‘Les enseñamos no solo cómo cambiar sus barrios, también cómo cambiar sus vidas’: Berto Aguayo

La organización Increase the Peace se aboca en apartar a jóvenes de las pandillas, ofrecerles opciones y oportunidades educativas y laborales de futuro y reducir la violencia en el Barrio de las Empacadoras, La Villita, Pilsen, Gage Park y Brighton Park, entre otras zonas. Su fundador, Berto Aguayo, logró escapar de una pandilla, está por graduarse de abogado en la Universidad Northwestern y fue fellow del Chicago Community Trust

Berto Aguayo, fundador de Increase the Peace, organización dedicada a reducir la violencia en barrios de Chicago y a ofrecer a jóvenes opciones educativas y laborales. (Antonio Zavala / La Raza)

Berto Aguayo, fundador de Increase the Peace, organización dedicada a reducir la violencia en barrios de Chicago y a ofrecer a jóvenes opciones educativas y laborales. (Antonio Zavala / La Raza) Crédito: Impremedia

Tu código postal no debe determinar tu futuro ni las oportunidades que tú debes o puedes tener en la vida.

Así se expresa Berto Aguayo, líder comunitario del Barrio de las Empacadoras y fundador de la organización Increase the Peace, cuya misión es proveer liderazgo, orientación y entrenamiento a los jóvenes para alejarlos de la violencia y para encaminarlos a buscar oportunidades y carreras que ellos puedan desempeñar en la vida.

Aguayo enfatizó, en entrevista con La Raza, que si eres un joven hispano de entre 16 y 24 años estás más propenso a caer en las garras de la violencia si no tienes un camino claro a un futuro mejor.

En muchos casos, los jóvenes hispanos y de color entre esas edades no tienen trabajo ni tampoco asisten ya a ninguna escuela que los prepare para aprender un oficio, una carrera para dotarlos de habilidades para que ellos mismos, ya como adultos, abran su propio negocio.

‘Me escapé de una ganga’

Berto Aguayo, de 29 años, fue un joven típico de nuestra comunidad: quiso aprender y ser algo en la vida, pero en su camino encontró varios retos. Uno de ellos fue haber crecido sin la presencia de su padre en su vida.

Como muchos de los hispanos de la ciudad, los padres de Aguayo inmigraron de México y en este caso de Jalpa, Zacatecas.

En 1994, los padres de Aguayo llegaron como inmigrantes a Chicago y se fueron a vivir al Barrio de las Empacadoras. Fue ahí que Aguayo se crio como parte de una familia de cinco hermanos y tres hermanas.

Aguayo dice que de niño asistió a la Escuela de Bellas Artes James Hedges, en las calles 48 y Winchester.

“Ahí tuve buenas y malas experiencias”, relató Aguayo en entrevista. “Ahí me apoyaron para que yo aprendiera inglés, esto fue algo nuevo para mí”.

Aguayo relató que ya cursaba el quinto grado y tenía unos 11 años cuando finalmente aprendió a hablar inglés.

Pero unos años antes, cuando aún estaba en segundo grado, un maestro anglosajón le hizo una serie de preguntas. Como no pudo contestar, pues aún no sabía el inglés, el maestro le quitó su silla y escritorio por varios días, algo que Aguayo sintió que fue “muy humillante ante los otros niños”.

Después del incidente, Aguayo no quiso regresar a la escuela y fue hasta que su madre, Rosalba Contreras, estilista de profesión, fue a la escuela Hedges a una conferencia con la directora y lograron que el maestro anglosajón se disculpara.

Aun así, los peligros de la calle acecharon a este líder que hoy busca orientar a los jóvenes para que busquen un mejor futuro.

A sus 13 años, quizás por falta de guía o buenos ejemplos, Aguayo ingresó a una pandilla callejera. Por este tiempo él asistía a la secundaria Acero-Major Héctor P. García en el vecindario de Archer Heights, en Chicago.

A causa de su relación con la pandilla, su comportamiento y sus grados iban a la deriva. Aguayo enfrentaba una posible suspensión de la secundaria hasta que la directora le aconsejó buscar un trabajo y salirse de la pandilla.

“No quiero que te pase algo durante este verano”, le dijo la directora.

Aguayo decidió salirse de la pandilla cuando tenía 17 años cuando estaba por terminar la secundaria. Como un ritual de paso, él contó que los miembros de la pandilla “me dieron una paliza salvaje de tres minutos de duración en los cuales los miembros de la pandilla me patearon, me golpearon y me gritaron insultos”. Pero al final, señaló Aguayo, “me sentí libre y me salvé”.

Bajo fuerte presión, Aguayo encontró un trabajo en las oficinas de la entonces concejal Michelle Smith, en el Distrito 43, en el cual se ubica el rico vecindario Lincoln Park, en el lado norte de la ciudad.

Fue durante ese verano cuando Aguayo aprendió a hacer varios trabajos en dicha comunidad y su perspectiva, contó, dio un giro de 180 grados.

“Ese verano yo fui expuesto a la desigualdad en que nosotros vivemos”, dijo Aguayo. “Y ya en ese tiempo yo era aún pandillero y nadie hablaba bien de mí”.

Aguayo dijo que durante ese verano notó todos los servicios disponibles en Lincoln Park pero que su propia comunidad no tenía, “pero fue una oportunidad transformativa para mí”.

Un mural celebra la herencia cultural hispana en la calle 47, en el Barrio de las Empacadoras de Chicago. (Antonio Zavala / La Raza)
Crédito: Impremedia

Diapositivas de la violencia

En barrios hispanos como La Villita, Pilsen, Brighton Park y el Barrio de las Empacadoras, que están entre los más violentos de Chicago, la mayoría de las víctimas de la violencia tienen menos de 25 años.

Y en Chicago, una ciudad de 2.7 millones de habitantes, la violencia en ciertas zonas de la ciudad tiene a los habitantes al filo de sus nervios.

Entre los delitos que se registran en la ciudad figuran los robos de auto a mano armada, asaltos con armas de fuego a transeúntes, robos en masa o en grupo a todo tipo de establecimientos, olas de robos a vendedores ambulantes de comida y, lo que quizás causa más estragos y dolor a la población, el uso indiscriminado de las armas de fuego para agredir a otras personas.

Para entender la violencia en la ciudad de Chicago basta una radiografía, o en este caso una diapositiva de esas que se proyectaban en una pantalla en los salones de clases.

Hasta el día 19 de noviembre de 2023, un día como muchos otros, este es el saldo de la violencia a causa de las armas de fuego y de la facilidad para hacerse de ellas y usarlas en las calles de Chicago: 326 personas baleadas, según estadísticas del Departamento de Policía de Chicago. De esa cantidad 46 personas murieron de heridas causadas por armas de fuego. Las otras 280 personas sufrieron lesiones de varios tipos de gravedad, fueron transportadas a hospitales y pudieron sobrevivir y continuar con sus vidas.

Veamos otra diapositiva de la violencia en las calles, parques y más espacios de la gran ciudad.

El 27 de noviembre del 2023 se reportaron 14 robos a mano armada, según la policía, a lo ancho y largo de Chicago. Se teorizó que un grupo de cuatro hombres de entre las edades de 18 y 25 años, vestidos con ropa oscura y manejando un auto Audi A5, asaltaron a esa cantidad de personas en los barrios de Pequeña Italia, Pilsen, Brighton Park, el Barrio de las Empacadoras y otros.

A cuatro de las víctimas las golpearon para quitarles sus pertenencias. En cada caso los ladrones se apoderaron de celulares, carteras y otros objetos de valor de las víctimas.

También la violencia policial

Agravando la situación están los casos de miembros de la policía que agreden a balazos a personas, en su mayoría de color, en diferentes escenarios.

Uno de esos casos fue el del adolescente Adam Toledo, quien fue abatido a tiros por un policía blanco en La Villita el 29 de marzo de 2021.

Según se ha narrado en los medios, Toledo, de tan solo 13 años, corría por un callejón de La Villita a las 2:38 am y, cuando llegó a una apertura en una cerca de madera, lanzó al suelo lo que posiblemente era una pistola y de inmediato alzó sus manos. Fue ahí que el oficial Eric Stillman, del Departamento de Policía de Chicago, quien lo venía persiguiendo, lo abatió a tiros.

La muerte de Toledo, una de las víctimas más jóvenes de estos actos agresivos de la policía, causó protestas en la ciudad y en otras partes del país.

Aún más conocido que el caso de Toledo es el del joven afroamericano Laquan McDonald, de 17 años, quien fue impactado por 16 balazos disparados por el policía Jason Van Dyke el 20 de octubre de 2014 en el vecindario Brighton Park.

Antes de mostrar los videos disponibles del incidente, se dijo que McDonald había actuado erráticamente y que traía un arma de filo en la mano. Cuando fueron hechos públicos, los videos mostraron que el joven se retiraba de la escena y daba la espalda a la policía cuando Van Dyke abrió fuego. El entonces alcalde Rahm Emmanuel le pidió su renuncia al entonces superintendente de Policía de Chicago Garry McCarthy.

Las ramificaciones de este último incidente fueron mayores que las del caso Toledo. Van Dyke recibió seis años de cárcel por asesinato en segundo grado y agresión agravada.

Un nuevo rumbo

Después de graduarse de la secundaria en 2012, Berto Aguayo tomó un nuevo paso importante en su vida y se matriculó en la Universidad Dominicana, en River Forest, Illinois. Allí se graduó en economía y ciencias políticas en 2016.

“Todo lo que no había hecho en la secundaria lo logré en la universidad”, precisó Aguayo. “Yo tenía el propósito de armarme con una educación y me gradué con honores y altos grados”.

Tras la licenciatura, Aguayo ahora lleva ya tres años de estudios en la Escuela de Leyes de la Universidad Northwestern. Su graduación está proyectada para mayo de 2024.

“Yo tengo una meta y quizás por eso he cambiado”, apuntó en una entrevista. “Trabajo ahora para que otros jóvenes no tengan que pasar por lo que yo he pasado”.

Aguayo dijo a La Raza que decidió fundar la organización Increase the Peace, en español ‘Aumentar la paz’, para replicar las oportunidades para los jóvenes y para que salgan de las pandillas.

“Mi misión es poder ayudar a estos jóvenes”, dijo Aguayo durante una entrevista.

Mirando atrás, Aguayo cuenta que fue la muerte de una joven hispana en el Barrio de las Empacadoras en 2016 lo que le dio la motivación para fundar esta nueva organización.

La joven Naome Zuber viajaba en un auto rumbo a un cumpleaños en compañía de tres amigos el 1 de octubre de 2016 cuando alguien disparó desde la acera impactando a Zuber, de solo 17 años, en la cabeza. El incidente, uno de tantos en la ciudad, ocurrió a las 12:30 am en la cuadra 4500 de la calle S. Wood.

A causa del incidente, cerca de 200 jóvenes hispanos se congregaron en las calles 48 y Wolcott y acamparon afuera por la noche como una forma de vigilia y remembranza a la joven víctima, quien cursaba su último año en la secundaria Curie y quería estudiar justicia penal en el futuro en una universidad.

“Un nuevo movimiento nació después de esa noche”, explicó Aguayo a La Raza.

“El ímpetu de fundar nuestra organización fue la tragedia de esa muchacha”, resaltó Aguayo.

Luego, en 2021, durante la rabia y el enojo por la muerte de Adam Toledo, recordó Aguayo, su organización montó una marcha de protesta en La Villita.

En las instalaciones de Increase the Peace, Berto Aguayo planea labores de organización y asistencia comunitaria. (Antonio Zavala / La Raza)
Crédito: Impremedia

Logros de gran calado

A siete años de su fundación, Increase the Peace ha entrenado a más de 300 jóvenes en técnicas de organización cívica en sus comunidades, según la página web de este grupo.

Aunque está basada en el Barrio de las Empacadoras, un vecindario lleno de historia y cerca de donde anteriormente estaban los antiguos rastros cerrados en 1971 llamados Union Stockyards, los jóvenes a quienes ayuda esta original organización y centro comunitario vienen también de otros barrios como Pilsen, La Villita, Brighton Park, Gage Park y West Lawn.

Otra de las habilidades o destrezas que se les enseña a los jóvenes, en su mayoría hispanos y por igual hijos de inmigrantes que dejaron sus pueblos y ciudades en México y otros países latinoamericanos para venir a vivir y trabajar a Chicago, es cómo convertirse en líderes y cómo buscar y luchar por un cambio social.

“Les enseñamos no solo cómo cambiar sus barrios, pero también cómo cambiar sus vidas”, indicó Aguayo.

El vital trabajo de la organización Increase the Peace incluye formar círculos de paz entre jóvenes y comunidades, y acciones para resolver conflictos, restaurar la justicia y exponer a los jóvenes a diferentes oportunidades y carreras.

Bajo este último propósito, Aguayo precisó que él y su pequeño equipo de voluntarios llevan a los jóvenes hispanos a otras comunidades e instituciones para que ellos aprendan de nuevas oportunidades y vean que es posible tener un futuro.

Por ejemplo, Aguayo frecuentemente lleva a grupos de jóvenes a la Escuela de Leyes de la Universidad Northwestern en Chicago y al Colegio Veterinario de la Universidad de Illinois en Urbana Champaign, a dos horas y media al sur de la ciudad.

Aguayo indicó que es de vital importancia exponer a nuestros jóvenes a carreras académicas y otros oficios para los cuales los jóvenes pueden aspirar y mejorar sus vidas.

Fresco en la mente de este líder que representa a una nueva generación está el hecho de que él no sabía que existía un mejor mundo allá, lejos de las barreras invisibles y llenas de pobreza de los vecindarios desfavorecidos. En su caso particular, fue solo cuando salió a trabajar a Lincoln Park, un barrio de alto nivel económico con una mayoría de residentes blancos, que se dio cuenta de que él podía cambiar su vida y transformarla estudiando algo que le interesara, en este caso la profesión de abogado que él ejercerá en un futuro cercano.

“Tu código postal en donde tú vives no debe limitarte”, dijo Aguayo sobre la desigualdad en la ciudad.

De hecho, otro de los servicios que Increase the Peace provee a los jóvenes hispanos es asesoría jurídica gratuita en caso de que tengan un problema con la ley. La ofrecen cada lunes de 3 pm a 8 pm en la oficina de Increase The Peace (1900 W. 48th Street, Chicago), ello gracias al bufete Beyond Legal Aid.

Y si todo fuera poco, esta nueva organización también ofrece mentoría a los jóvenes, ofreciendo a cada joven acceso a personas que han desarrollado una carrera o profesión para que el joven pueda hacer preguntas y aprender de las experiencias del modelo o del profesional.

Jorge Agustín, un joven de 26 años, ingresó a Increase the Peace casi al mismo tiempo que se fundó esta organización.

“Increase The Peace fue un espacio para mí y para muchos de los jóvenes de la comunidad”, precisó Agustín. “La organización nos brindó un sentido de permanencia y nos empoderó para hacer cambios sociales en la comunidad.”

Agustín, de padres mexicanos, dijo que está por tomar el examen de admisión a escuelas de leyes, llamado LSAT en inglés, porque él ahora también quiere estudiar derecho y ser un abogado que pueda ser la diferencia en su comunidad.

“El grupo de Aguayo nos brindó mucha motivación y nos ayudó a trazar un plan para nuestras vidas”, concluyó este joven hispano.

En el contexto de la pandemia de covid-19, Increase the Peace también ofreció talleres sobre salud pública y durante la etapa de confinamiento sanitario de 2020 los jóvenes ayudaron a entregar comida a vendedores ambulantes que se vieron impactados por la falta de clientes en ese periodo.

Para finalizar, Increase the Peace, según Aguayo, también promueve la paz entre las comunidades afroamericanas y latinas y busca un enlace y entendimiento entre ellas.

Para tal propósito, relató Aguayo, se organiza anualmente un desfile en automóvil en Marquette Park entre ambas comunidades.

Aguayo consideró que malentendidos y un distanciamiento entre las diferentes comunidades es lo que a veces causa desconfianza e incluso desata brotes de violencia. “Es una bendición poder hacer este trabajo”, concluyó Aguayo. “Y poder decir: yo puedo ser la persona que yo necesité cuando era joven y estar feliz con esa persona”.

Contacto con Increase the Peace

Dirección: 1900 W. 48th Street, Chicago, IL 60609

Correo electrónico: increasethepeacechi@gmail.com, info@increasethepeacechicago.org

Sitio web: www.increasethepeacechicago.org

Página de Facebook: www.facebook.com/increasethepeacechicago

La producción y publicación de este reportaje de La Raza han sido posibles gracias al apoyo del Chicago Community Trust a través de su programa Cross Community Impact.

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