Una mafia compleja permite a pandilleros MS-13 deportados regresar a EEUU
Tentáculos dentro y fuera del país y lagunas legales facilitan reincidir en la violencia
William Umberto Martínez Chávez fue expulsado del país por primera vez en 2017 por un apuñalamiento fatal del año 2000, pero fue encontrado en Huntington (Long Island, NY) el martes pasado y arrestado por agentes de Inmigración y Aduanas (ICE).
¿Cómo es eso posible en un país donde se supone hay estrictos controles fronterizos?
En 2018, los agentes de ICE arrestaron a más de 10 mil miembros de pandillas, tanto por delitos penales como administrativos en todo EEUU, incluyendo a más de 2 mil miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13).
Los pandilleros que son deportados del país y regresan, normalmente lo hacen con la ayuda de otros miembros que aún se encuentran en EEUU, dijeron fuentes de la ley a New York Post.
Lo primero es informar a los líderes del grupo en su país de origen y mostrar algunas pruebas de la deportación.
Aquellos que desean regresar a EEUU luego suelen contar con la ayuda de sus colegas aquí, quienes colaborarán y reunirán el dinero necesario para pagar a un “coyote” fronterizo.
Es sorprendentemente fácil para un pandillero ingresar a Estados Unidos, señaló una fuente federal.
Incluso una persona con un símbolo de la MS-13 tatuado en su rostro aún podría permitírsele quedarse en el país para audiencias de inmigración si solicitó asilo o fue arrestado ilegalmente al cruzar la frontera.
Martínez Chávez tiene tatuajes de MS-13 tanto en el pecho como en el estómago, aunque afirma que sólo se unió a la pandilla en la cárcel por protección, según Newsday.
El liderazgo de MS-13 está basado en El Salvador y Honduras, pero tienen miles de miembros en Estados Unidos.
El FBI estima que hay más de 10 mil pandilleros MS-13 en todo el país, con al menos mil en Long Island, donde se le atribuyen al menos 25 asesinatos en los últimos años. El grupo está asociado con reclutar jóvenes, mayormente de origen latino.
El grupo, cuyo lema es “asesinato, violación, control”, ha sido durante mucho tiempo un bastión en el extremo oriental de Long Island y recientemente se desplazó más hacia el oeste en el condado Nassau, donde las autoridades dicen que sus miembros están detrás de una serie de asesinatos recientes.
Al visitar la zona en mayo pasado, el mandatario Donald Trump se dijo dispuesto a reducir la ayuda a los países que no impiden la migración de integrantes de MS-13 y confió en que su gobierno erradicará la violencia de esa banda internacional.