Cómo funciona la co-compra, la forma en la que muchos millennials pueden adquirir una casa
Los copropietarios deben tener claras las reglas desde antes de comprar
La falta de asequibilidad de las casas con precios inalcanzables para muchos estadounidenses, aunado con los altos costos de vida y la carga de la deuda estudiantil, provoca que muchos millennials y compradores en general con problemas de liquidez que no pueden comprar un patrimonio por sí mismos, opten por una opción poco convencional.
Ante esta situación, algunos han encontrado una solución a la crisis de la asequibilidad de la vivienda: agruparse y, con ello, recabar los recursos individuales en un conjunto para obtener los pagos iniciales y los costos de cierre que hacen realidad la propiedad de la vivienda.
Alrededor del 4% de los compradores primerizos compraron casas con compañeros desde julio de 2018 hasta junio de 2019, según datos de la Asociación Nacional de Agentes de Bienes Raíces. Y aunque esa cifra no parezca mucho, es el doble del porcentaje de esos mismos compradores en el período anterior de 12 meses.
Con los precios promedio de las viviendas que superan los $300,000 a nivel nacional, que varias personas se agrupen se refleja en que pueden calificar para hipotecas más grandes para cubrir casas más grandes en áreas más deseables, al tiempo que comparten gastos continuos como impuestos a la propiedad y reparaciones.
Es el caso de Kelsey Perkins, presentado por Realtor. Perkins es una madre soltera de dos hijos que pudo comprar una casa de cinco dormitorios el año pasado en un suburbio de Denver, Colorado, uno de los mercados inmobiliarios más caros del país. Sin un trabajo corporativo bien remunerado, muchos ahorros o incluso la ayuda de sus padres, pudo adquirir la vivienda de $ 470,000 al lado de otra madre soltera y un músico.
Los tres firmaron juntos la línea de puntos para poder acceder al crédito hipotecario necesario. Ahora viven en una casa que todos poseen y comparten, donde cada quién paga poco menos de $900 al mes para cubrir la hipoteca. Además los otros gastos y servicios públicos los dividen por separado.
Esta situación ha dado lugar a un aumento en las organizaciones que ayudan a las personas a resolver acuerdos de compradores múltiples, y a programas innovadores que ofrecen fondos de pago inicial a los compradores de viviendas a cambio de una participación en el valor neto de la vivienda.
La dinámica de este estilo es similar a como si fueran compañeros de alquiler de una propiedad que al final del día va a ser de todos, por lo que la convivencia y las reglas son importantes para una estancia sana entre todos.
Pero esto debe ejemplificarse desde el primer momento en la parte legal. Fannie Mae, por ejemplo, requiere que los copropietarios compren propiedades como copropietarios. De esa manera, si un propietario muere, su parte va a los otros propietarios y no a los herederos de la persona fallecida.
Convertir una copropiedad en una compañía de responsabilidad limitada (LLC) después del cierre puede proporcionar ciertas protecciones legales y beneficios fiscales. También puede permitir que la asociación cambie a medida que las personas entran y salen.
Es igual de importante que los co-compradores tengan un acuerdo legal integral que estipule las responsabilidades de cada persona, y estrategias claras de salida, de esta manera, nadie está encerrado si la gente no se lleva bien. Un copropietario puede desear mudarse con una pareja romántica o mudarse para un nuevo trabajo. Alternativamente, alguien puede incumplir los pagos y si eso afecta al grupo, lo mejor es ya no contar con esa persona.