Luchan por liberar a mujeres con cáncer vulnerables al COVID-19
La sobrepoblación es un factor que impide el distanciamiento social y hace que la pandemia se propague más fácilmente
Defensores de los detenidos en las prisiones estatales de California, hicieron un llamado al gobernador Gavin Newsom para que libere a las mujeres mayores de edad que luchan contra el cáncer, y a quienes el coronavirus las ha colocado en una situación de riesgo muy alta.
En especial, abogan por tres madres, dos de ellas latinas y una afroamericana encarceladas en la Prisión Estatal para Mujeres de Corona, California. En inglés, se le conoce como California Institution for Women
Se trata de Lucía Bravo de 82 años diagnosticada con leucemia; María Arredondo de 67 años quien recibe quimioterapia para el cáncer de seno en etapa dos; y Patricia Wright, de 68 años, ciega y con cáncer terminal.
“Yo solo anhelo que me permitan salir y morir con mi familia. Ojalá que así sea”, dijo María Arredondo en un vídeo grabado en la prisión de Corona y obtenido por la Coalición de Mujeres Prisioneras de California, en inglés California Coalition for Women Prisoners (CCWP).
“Las tres mujeres tienen sentencias de vida sin derecho a libertad condicional. Esto significa que no son elegibles para salir de la prisión. Su única esperanza es una conmutación de sentencia por parte del gobernador de California”, dijo Laura Santos, paralegal y defensora de la CCWP.
María Núñez, hija de María Arredondo, dijo que su madre se encuentra muy enferma en la prisión para mujeres de Corona.
“Tiene cáncer en los dos senos. En diciembre le extirparon un seno, y ahora le están dando la quimioterapia, pero está muy malita, bien acabada. Con el coronavirus tenemos miedo de que se vaya a contagiar y se agrave”.
Suplicó al gobernador Newsom tener clemencia por su madre y darle una segunda oportunidad. “Tuvo un mal juicio, una mala defensa, y fue condenada a prisión de por vida sin merecerlo. Ya lleva 19 años detenida”.
Hizo ver que ella y sus hermanos se sienten impotentes y atados de manos, al ver como la vida de su madre se esfuma tras las rejas cuando ella no le quitó la vida a nadie. “Con la cuarentena tampoco nos permiten ir a visitarla”.
De acuerdo a la CCWP, la gente en prisión es una de las poblaciones más vulnerables al letal coronavirus.
Pero además, señalan que la sobrepoblación dentro de las prisiones es un factor que añade gravedad para todas las personas encarceladas.
Actualmente hay más de 30,000 personas mayores de 50 años encarceladas en los centros de detención del Departamento de Prisiones de California (CDCR).
“Muchos de estos adultos, el 37%, tiene al menos uno de los riesgos médicos que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EEUU dice que los ponen en peligro de adquirir de COVID-19”, dijo Laura.
Lucía Bravo ha estado encarcelada por 25 años. Tiene muchos problemas de salud asociados con su edad y está en una lucha desesperada contra la leucemia. Como resultado, su sistema inmune se encuentra comprometido, y es altamente susceptible al COVID-19.
Necesita urgentemente que su sentencia sea conmutada para que pueda recibir la atención médica y la nutrición que necesita. “Su familia puede cuidarla fuera de la prisión, y está deseosa de apoyarla en su lucha contra el cáncer”, afirmó Laura.
El 5 de mayo, varios congresistas como Alexandra Ocasio Cortez, Karen Bass, Barbara Lee y Cory Booker enviaron a cinco gobernadores del país, entre ellos al de California, una carta en la que les exigen usar su poder de clemencia para liberar de las cárceles a la gente mayor de 50 años y a personas con condiciones de salud para protegerlos de COVID-19.
“Como gobernadores ustedes tienen el poder de tomar pasos inmediatos para evitar una tragedia mayor en nuestros sistemas estatales de corrección”, dijeron en la carta.
Citaron un estudio reciente de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) que encontró que el fracaso para reducir la población podría agregar 100,000 muertes más en toda la nación, a la tasa de mortandad dentro y fuera de las cárceles.
“Como funcionarios electos, la salud y seguridad de nuestros representados son una prioridad máxima. No podemos escoger quienes merecen ser salvados, tenemos que ver por el bienestar de toda la gente que sea posible”, afirmaron en la misiva.
De las 122,000 personas que se encuentran en las prisiones de California, 30,000 son mayores de 50 años; y 5,600 tienen más de 65 años.
Laura comentó que el COVID-19 no crece, se transmite. “La razón por la que la gente en prisión tiene el virus es porque los trabajadores lo llevaron adentro sin saber. Debemos asegurar que todos los encarcelados, y quienes trabajan en las prisiones, cuenten con lo necesario para protegerse”.
Añadió que el virus se puede transmitir muy rápido en las prisiones porque la gente no puede distanciarse.
“Al dejar salir a los detenidos enfermos se puede poner en marcha la distancia social, y aseguramos que el virus no se multiplique”.
En el California Institution for Women donde está María Arredondo, hay cinco casos activos de COVID-19, pero se han presentado un total de seis.
Si quieres firmar la petición de clemencia para María Arredondo, visita: https://bit.ly/freemarianow. Para pedir clemencia por Lucía Bravo, acude al sitio: https://bit.ly/freelucia