Artículo de revisión escrito por propagadores de desinformación engaña sobre las vacunas de ARNm contra el covid-19
Resumen SciCheck: Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 tienen un buen historial de seguridad y han salvado millones de vidas. Pero publicaciones virales afirman lo contrario, citando un reciente artículo revisado por pares, escrito por conocidos propagadores de desinformación sobre el COVID-19 y publicado en una revista científica controvertida. El artículo repite afirmaciones previamente desacreditadas.
La seguridad de las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer/BioNTech y de Moderna está apoyada por rigurosos ensayos clínicos realizados antes de su lanzamiento y por numerosos estudios realizados desde entonces. Cientos de millones de personas se han vacunado en Estados Unidos, muchos con múltiples dosis, y los efectos secundarios graves son poco frecuentes.
También se ha demostrado que las vacunas contra el COVID-19 son efectivas en reducir el riesgo de formas graves de la enfermedad. Múltiples estudios han estimado que las vacunas contra el COVID-19 han salvado millones de vidas en todo el mundo.
Pero un artículo escrito por promulgadores de desinformación que se oponen a la vacunación contra el COVID-19 y que afirma haber revisado los ensayos originales y “otros estudios relevantes” ignora en gran medida estas pruebas. En cambio, la revisión, que llama a una “moratoria mundial” de las vacunas de ARNm, cita numerosos estudios defectuosos y criticados (muchos de los cuales ya hemos revisado antes) para afirmar falsamente que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 han causado “amplios y bien documentados” eventos adversos graves y han matado a cerca de 14 veces más personas de las que han salvado.
El artículo fue revisado por pares y publicado en Cureus, una revista médica digital de acceso abierto que prioriza la publicación rápida y ha publicado estudios problemáticos anteriormente, como explicaremos.
(En una publicación en Substack el 19 de febrero, después de la publicación de esta nota en inglés, uno de los autores anunció que la revista le había informado que los editores habían decidido retractar el artículo, basándose en una revisión interna que encontró múltiples instancias de malinterpretación de datos y afirmaciones incorrectas o no fundamentadas).
Actualización, 26 de febrero: Cureus se retractó del artículo el 26 de febrero. “Tras una revisión adicional, los editores en jefe descubrieron que las conclusiones de esta revisión narrativa se consideran poco confiables debido a preocupaciones respecto a la validez de algunas de las referencias citadas que respaldan las conclusiones y a la tergiversación de las referencias citadas y los datos disponibles”, dijo la revista.
Publicaciones en las redes sociales que comparten las conclusiones incorrectas del artículo se han viralizado.
“Investigación: Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 causaron más muertes que las que salvaron”, dice una publicación en Instagram del 4 de febrero que compartía un pantallazo de un titular en el Epoch Times.
Uno de los autores de la revisión, así como otros usuarios de las redes, también utilizan el hecho de que el artículo fue publicado como prueba de que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 no son seguras.
“La gente ha dicho que soy un propagador de desinformación porque desde mayo de 2021 he dicho públicamente que las vacunas contra el COVID-19 no son seguras. Ahora, la literatura médica revisada por pares muestra que estaba en lo cierto. ¿Me creen ahora?”, Steve Kirsch, coautor del artículo de revisión y un exempresario de tecnología que no tiene entrenamiento biomédico, dijo en una publicación en X, antes conocido como Twitter, el 30 de enero (el énfasis es suyo).
“¡¡ CONFÍE EN LA #CIENCIA !!”, escribió el autor de una publicación viral en Instagram el 7 de febrero. La publicación incluye el pantallazo de una noticia titulada “La ciencia convencional reflexiona sobre una ‘moratoria mundial’ de las vacunas COVID a medida que aumentan los cánceres y los refuerzos fallan”, y la declaración “Las vacunas Covid *pueden* causar cáncer. No me diga”.
El hecho de que un artículo sea publicado no significa que sea correcto. Si bien la revisión por parte de pares ayuda a eliminar la mala ciencia, no es infalible, y el rigor y los procesos varían según revistas. Este artículo, que varios expertos han criticado, es un caso atípico, no “ciencia convencional”. Y como hemos escrito antes, no hay pruebas de que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 causen cáncer y provoquen millones de muertes.
Autores antivacunas y afirmaciones desacreditadas
Muchos de los autores del artículo de revisión tienen un historial de difundir desinformación sobre el COVID-19 o las vacunas. Esto incluye a Kirsch, quien ha repetidamente divulgado la idea incorrecta de que las vacunas contra el COVID-19 han matado a millones de personas en todo el mundo; así como al Dr. Peter McCullough, Stephanie Seneff y Jessica Rose.
McCullough aún recomienda tratar a pacientes de COVID-19 con hidroxicloroquina e ivermectina, a pesar de que se ha demostrado que ninguna de ellas funciona contra la enfermedad. También promueve y vende productos de “desintoxicación de la proteína de la espícula” para personas que han sido vacunadas, a pesar de que no hay ninguna prueba de que las personas vacunadas necesiten dicha desintoxicación.
Seneff es una cientista computacional que ha promovido la falsa noción de que las vacunas causan autismo. Anteriormente, Seneff había coescrito un artículo de revisión con McCullough, que el artículo de Cureus cita, donde se utilizaron indebidamente datos del Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) para afirmar sin fundamento que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 suprimen el sistema inmune innato, como informamos. Rose también ha sido acusada de utilizar incorrectamente los datos de VAERS para afirmar que las vacunas no son seguras, un engaño común entre la comunidad antivacunas.
La revisión de Cureus cita, e incluso vuelve a publicar, una cifra de una de las publicaciones de Rose en Substack sobre el número supuestamente alarmante de informes al VAERS por “trastornos autoinmunes” después la vacunación contra el COVID-19 en comparación con las vacunas contra la influenza. La revisión afirma que el aumento de informes “representa una inmensa señal de seguridad”. Pero como hemos explicado anteriormente, el alto número de informes a VAERS por las vacunas contra el COVID-19 se puede explicar por múltiples factores, tales como una mayor concientización y requisitos más estrictos de presentar informes, y no constituye en sí mismo una señal de seguridad. Cualquiera puede presentar un informe y un informe no significa que determinado problema haya sido causado por una vacuna.
El artículo de revisión, titulado “Vacunas de ARNm contra el COVID-19: Lecciones aprendidas de los ensayos de registro y la campaña de vacunación global”, repite varias afirmaciones sobre las cuales ya hemos escrito y se basan en estudios o análisis que han sido ampliamente criticados o desacreditados.
Para afirmar que las vacunas causan “daños graves a los humanos”, por ejemplo, la revisión se basa en un reanálisis problemático de eventos adversos informados en los ensayos originales que fue publicado en la revista Vaccine en 2022. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el Dr. Joseph Ladapo, el cirujano general de Florida, han citado el artículo para argumentar que las vacunas son demasiado riesgosas. Pero como hemos escrito, y como está detallado en un artículo de opinión publicado en la misma revista, el artículo tiene múltiples fallas metodológicas, incluyendo la forma en que contó los eventos adversos.
La revisión también cita acríticamente un análisis no publicado del exprofesor de física Denis Rancourt quien afirmó que cerca de 17 millones de personas murieron por las vacunas contra el COVID-19. Explicamos recientemente que el informe ignoró erróneamente las muertes por COVID-19 y que tales estimaciones son inverosímiles. Y la revisión recicla afirmaciones no sustentadas sobre “altos niveles de contaminación por ADN” en las vacunas de ARNm y la posibilidad de que tales fragmentos “se integren en el genoma humano” y causen cáncer. Como hemos detallado, pequeñísimas cantidades residuales de ADN son de esperar en las vacunas, pero no hay pruebas de que el ADN altere el ADN de una persona o cause cáncer.
Finalmente, la revisión destacó los hallazgos de un estudio observacional de la Clínica Cleveland y lo calificó como “la mejor prueba de la fallida capacidad de las vacunas de ARNm contra el COVID-19 para conferir protección contra el COVID-19”. El estudio, que identificó una correlación entre más dosis de la vacuna contra el COVID-19 y un mayor índice de resultados positivos por una infección por coronavirus, ha sido citado frecuentemente por quienes se oponen a la vacunación. Pero como hemos explicado, el hallazgo contradice los de muchos otros estudios, que en general han encontrado un aumento de la protección con más dosis. Y el artículo no demostró que un mayor número de dosis realmente causen un mayor riesgo de infección. De hecho, muchos expertos sospechan que la asociación probablemente sea resultado de otras diferencias entre las personas que recibieron una cantidad diferente de dosis. Además, el propósito principal de la vacunación es proteger contra enfermedades graves, y hay abundantes pruebas de que las vacunas contra el COVID-19 han sido exitosas en ese aspecto.
“¿Lecciones aprendidas? Más bien, conspiraciones recicladas”, escribió el oncólogo quirúrgico Dr. David Gorski en una publicación sobre el artículo de revisión en su blog Respectful Insolence.
Los autores de la revisión también han sido criticados por citar sus propios estudios en la revisión y por incluir publicaciones no científicas como fuentes primarias.
“Por cierto, el artículo en Cureus de McCullough, Kirsch, etc. que supuestamente es un artículo de revisión científico, cita a trialsitetnews, epoch times, brownstone, el spectator, children’s health defense y conservative review como fuentes primarias para algunos de sus puntos, como también 11 artículos/blogs de substack, un video de youtube/twitter, y 2 libros explícitamente antivacunas, además de una gran cantidad de autocitas de los autores de la revisión”, Jeffrey S. Morris, director de la división de bioestadística en el departamento de bioestadísticas, epidemiología e informática de la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania, escribió en X el 1 de febrero.
La revisión por pares no garantiza la calidad científica
Gran parte de la cobertura que elogia el artículo de revisión por parte de los habituales propagadores de desinformación, enfatiza que fue publicado en una revista con revisión por pares.
“Un artículo de revisión publicado la semana pasada en la revista Cureus es el primer artículo revisado por pares que pide a una moratoria mundial de las vacunas de ARNm contra el COVID-19”, declaró un artículo publicado el 29 de enero por el sitio web antivacunas de Robert F. Kennedy Jr., Children’s Health Defense. La nota recibió bastante atención en las redes sociales.
La revisión por pares, o el proceso en donde otros científicos pueden proveer comentarios sobre un manuscrito y sopesar si es suficientemente bueno como para publicarlo, puede ser inmensamente útil para garantizar que un artículo determinado no contenga fallas o errores importantes. Pero la revisión por pares depende de la calidad de la retroalimentación brindada, y no significa que automáticamente se pueda confiar en el artículo. Tampoco todas las revistas revisadas por pares son iguales, dado que cada una tiene diferentes estándares y reputaciones.
La particularidad de Cureus es que se enfoca en publicar artículos rápidamente y promueve una revisión por pares “eficiente” y una experiencia de publicación “libre de complicaciones”. Las métricas de la revista en los últimos seis meses señalan que el tiempo promedio desde el envío del artículo hasta la publicación es de 33 días y que la tasa de aceptación es de 51%. Para contextualizar, la prestigiosa revista Nature (con la que algunas publicaciones han engañosamente comparado a Cureus, ya que comparten la misma casa editorial) tiene un tiempo medio de 267 días entre presentación y aceptación, y una tasa de aceptación del 8%. Según la información del artículo, el proceso de revisión por pares en este caso tomó 77 días.
En 2015, respondiendo a preocupaciones sobre la revista y su expedito proceso de revisión por pares, el fundador, presidente y coeditor jefe de Cureus, Dr. John R. Adler, dijo que “por diseño, el rechazo por parte de los pares no es una gran parte de nuestro proceso de revisión” y que la revista también descansa en revisiones posteriores a la publicación para “distinguir que es importante y de calidad”.
Un artículo de los bibliotecarios de la Universidad de Emory presentado en una conferencia en 2022 clasificó a Cureus como posiblemente “depredador y no confiable”. La revista está disponible en PubMed Central, la base de datos de investigación biomédica de los Institutos Nacionales de Salud, pero no está indexada en MEDLINE, lo que requiere de cierta examinación para su inclusión. (La aparición de un artículo en cualquiera de estas bases de datos no implica ningún tipo de respaldo por parte de los NIH).
Cureus, notablemente, publicó dos estudios problemáticos sobre el uso de ivermectina para el COVID-19. Como informamos en ese momento, los resultados de esos estudios fueron inconsistentes con estudios más sólidos que no encontraron ningún beneficio en el uso de ivermectina para el COVID-19. Ambos estudios tenían fallas metodológicas y fueron realizados por activistas de la ivermectina, un hecho que no fue revelado en el momento de la publicación.
Aunque incluso las mejores revistas científicas ocasionalmente se retractan de sus estudios, Cureus ha terminado en las páginas de Retraction Watch, un blog y base de datos digital de retracciones, en varias ocasiones, la más reciente en enero 26 luego de que se retractara de 56 estudios por autoría falsa a casi dos años de que estos fueran cuestionados. En 2022, Retraction Watch informó que un estudio retractado por la revista Frontiers in Medicine fue luego actualizado y publicado por Cureus.
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Traducido por Catalina Jaramillo.
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