Publicación difunde información engañosa sobre caso de aborto en Texas

Resumen SciCheck: Kate Cox pidió que le permitieran tener un aborto en Texas para “proteger su vida, salud y fertilidad futura”, tras recibir el diagnóstico de que su bebé probablemente no sobreviviría, según los documentos que interpuso ante un tribunal. Una publicación popular en Instagram tergiversó el caso específico de Cox y también incluyó afirmaciones engañosas sobre la trisomía 18, el trastorno que afecta su embarazo.

Kate Cox.

Kate Cox. Crédito: Kate Cox | Cortesía

El aborto está prohibido en Texas por múltiples leyes. Estas leyes incluyen excepciones para madres con emergencias médicas. Pero según algunos doctores y expertos en política sanitaria, en la práctica puede ser difícil determinar si una situación califica como excepción o encontrar un doctor o personal administrativo de un hospital que estén dispuestos a tomar esa decisión, debido a los riesgos legales involucrados.

Los doctores también han argumentado que no es posible ni deseable establecer una fórmula para definir una emergencia médica, debido a las complejidades y los matices que afectan cada caso.

Incluso antes de junio de 2022, cuando la Corte Suprema revirtió Roe v. Wade, la decisión de 1973 que estableció el derecho constitucional a abortar, el procedimiento ya estaba mayormente prohibido en Texas. El estado había promulgado una ley en 2021 que prohibía los abortos después de que se detectara “actividad cardiaca” en un embrión, lo que ocurre aproximadamente a las seis semanas de gestación, con una única excepción para una emergencia médica.

El 5 de diciembre, la residente de Texas Kate Cox, su esposo y su doctor pidieron una suspensión temporal a la prohibición estatal al aborto para que el doctor de Cox pudiera realizar un aborto legalmente. La petición argumentaba que la continuidad del embarazo, entonces de 20 semanas, pondría en riesgo la vida, la salud y la fertilidad futura de Cox.

La petición también señalaba que, tras evaluar múltiples factores, los doctores habían concluido que el bebé de Cox “podría no sobrevivir hasta el nacimiento y, si lo hiciera, solamente viviría minutos, horas o días”.

La evaluación incluía imágenes de ecografías que revelaban graves afecciones al feto. También incluía un diagnóstico de trisomía 18 completa en el feto, trastorno también conocido como síndrome de Edwards, en el que las células de todo el cuerpo contienen una copia extra del cromosoma 18. El síndrome, que afecta el desarrollo de múltiples órganos, frecuentemente causa la muerte antes del nacimiento, o poco después en los niños que nacen vivos.

Cox finalmente salió del estado de Texas para buscar un aborto en otro lugar, y el 11 de diciembre la Corte Suprema de Texas finalmente concluyó que no podía autorizar la petición de Cox, ordenando a una corte local a revertir una decisión previa en sentido contrario. Sin embargo, la desinformación sobre el caso y sobre las posibilidades de supervivencia para los niños con trisomía 18 continúan circulando en internet.

Una publicación popular en Instagram incluyó varias afirmaciones engañosas. Por ejemplo, el mensaje señaló que “el 90% de niños con trisomía 18 viven si reciben atención médica adecuada”, y citó ejemplos de niños que superaron las expectativas.  De acuerdo con estudios, la duración promedio de vida para los bebés que nacen vivos con este trastorno es de entre cuatro y 14,5 días, y solamente entre el 5,6% y el 8,4% de esos que nacen vivos llegan a su primer cumpleaños.

La publicación también afirmó falsamente que Cox “no quiere tener un parto o una cesárea por un hijo discapacitado”. Pero la solicitud de Cox señaló que los doctores concluyeron que, en sus circunstancias específicas, su hijo no viviría más allá de algunos días, en el mejor de los casos.

El doctor Alireza Shamshirsaz, un especialista en medicina materno-fetal, nos dijo que muchas mujeres que continúan un embarazo con trisomía 18 terminan necesitando una cesárea, con todos los riesgos asociados para la madre y sus embarazos futuros.

“Si lo vemos de esta manera, estamos incrementando el riesgo para la madre sin tener buenos desenlaces para el bebé”, dijo Shamshirsaz.

Shamshirsaz es portavoz de la Sociedad para la Medicina Materno-Fetal y del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, y escribió un informe para la corte como amicus curiae a favor de que a Cox le fuera permitido abortar.

Las características de la trisomía 18

La trisomía 18 surge más frecuentemente cuando un óvulo o a veces un espermatozoide termina con una copia extra del cromosoma 18. El trastorno no es generalmente hereditario y el riesgo aumenta con la edad materna.

La publicación en Instagram se refiere a la trisomía 18 como “un trastorno genético que causa retrasos del crecimiento físico durante el desarrollo fetal”. La trisomía 18 sí está asociada a un crecimiento fetal lento, pero esto deja fuera muchos otros problemas graves que pueden venir con el trastorno. El material genético adicional también causa problemas con el desarrollo de órganos múltiples, incluyendo el corazón, los pulmones y el cerebro.

Entre los embarazos con trisomía 18 que llegan a las 12 semanas, se prevé que casi tres cuartos terminen en aborto espontáneo o muerte fetal, según un estudio de embarazos en Inglaterra y Gales publicado en el American Journal of Medical Genetics. En los embarazos que llegan a las 24 semanas, se prevé que más de la mitad terminen en una muerte fetal. 

Como dijimos, la publicación de Instagram también incluyó la afirmación engañosa de que la mayoría de niños con trisomía 18 sobreviven “si reciben atención médica adecuada”. 

Si bien hay niños con trisomía 18 que sobreviven más de un año, este no es el desenlace para la mayoría de los casos. En un estudio publicado en la revista de la Academia Estadounidense de Pediatría, los bebés con trisomía 18 que nacieron vivos en Estados Unidos entre finales de la década de 1960 y finales de la década de 1990 murieron a una mediana de entre 10 y 14,5 días de edad. Solo entre un 5,6% y un 8,4% de los bebés sobrevivieron hasta su primer cumpleaños. Un estudio suizo, publicado en la American Journal of Medical Genetics, encontró que los bebés con el trastorno que nacieron vivos entre 1964 y 2003 murieron a una edad promedio de cuatro días y que solamente un 6% estaba vivo después de un año.

La publicación en Instagram tampoco mencionó los factores específicos del caso de Cox. Su petición indicó que los ultrasonidos mostraron múltiples anormalidades afectando el embarazo y agregó que el médico especialista dijo a Cox y a su familia que “según los resultados de los ultrasonidos por sí solos, su bebé probablemente iba a morir en el útero, nacer muerto, o vivir una semana como máximo”.

Shamshirsaz dijo que es posible estratificar los riesgos de trisomía 18 basándose en un ultrasonido. Factores tales como defectos cardíacos complejos, restricción del crecimiento del feto y otros elementos predicen desenlaces peores. También dijo que la trisomía completa, en la que todas las células del feto están afectadas, predice peores desenlaces.

Publicación tergiversa los riesgos de continuar el embarazo

La publicación en Instagram también tergiversó los riesgos de abortar en comparación con los de continuar el embarazo y señala incorrectamente que “la afirmación de que el aborto es la opción más segura para Kate es falsa”.

“El riesgo del aborto en general es menor que el de continuar el embarazo” en la edad gestacional del embarazo de Cox, dijo Shamshirsaz.

Basándose en recomendaciones médicas, Cox concluyó que el aborto por dilatación y evacuación, un tipo de procedimiento para abortar, era “la opción más segura para su salud y su mejor opción médica debido a que quiere tener más niños en el futuro”, según decía en la petición

Shamshirsaz dijo que continuar un embarazo expone a la madre a riesgos, incluyendo la diabetes gestacional y la preeclampsia, una forma de presión arterial alta relacionada con el embarazo.

La petición de Cox indicaba que ella enfrenta un riesgo particularmente alto de diabetes gestacional, presión arterial alta y otras complicaciones del embarazo, según un examen que mostró una glucosa elevada con “otros trastornos de salud subyacentes”. 

La petición también decía que ella había visitado la sala de emergencia numerosas veces debido a calambres severos, diarrea y descarga de flujos de origen indeterminado. El informe de amicus curiae señalaba que estos síntomas están “asociados a complicaciones obstétricas”.

La petición decía que en caso de no obtener un aborto y si el corazón de feto deja de latir antes del parto, Cox debería recibir un parto inducido. Para las personas como Cox que han tenido cesáreas previas, la inducción se asocia con un riesgo elevado de ruptura uterina, que puede derivar en complicaciones que incluyen la extirpación del útero, sangrado excesivo y muerte. Cox tiene 31 años y es madre de dos hijos, según documentos legales.

Si el bebé llegara a término, decía la petición, Cox tendría que recibir una cesárea. La trisomía 18 conlleva una tasa mayor de cesáreas, dijo Shamshirsaz, y el historial de Cox de dos cesáreas previas aumenta aún más las probabilidades de necesitar la cirugía.

Las cesáreas siempre traen riesgos para la madre y sus embarazos futuros. Los riesgos aumentan con cada cesárea que la persona recibe.

Los riesgos para embarazos posteriores, relacionados con cesáreas repetidas, incluyen la ruptura uterina, histerectomía y problemas con la placenta. También incluyen otras complicaciones quirúrgicas, tales como daño a órganos cercanos como la vejiga.

“Si bien puede que la vida de la señora Cox no esté en riesgo inminente, ella presenta un alto riesgo de sufrir muchos trastornos médicos graves que plantean riesgos a su fertilidad futura y pueden convertirse en un riesgo mortal de manera súbita e inesperada”, agregaba la petición.

Traducido por Luis Alonso Lugo. 

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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