerado por las cortes.

Entretanto, la detención familiar continúa y recientes reportes indican que algunas familias están siendo separadas para mandar a los adultos a centros de detención para hombres y mujeres y a los niños, entregarlos como menores no acompañados a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados.

Esto, dijo Breisblatt, podría suceder mucho más a menudo a raíz de la orden de Trump del pasado viernes.

El National Immigration Justice Center dijo que la decisión de Trump podría “institucionalizar una cultura de crueldad” al mandar la detención indefinida de personas que piden asilo durante todo el tiempo que dura sus casos, lo cual puede tomar meses o años.

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