Cómo enseñar a tu hijo a ser ordenado… y que lo ponga en práctica de inmediato

Nunca te has preguntado ¿cuándo vas a dejar de recoger el desastre que hace tu hijo cuando juega en cualquier rincón de la casa? Si quieres dejar de hacerlo, y estás decidida a actuar en favor del desarrollo de tu hijo y la sana convivencia familiar, entonces es recomendable que hoy mismo le enseñes a ser una persona ordenada.

Los buenos hábitos son eso que todos los padres quieren de sus hijos pero pocos de ellos se comprometen a que esto se vuelva realidad. Más que volver esta tarea como una obligación poco inspiradora, lo importante es lograr que tus pequeños desde temprana edad puedan tomar un rol en el hogar y enfrenten por igual todas las normas de convivencia que existen en el hogar.

La tarea de los padres es inculcar a los niños el hábito del orden porque es fundamental para alcanzar la autonomía en su vida adulta. A pesar de vivir en una sociedad que trata a los más pequeños como seres indefensos y necesitados de ayuda para todo, no se les puede negar el don de la independencia ni dejar de mostrarles lo capaces que son para desenvolverse en sus actividades diarias.

Enseñar a tu hijo a ser ordenado puede empezar con mencionarle que cada cosa en la casa tiene su sitio, que sus juguetes deben ocupar su lugar cuando no los necesitas y que cuando haya terminado de usarlos debe tener la costumbre de recogerlos. Trata de colocarlos en lugares accesibles para que esa ayuda no sea una situación complicada.

Eviten acumular cosas innecesarias o inservibles, y procura ser claro y preciso cuando quieres que ordene y limpie. Y por último un consejo sencillo, incentiva el orden de cada día para que no sienta que sus esfuerzos no son agradecidos.

Expertos consideran que mantener los espacios ordenados reporta beneficios a la salud de toda la familia. En un ambiente adecuado disminuirá tanto el estrés personal como el familiar, puesto que se reducirá considerablemente el tiempo que se dedicaba a buscar cualquier objeto, lo que es mejor, se evitarán confrontaciones propias del caos.

A nivel cognitivo el orden no sólo nos crea unas estructuras y unos patrones de tremenda utilidad en el futuro, sino que también ayuda a mejorar la memoria a largo plazo. Cuando estamos en un entorno desordenado, acabamos encontrando las cosas por simple probabilidad; en cambio, cuando tenemos un orden definido sabemos dónde acudir, puesto que hemos sido capaces de trasladar a nuestra memoria todos los espacios donde están los objetos que podemos necesitar.