La “green card” o “visa del soplón” que esperan obtener exsocios de “El Chapo” por su colaboración
Parece fácil, pero es casi imposible obtener la Visa No Inmigrante S o Tarjeta Verde para Informante
El estatus judicial de Jorge Cifuentes, un exnarco colombiano que testificó contra su antiguo socio Joaquín “El Chapo” Guzmán, trajo a la discusión pública la posibilidad de que tanto él como otros colabores del Gobierno de Estados Unidos en el caso contra el presunto exlíder del cartel de Sinaloa puedan ser beneficiarios de la Visa S No inmigrante.
En cuanto a Cifuentes, parte del acuerdo de cooperación bajo el que se declaró culpable de tráfico de drogas y lavado de dinero, establece que no podrá ser acusado nunca más por crímenes pasados.
Pero la mayor apuesta de Cifuentes está en la posibilidad de obtener la citada tarjeta verde que se le concede a algunos informantes o testigos del Gobierno. Conocida como Visa No Inmigrante S o Tarjeta Verde para Informante, el documento se le otorga a ciertos individuos que han colaborado con una agencia del orden público como testigo o informante en un caso. Sólo una agencia federal o estatal del orden público o una de las Oficinas de los Fiscales Federales de los Estados Unidos puede enviar dicha solicitud.
Sin embargo, el exsocio de El Chapo es realista y está claro en las dificultades de obtener dicho beneficio.
“Yo les pedí a ellos el favor de ayudarme a traer mi familia a Estados Unidos”, indicó la semana pasada el colombiano como parte de sus declaraciones en el juicio contra Guzmán. “Yo realmente no tengo mucha esperanza de que ellos lo hagan (el Gobierno)”.
Abogados especializados en Inmigración consultados por Los Angeles Times coinciden en que la posibilidad de obtener ese “premio” es casi imposible y que la palabra de las autoridades se queda en eso.
“Todo el mundo sabe sobre las visas, todo el mundo ha escuchado sobre éstas, pero nadie ha visto nunca una”, dijo al referido medio Ahmed Hassan, abogado de Washington que ha representado a varios de estos solicitantes que no han logrado obtenerla.
“Yo pienso en la visa S como una visa de soplón”, dijo, por su parte, la abogada de Georgia Tracie Klinke. “Si un cliente se le pidió que cooperara, nosotros siempre queremos tener un plan B, porque el plan A, la visa S, probablemente no saldrá bien”, sostuvo la letrada. .”
Solo 250 de estas visas están disponibles anualmente, pero nada más unas pocas son distribuidas. Las autoridades no precisaron al medio el número de concesiones.
Es el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en conjunto con su división investigativa y el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) los que toman la decisión al respecto.
Representantes legales cuyos clientes han obtenido dichas tarjetas de residencia concuerdan en que usualmente se le otorga a los criminales más grandes, porque son los que pueden guiar a los investigadores y fiscales a los blancos más poderosos.
Un ejemplo
Un caso que resonó a nivel mediático sobre la negativa de las autoridades en otorgarle la visa a un potencial recipiente fue el de Ernesto Gambia, residente en Seattle, Washington.
Gamboa sirvió de informante secreto de los agentes del Departamento de Seguridad Nacional y de la Agencia Federal Anti-Drogas (DEA) por más de 14 años.
La colaboración del convicto por delitos de drogas le facilitó la salida a su país para ver a su familia y el ingreso económico por los operativos en los que participaba como encubierto.
Sin embargo, cuando el centroamericano insistió en la visa, le ponían obstáculos. En un punto, quiso viajar, en el 2009, a Miami, Florida, para unos trabajos mecánicos con un amigo y prometió regresar. Un oficial de ICE le dijo que no podía irse, pero aún así, el hispano optó por interrumpir su colaboración en una asignación anti-drogas. Cuando regresó, lo arrestaron. Estuvo preso por 46 días en un centro de detención para inmigrantes en proceso de deportación hasta que fue liberado sin que se le otorgara el tan prometido “premio”.