Roger Stone: Trump conmuta la pena a su amigo y exasesor condenado a prisión por mentir al Congreso

Stone es asesor y amigo personal del mandatario y fue condenado por mentir al Congreso

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Crédito: Getty Images

El presidente de Estados Unidos Donald Trump conmutó la pena impuesta por los tribunales a su amigo y exasesor Roger Stone.

La decisión fue anunciada este viernes, justo después de que una corte de apelaciones en Washington D.C. negara una solicitud de Stone de postergar la fecha de su ingreso a prisión.

Stone había sido condenado a 40 meses de reclusión por mentir al Congreso, obstrucción a la justicia y manipulación de testigos.

Stone es el sexto asesor del actual mandatario estadounidense que ha sido declarado culpable por cargos relacionados con la investigación del Departamento de Justicia sobre los supuestos intentos de Rusia de impulsar la campaña presidencial de Trump en 2016.


Una decisión polémica y esperada

Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en América del Norte

Es difícil decir que la decisión del presidente de otorgar clemencia a su antiguo amigo y consejero político es sorprendente, pero aún así resulta estremecedora.

Aunque el presidente calificó la investigación como una farsa y una caza de brujas partidista, Stone fue condenado por delitos graves.

Al mismo tiempo, el cabildeo activo de Stone para conseguir la conmutación de la pena –llegando incluso a decir que “fácilmente” habría podido recurrir al presidente para evitar el juicio-, resultó indecoroso en el mejor de los casos.

Obviamente, Trump no es el primer mandatario en aprobar un perdón presidencial para favorecer a un amigo o socio.

Sin embargo, la mayor parte de sus predecesores en el cargo esperaban hasta los últimos días de su gobierno para tomar este tipo de medidas, pues sabían que generarían un escándalo político.

Por otra parte, Trump parece saborear la controversia.

Como ha hecho durante gran parte de su tiempo en la Casa Blanca, sus acciones son ejecutadas con la mirada puesta en una base que considera que instigar a los opositores políticos es un fin en sí mismo.

Aunque esta decisión será duramente criticada, a estas alturas de la presidencia de Trump, sus críticos y sus aliados parecen ser totalmente inamovibles.

Darle un respiro a Stone no le conseguirá al mandatario ningún nuevo apoyo, pero ese no es el punto. Está ayudando a un amigo leal; los críticos que se fastidien.


Un “embustero” de oficio

Stone es un viejo asesor de Trump que hace ya 30 años había imaginado al magnate inmobiliario como alguien presidenciable.

A los 67 años de edad, en su larga carrera como operador político, Stone se ha visto incurso en numerosos escándalos, algunos incluso de tipo sexual.

Y se ha ganado el apelativo de “sucio embustero” de la política (algo de lo que ni él mismo reniega).

Su relación con Trump comenzó a forjarse a inicios de la década de 1980.

Según ha dicho el mismo mandatario, ya en aquellos años Stone alimentaba la idea de una candidatura presidencial de Trump, en parte debido a los altos ratings que generaba su presencia en los medios.

¿Crees que votantes no sofisticados hacen una diferencia entre entretenimiento y política?“, pregunta Stone al evaluar el aspecto “presidencial” que Trump mostraba en sus reality shows televisivos, en un documental difundido por Netflix en 2017.

Pero la experiencia política de Stone precede con creces su relación con Trump.

Siendo estudiante universitario comenzó a militar en el Partido Republicano y fue conocido por realizar ardides para descalificar a adversarios de Nixon, un presidente cuyo rostro tiene tatuado en su espalda.

Incluso después de la renuncia de Nixon en 1974, Stone le siguió admirando tanto por su estilo combativo como por su obsesión por ganar siempre, rasgos que también se distinguen en Trump.

Stone fue consultor del equipo político de Ronald Reagan y, tras la llegada de éste a la presidencia, creó con otros colegas una empresa de lobby y consultoría para vender sus influencias dentro del gobierno.

Paul Manafort

Getty Images
Stone tuvo una consultora política junto a Paul Manafort, primer jefe de campaña de Trump que fue condenado por el caso de la trama rusa.

Uno de sus socios era Paul Manafort, quien fue el primer jefe de campaña de Trump y quien también resultó condenado a prisión por su implicación en la llamada “trama rusa”.

Entre los clientes de la consultora que ambos tuvieron figuraron dictadores como Ferdinand Marcos, de Filipinas, o Mobutu Sese Seko, de la hoy República Democrática del Congo.

Durante el juicio que le llevó a prisión, la fiscalía mantuvo que Stone mintió sobre sus contactos con la plataforma WikiLeaks, que tenía hackeados correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata con información supuestamente “perjudicial” para la candidata presidencial de ese partido, Hillary Clinton.

El jurado concluyó que Stone dijo cinco mentiras bajo juramento, entre ellas una sobre las conversaciones entre funcionarios de la campaña de Trump y un supuesto “intermediario” de WikiLeaks.


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