Cirugía de cataratas: 6 cosas que debes saber y que quizá el doctor no te ha dicho
Antes de operarte las cataratas, lee esto
La cirugía de cataratas es cada vez más practicada en los centros hospitalarios. Se realiza con anestesia local y tiene un alto grado de éxito con relativamente pocos riesgos. Sin embargo, sigue siendo un procedimiento donde pones tus ojos -nada más y nada menos- en manos del equipo médico.
De acuerdo con un reporte de la Harvard Medical School, estos son 6 factores que debes considerar si estás pensando en practicarte una cirugía para remover cataratas:
1, Asegúrate de que es una catarata. En general, las cataratas son resultado del proceso de envejecimiento, pero como los primeros síntomas a menudo pueden corregirse con anteojos, muchas personas esperan para acudir al médico hasta que su visión está afectada notablemente. Una catarata es la pérdida de transparencia e incluso el engrosamiento del cristalino, que es el lente natural del ojo, lo que dificulta la visión de lejos (miopía), empeora la vista nocturna y hace que los colores luzcan más pálidos, así que cualquier cambio en tu visión amerita la visita a un especialista.
Si tienes más de 40 y menos de 65, deberías practicarte un examen de la vista cada 2 años para detectar no sólo cataratas, sino otras enfermedades preocupantes como glaucoma o degeneración de la retina; si tienes más de 65, el examen debe ser anual.
2. Cuándo es un buen momento para la operación. “No hay prisa para someterse a una cirugía de cataratas. No es una situación que ponga en peligro la vida”, señala la doctora Laura Fine, oftalmóloga del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard. Esa decisión debe tomarse conforme la catarata afecte tu visión y tu vida diaria, así que puedes retrasarla un poco, pero lo mejor es no esperar hasta que no puedas ver el siguiente peldaño en la escalera o no puedas conducir. Si tienes cataratas en ambos ojos, lo más seguro es que primero te operen el ojo más afectado y dejen el otro para un mes después, cuando la visión del ojo operado se estabilice. De esta manera se evitan problemas como la visión doble.
3. El lente que te conviene más. Según la doctora Fine, un lente monofocal es la mejor opción para la mayoría de las personas, pues proporciona mayor contraste, mismo que va disminuyendo con los años; la desventaja es que lo más seguro es que todavía necesites anteojos para leer o para ver a distancia. En cambio, si eliges un lente multifocal, toma en cuenta que, aunque dejarás de usar lentes, la claridad visual es menor, pero es muy funcional si tus actividades te demandan ver mejor de cerca que de lejos.
4. Lo que ocurre durante la cirugía. Gracias a la tecnología actual, la cirugía debe durar unos 15 minutos por ojo. El procedimiento más común es la facoemulsificación, conocida también como faco. Consiste en introducir en el ojo un facoemulsificador, que es una sonda que parece una aguja. A través de este instrumento, el doctor dirige ondas de sonido de alta frecuencia que rompen el cristalino en pedazos muy pequeños, que después son succionados por la misma sonda; la membrana que rodea al lente queda intacta, pues soportará el implante artificial.
Posteriormente el doctor hace un corte de aproximadamente 3 milímetros (la octava parte de una pulgada) a un lado de la córnea, por donde la misma sonda colocará el lente artificial, doblado, en tu ojo. Una vez adentro, el lente se desdobla y permanece en su sitio gracias a unos soportes llamados hápticos. El último paso es cerrar el corte. De acuerdo con la Harvard Medical School, el 98% de las cirugías practicadas por médicos profesionales son exitosas y no presentan complicaciones.
5. ¿Y después de la cirugía? El efecto de la anestesia pasará una hora después de la cirugía, más o menos. Saldrás del centro hospitalario con el ojo cubierto, por lo que necesitarás ayuda para ir a casa. Una vez en tu hogar lo que más debes cuidar es evitar una infección en el ojo intervenido, para lo que usarás gotas prescritas por el médico y, aunque puedes hacer tu vida prácticamente normal -podrás leer y ver televisión unas 24 horas después-, debes evitar levantar peso, correr, brincar o hacer movimientos bruscos que puedan sacudir el implante. Tú médico querrá revisarte varias veces después de la cirugía.
6. El mejor especialista es... Como muchas cosas en la vida, esto es cuestión de práctica. El mejor cirujano será quien tenga más experiencia colocando estos implantes, especialmente si vas a elegir un lente de última tecnología para tus ojos. La Harvard Medical School hace hincapié en que entre más nuevo o especial sea el lente, es mayor la probabilidad de que el médico haya implantado pocos de su tipo.