Juez Kavanaugh asegura que “nadie está por encima de la ley” y defiende independencia jurídica

En el segundo día de audiencias de confirmación, Kavanaugh evadió agudas preguntas de los demócratas

WASHINGTON— El juez conservador Brett Kavanaugh defendió este miércoles su independencia jurídica y aseguró que “nadie está por encima de la ley”, pero evadió preguntas “hipotéticas” sobre los poderes ejecutivos, mientras decenas de manifestantes interrumpieron el proceso por segundo día consecutivo para impedir su pase al Tribunal Supremo.

Fue la primera vez desde que fue nombrado por el presidente Donald Trump el pasado 9 de julio que Kavanaugh, de 53 años, respondió ante el Comité Judicial del Senado sobre asuntos como el derecho al aborto, el control de las armas, la tortura, y los poderes ejecutivos.

El proceso ha seguido un guión partidista: por un lado, los senadores republicanos y grupos conservadores elogian sus cualidades como juez y, por otro, los demócratas y grupos progresistas advierten de que Kavanaugh podría revertir los derechos de las minorías, las mujeres y los inmigrantes.

Kavanaugh explicó que, como juez, su papel es interpretar la Constitución y los estatutos establecidos por el Congreso, “no hacer lo que yo quiero”,  y señaló que en sus 12 años de carrera ha trabajado en equipo, porque los dictámenes no se realizan en solitario.

“Nadie está por encima de la ley en nuestro sistema constitucional”, afirmó Kavanaugh, al precisar que los jueces tienen la obligación de trabajar libres de presiones políticas.

Kavanaugh defendió su independencia jurídica y dijo que “nadie está por encima de la ley”. / Foto: María Peña

Ante preguntas de la senadora demócrata por California, Dianne Feinstein,  Kavanaugh repitió varias veces que el derecho al aborto “es un importante precedente que ha sido reafirmado muchas veces” en el Tribunal Supremo en los últimos 45 años.  Kavanaugh dijo comprender que el asunto despierta pasiones, pero no quiso precisar si revertiría el dictamen que legalizó el aborto en 1973.

Por otra parte,  Kavanaugh ha dicho en el pasado que un presidente en funciones no puede ser enjuiciado ni debe estar sujeto a investigaciones criminales.

Sin embargo, se negó a contestar una “pregunta hipotética” sobre si el presidente de turno tiene que obedecer una citación judicial.  Feinstein hizo alusión a la posibilidad de que Trump tenga que dar testimonio en la investigación del FBI sobre la trama rusa.

Kavanaugh se negó a comentar sobre casos que eventualmente podrían llegar ante el Tribunal Supremo, aplicando lo que se conoce desde 1993 como “la norma Ginsburg”.

“Todos los nominados (ahora) en el Tribunal Supremo, todos los jueces, han dejado en claro varias cosas. Primero que todo, no pueden discutir casos o asuntos que puedan llegar al Tribunal Supremo. Como dijo la jueza (Ruth Bader) Ginsburg, ´cero pistas, cero pronósticos, cero anticipos”, señaló.

Sobre los tiroteos escolares con armas de asalto, Kavanaugh dijo que si bien la violencia escolar merece respuesta, su labor es respetar la interpretación del máximo tribunal del país a la tenencia de las armas consagrada en la Segunda Enmienda.

A una pregunta del senador republicano de Utah, Orrin Hatch, sobre si le debe lealtad a Trump por su nombramiento, Kavanaugh fue contundente: “si me confirman, le debo mi lealtad a la Constitución”.

Kavanaugh tampoco contestó la “pregunta hipotética” del senador demócrata por Vermont, Patrick Leahy, sobre si Trump tiene “derecho absoluto” a emitir un perdón presidencial para sí mismo

Durante un intercambio con el senador republicano, Lindsey Graham, Kavanaugh dijo estar consciente del escepticismo en torno a su confirmación, y que entiende el impacto de los dictámenes judiciales en la gente de a pie.

A lo largo de su carrera de 12 años como juez federal en el Circuito de Apelaciones de la capital, Kavanaugh ha emitido poco más de 300 dictámenes, pero los demócratas aseguran que éste carece de independencia jurídica y sólo sería un sello más a favor de la agenda conservadora de Trump.

Otro día de caóticas protestas

Tan sólo en la primera media hora de la audiencia, 27 manifestantes, en su mayoría mujeres, fueron desalojadas del salón en el edificio Hart del Senado y arrestados, después de gritar consignas contra Kavanaugh, llamándolo “títere de Trump”.

Los arrestos continuaron a lo largo de la audiencia, interrumpida cada vez que un manifestante, en aparente coordinación con los demás, gritaba consignas sobre asuntos específicos del quehacer nacional y exigía un rechazo a Kavanaugh.  En la de ayer, 70 fueron arrestados.

Más de una decena de activistas del grupo “Demand Justice” volvieron a apostarse afuera del salón, vestidas de rojo y gorro blanco, representando a las mujeres oprimidas de la distópica novela y serie televisiva “Handmaid´s Tale”.

Una de ellas, que sólo se identificó como “Margaret”,  dijo temer que Kavanaugh pondrá en peligro los derechos reproductivos de las mujeres.

Mientras, la presidenta del Caucus Hispano en el Congreso (CHC), Michelle Luján Grisham, dijo a este diario que “hay mucho en juego” con la confirmación de Kavanaugh, en particular el acceso a cuidado de salud asequible bajo “Obamacare”, que ha ayudado a mujeres y minorías.

Luján Grisham puso en duda que Kavanaugh pueda actuar con independencia jurídica, como aseguró hoy repetidas veces.

Tom Sáenz, presidente de MALDEF, no estuvo en la audiencia pero dejó en claro que su grupo se opone a Kavanaugh, primero por el proceso truncado que no permitió una exhaustiva revisión de su expediente judicial, y también porque el nombramiento del juez ha estado “teñido por la retórica y acciones anti-latinas” de Trump.

“Debemos reconocer que cualquier presidente buscará nominados que reflejen su forma de pensar. Cuando eso incluye un prejuicio abierto contra grupos particulares, los nombramientos deben afrontar un mayor y agudo escrutinio”, dijo Sáenz, al señalar que Kavanaugh no parece tener un buen entendimiento de “las preocupaciones legales y experiencias históricas” de la comunidad latina.

Los partidarios de Kavanaugh

Trump elogió a Kavanaugh como un hombre con un “intelecto sobresaliente” y dijo estar “contento” con las audiencias, donde escuchó “algunas increíbles respuestas a preguntas muy complejas”

“Es un juez sobresaliente. Nació para el cargo… me honra que le dí la oportunidad” de llegar hasta el Tribunal Supremo, dijo el mandatario.

Senadores y grupos conservadores emitieron sendos comunicados y mensajes en las redes sociales para defender la trayectoria de Kavanaugh.

El exfiscal del distrito sur de Florida, Kendall Coffey (1993-1996), afirmó que Kavanaugh “es absolutamente una mente legal brillante, y uno de los mejores ensayistas legales en EEUU hoy en día…  de una u otra manera, él tendrá un gran impacto en el Tribunal Supremo”.

Afuera del edificio, un pequeño grupo de partidarios de Kavanaugh protagonizó un enfrentamiento con un activista que los acusaba de racismo.

Kavanaugh es el segundo juez conservador nominado por Trump para un puesto vitalicio, después de la férrea lucha que suscitó la confirmación de Neil Gorsuch el año pasado.

De ser confirmado por el Senado -cosa que es más que probable porque solo hay once indecisos y los republicanos controlan la Cámara Alta-,  Kavanaugh reemplazará al juez Anthony Kennedy, quien se jubiló el mes pasado.

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