Charlie Sheen revela sórdidos detalles de sus fiestas más salvajes
Sexo, alcohol y drogas, eran la regla
A lo largo de estas dos últimas décadas, el actor Charlie Sheen se ha venido erigiendo como uno de los arquetipos más certeros de los peligros potenciales que entraña una exitosa carrera en la industria de Hollywood, ya que en ningún momento le ha temblado el pulso a la hora de expresarse abiertamente sobre su adicción al alcohol y a las drogas, o a su tendencia a verse rodeado de prostitutas en las salvajes fiestas que solía organizar en su casa.
No obstante, el que fuera protagonista de la sitcom ‘Two and a Half Men’ ha preferido dedicar su última intervención radiofónica a rememorar los desenlaces de algunas de las noches más caóticas y descontroladas de las que fuera anfitrión, en las que no tenía más remedio que ejercer de improvisado paramédico para asegurarse de que ninguno de sus invitados perdía la vida por culpa de los excesos.
“Siempre era yo el que tenía que pasarse por todas las habitaciones para comprobar que aquellos que se habían quedado dormidos, esos que decían que se iban a echar una siesta o a descansar la vista, seguían efectivamente con vida”, ha desvelado el controvertido y políticamente incorrecto intérprete en conversación con la emisora KIIS.
“No me puedo ir a dormir si hay gente en mi casa que se tambalea y parece que está agonizando”, ha sentenciado con sentido del humor.
Otro de los finales más memorables que ha experimentado Charlie en sus impredecibles reuniones de amigos, como se ha visto obligado a reconocer durante la entrevista, lo protagonizó él mismo cuando, en una ocasión, tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital por culpa de una hernia que parecía ser el resultado de 36 horas de fiesta ininterrumpida.
“Sí, es absolutamente cierto. Ocurrió de verdad”, ha reconocido sin querer entrar en detalles sobre tan desconcertante anécdota.