Novia horrorizada al descubrir qué pasó con su anillo de boda horas antes de la ceremonia

La novia se enteró en plena boda de las diferencias con la parjea del mejor amigo de su esposo, algo que nunca llegó a superar

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Una extraña forma de celebrar la noche de bodas. Crédito: Shutterstock

No hay nada como una boda para sacar lo mejor y lo peor de las personas y mostrarte quiénes son tus verdaderos amigos.

Quizás las bodas más pequeñas, las más simples e íntimas, son un escenario muy llamativo para destacar algunos comportamientos y situaciones.

Una novia contó a través de Kidspot.com.au su historia personal.

Explicó que cuando se casó con su ahora ex esposo, su ceremonia fue simple: querían sentir que estaban organizando una fiesta para sus 50 amigos y familiares más cercanos.

Su hermana era su única dama de honor y el padrino de su esposo era su amigo de toda la vida, “una pena que su esposa me odiara”, le dijo a KidSpot.

El anillo era una antigua joya que ya tenía, que el esposo le había regalado. Unos días antes de la boda, se la entregó al padrino para que la guardara. Quería hacer algo especial, al menos, y sentir que la próxima vez que se lo pondría sería ya como mujer casada. Pero no salió según lo planeado.

En la recepción de bodas, todas sus amigas miraron con adoración su anillo, como si fuera nuevo. Cuando la esposa del padrino se acercó dijo con malicia que en realidad era ella quien lo había custiodado y que lo había usado todo el día. Inluso para ir al baño y también para limpiar los platos. “Por eso se ve tan limpio “, concluyó.

Quedaba claro con esas declaraciones que no eran las mejores amigas.

Como abogada, la novia explicó que aunque había sido entrenada en el arte del debate y la discusión, en esta ocasión prefirió no decir nada. Pero quedó demasiado furiosa con la confesión.

“¿Cómo se atreve a llevar mi anillo y usarlo como si fuera suyo, y luego lavar sus sucios platos de desayuno con él, cuando sabía que lo usaría en mi boda en unas pocas horas?“, cuenta en The Mirror.

Lo dejó pasar, pero después, a lo largo de los años, la novia comprobó que la mujer nunca aprobó su relación. Aprovechaba cada oportunidad que tenía para sacar a relucir defectos.

Como por ejemplo su peso, era consciente de que la novia (que ha preferido quedar en el anonimato) estaba acomplejada por su peso. Aún así, hacía comentarios un tanto hirientes que señalaban que “era valiente por usar ropa que marcaba sus curvas”. También la señalaba por comer demasiado o por amar la comida.

Lo bueno es que al decidir romper su relación por otros motivos, con el divorcio se acabó también tener que aguantar a los amigos del ex esposo.

Hay veces que romper con todo es simplemente una liberación necesaria para ganar confianza en nosotros mismos. Nunca hay que aceptar lo que nos hace sentir mal.

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