La pandemia descubre el lado artístico de una maquillista
Pinta en piedras y crea árboles bonzái con alambre
A Rebecca Sotelo, la pandemia le despertó la creatividad y la llevó a pintar una amplia variedad de imágenes en piedras y a crear Árboles Bonsái con puro alambre. Esta tarea artística no solo le ayudó a relajarse durante la cuarentena sino que le generó un ingreso con el que no contaba.
“Cuando se cerraron los negocios no esenciales entre el 15 y 18 de marzo, no me asusté ni me estresé. No miré al coronavirus como una catástrofe sino que pienso que después de esto, vendrá algo muy bueno”.
Y aunque nunca había explorado su lado artístico, se le vino la idea de pintar en piedras.
Rebecca se dedica al maquillaje semipermanente en la ciudad de Torrance al sur del condado de Los Ángeles. Las restricciones sanitarias le obligaron a parar de trabajar e irse a su casa.
En pleno encierro se fue a la tienda donde adquirió tres costales de piedras. Compró pinturas de acrílico y puso manos a la obra.
“Antes de trabajar en el maquillaje semipermanente, fui manicurista. Los viejos pinceles que utilizaba para concebir diseños en las uñas de mis clientas, me sirvieron para pintar en mis piedras”.
Y dio rienda suelta a su imaginación pintando diferentes imágenes y figuras. Convirtió piedras en tortugas. Pintó búhos, mariposas, ranas, colibríes, flores, cactus. “Las que hago en 3D ( imágenes en tres dimensiones) me cuestan más trabajo y me llevan más tiempo porque es mucho detalle”.
Considera que pintar se le facilitó porque como manicurista ya contaba con la habilidad para pintar flores en las uñas de las mujeres. “Cualquier tipo de arte se me da. Cuando comencé, tenía la idea de lo que quería hacer con las piedras, pero me he ido puliendo”.
También retomó la creación de Árboles Bonsái que años atrás aprendió a confeccionar a base de chaquira, un material empleado para elaborar piezas de joyería o artesanía, entre otros usos.
Los Árboles Bonsái son árboles diminutos de ornamento que tienen su origen en China.
“Elegí hacer los árboles con alambre en lugar de chaquira”, dice.
Esta artista del maquillaje semipermanente confiesa que el proyecto de pintar piedras y crear Árboles Bonsái no lo emprendió con la idea de ganar dinero sino de entretenerse y relajarse. “Empezó a ser un negocio cuando las compartí entre conocidos”.
Luego las promovió en sus redes sociales y como su trabajo gustó, no le han faltado los clientes.
“Desde marzo las piedras han sido un ingreso adicional con el que no contaba. De hecho, me tuve que meter a investigar los precios que podía manejar porque no sabía cuánto cobrar”.
Sus artísticas piedras vienen en varios tamaños y precios. Son pintadas en acrílico, de manera que si se mojan, el arte no se arruina.
Y se ha inspirado tanto por la respuesta de la gente, que decidió pintar en pequeños trozos de madera, ya no solo en piedras.
Sus trabajos pueden costar desde $5 hasta $60, aquellos que son de tres dimensiones. “El precio depende del trabajo invertido. Hay pinturas que me puede llevar más tiempo como el Búho que me tomó entre 5 y 6 horas seguidas pintarlo”.
Hasta el momento, Rebecca no ha vuelto a su trabajo en el maquillaje semipermanente debido a las limitaciones impuestas por las autoridades de salud para prevenir la propagación del coronavirus. “Mi trabajo es abrir la piel. No puedo sacar una mesita y trabajar en la banqueta porque no tengo control sobre lo que traiga el aire. Así que tengo que esperar”.
Pero aún cuando regrese a su ocupación como maquillista, no piensa dejar de pintar, una habilidad artística que descubrió durante la pandemia.
Si quieres contactar a Rebecca, pues escribirle a: rebecasotelo@hotmail.com, o marcarle al: 310-920-9581.