Trump propinará nuevo golpe al medio ambiente con cambio a reglas del gas metano
Alertan de medida que complicaría la lucha contra el cambio climático
En otra medida en contra de la lucha contra el cambio climático, el gobierno del presidente Donald Trump anunció que planea aflojar las reglas federales sobre el gas metano, el cual está vinculado al efecto invernadero.
La Agencia de Protección Ambiental revertiría los estándares promulgados bajo el presidente Barack Obama que requerían que los operadores de petróleo y gas evitaran la liberación de metano en nuevos pozos de perforación, tuberías e instalaciones de almacenamiento.
También cuestiona la noción de que el Gobierno federal tiene la autoridad para regular el metano sin primero hacer una determinación detallada de qué califica como contaminante bajo la Ley de Aire Limpio.
De lograr su cometido, ese cambio podría obstaculizar la capacidad de las futuras administraciones para promulgar restricciones más estrictas sobre ese gas.
La Administración Trump ya ha tomado varias medidas para limitar la capacidad del gobierno de regular otros gases de efecto invernadero en el futuro, incluida una regla recientemente finalizada que limita las emisiones de dióxido de carbono de las centrales eléctricas.
“La propuesta de la EPA cumple con la orden ejecutiva del presidente Trump y elimina las cargas regulatorias innecesarias y duplicadas de la industria del petróleo y el gas”, dijo el administrador Andrew Wheeler, en un comunicado. “La administración Trump reconoce que el metano es valioso y la industria tiene un incentivo para minimizar las fugas y maximizar su uso”.
El líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, criticó la decisión y alertó de sus consecuencias.
“Esta regla ilógica y devastadora para debilitar una de las regulaciones más importantes para abordar las emisiones de gases de efecto invernadero sería una daga en el corazón de los esfuerzos para preservar el planeta”, consideró. “La reversión propuesta por la administración Trump de estas regulaciones, que las compañías de petróleo y gas realmente apoyan, sería otro golpe horrible para nuestro entorno ya en peligro”.