Ray Patlan: homenaje a un gran muralista de Chicago y el mundo
El autor de los famosos murales en la Casa Aztlán, de Pilsen, falleció a los 77 años en California
El lunes 15 de abril 2024 nos llegó la triste noticia de que el muralista Ray Patlan había fallecido, a los 77 años, en un hospicio de San Francisco después de una enfermedad.
Como muchos saben, Patlan es de la comunidad de Pilsen y se dio a conocer por los murales que pintó en el Salón de la Raza en el centro social ahora inexistente llamado Casa Aztlán.
La última vez que yo vi a Ray Patlan fue en octubre de 2017 cuando visitó Chicago para repintar un mural a la entrada de la ex Casa Aztlán, ya que los nuevos dueños lo habían borrado sin consultar a la comunidad y esto provocó malestar en la comunidad, la cual respondió con protestas frente al edificio.
Así que se contrató a Patlan, que vivía en San Francisco, para que viniera y pintara un mural con imágenes nuevas a la entrada de ese que fue el recinto de los chicanos desde 1970 hasta 2013, cuando Casa Aztlán cerró.
Después de preparar todo para comenzar a pintar ahí, nos fuimos al entonces Café La Catrina en la Calle 18 y ahí platicamos. No me acuerdo qué tomamos, si un latte o un café mexicano con canela.
Patlan vestía una camisa beige de cuadritos, con el estuche de sus lentes en la bolsa izquierda de la camisa, una gorra beige también sin letras al frente y traía una cola de caballo atada atrás con un hilo y tenía barba y bigote blanco. Nos sentamos ahí a platicar. Me acuerdo de que atrás en la pared había una exhibición de fotografías, pero ignoro el nombre de quién las tomó.
A Patlan lo había entrevistado en 2016 cuando yo estaba preparando mi segundo libro ‘Memorias de Pilsen’ en el cual incluyo entrevistas a cuatro muralistas de ese barrio. Ellos son Mario Castillo, Ray Patlan por supuesto, Marcos Raya y Salvador Vega. Todos ellos de origen mexicano.
En esa entrevista que grabé le pregunté a Patlan sobre cómo llegó a pintar sus murales en el interior de Casa Aztlán.
“Mi primera influencia fue haber ido a México,” respondió Patlan. “Mis padres me llevaban a México cada año para ver a nuestros parientes. Y mirar los murales cuando yo era niño, tú sabes, ver los murales de los Tres Grandes [José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros] y de otros también como José Chávez Morado, Benito Messeguer. Y cuando regrese, tú sabes, yo realmente sentía que Casa Aztlán en ese entonces tenía muchas placas de gente que no eran de nuestra raza y ya la comunidad entera era raza. Y dije, ¿deberíamos tener nuestro propio centro con los nombres de la gente que ha contribuido a nuestra cultura, verdad?”.
“Así que fui a ver al director y dije: sabes que nosotros realmente deberíamos tener trabajos de arte que indiquen que este es nuestro centro, que esta es nuestra comunidad”, recordó Patlan.
Patlan dijo que el director le dio permiso de pintar ahí y entonces mencionó que compro $70 de materiales, incluyendo pintura, y plasmó en el salón interior del edificio que después se nombró como Casa Aztlán bellos murales que contaban la historia de los mexicanos.
“Yo quería hacer una representación de nuestra historia, la cultura y también, si has notado, el duro trabajo que hemos hecho y mostrar lo que es la mexicanidad. Así que pinte la Conquista, la Revolución, viajando por nuestra historia, tú sabes, mostrando ejemplos cortos”, preciso Patlan.
“Y así al final yo intenté representar ahí al chicanismo, Corky González, Cesar Chávez, los Brown Berets y las pandillas en la comunidad, porque son parte de la comunidad sin importar lo que algunos piensen”, dijo Patlan.
Luego le pregunte si estos fueron sus primeros murales que el pintó.
“Mi primer mural fue en México”, me dijo, “Estudié con un artista llamado Jaime Pinto quien había trabajado con Clemente Orozco y de ahí aprendí. El primer mural que logré hacer fue un fresco el cual, si tú sabes algo de murales, es una disciplina dura. Era algo pequeño, apenas unos nueve pies por doce pies, algo así. Y después me fui al servicio militar y ahí hice mi primer mural en Vietnam. Ese fue el primero”.
Patlan, quien después enseñaría arte en prestigiosas universidades y recinto culturales de la Costa Oeste del país, me indicó que estuvo de 1966 a 1968 en Vietnam con la 9ª División de Infantería.
Su clasificación ahí era, me dijo, “artista de combate”.
Patlan, que tenía 22 años al salir del servicio militar, dijo que su estancia ahí lo marco y lo politizó, algo común en los jóvenes de esa era. Ya en Chicago, recordó que una de las primeras cosas que vio fue una protesta masiva contra la Guerra en Vietnam y él también se unió a la protesta, algo que seguiría haciendo en los siguientes años.
Ingresó a estudiar arte en la Escuela del Instituto de Arte de Chicago (SAIC, en inglés) de 1968 a 1971. A lo largo de su vida Patlan logró pintar más de 100 murales en Estados Unidos, México, Asia y Europa.
Este muralista que impactó a nuestra comunidad mencionó que asistió a la Secundaria Harrison, la cual ya no existe, y creció de niño en la comunidad Pequeña Italia, pero ya de más edad su familia se mudó al área de la Calle 18 y la Calle Halsted en 1950.
Sus padres, Cándido y Remedios Patlan, habían comprado una casa en Pilsen y ahí vivió con sus padres y sus cuatro hermanas.
Él nació en el Hospital Mother Cabrini localizado en la Polk y Avenida Racine en la Pequeña Italia.
Le pregunté a este artista sus experiencias en la Pequeña Italia de Chicago, cuya vialidad principal es la Calle Taylor.
“De primero fue muy difícil”, me dijo Patlan. “No nos querían ahí, bueno, entiendo, éramos unos de los primeros mexicanos, creo, que se habían mudado ahí. Y nos odiaban aún más cuando ellos mismos no podían salir de ahí. Los que tenían dinero se podían mudar a Marquette Park y los otros se tenían que quedar ahí y bregar con nosotros. Y luego de repente mi primo se mudó ahí y ahora era peor. Ellos reaccionaban como diciendo ‘espera un momento, qué está pasando’. Y entonces muy pronto el vecindario italiano cambió por completo [con la llegada de más mexicanos]”.
El memorable artista me contó sus impresiones de Pilsen y cómo se había transformado en un barrio mexicano. Ya para entonces los restaurantes y la gente eran todos mexicanos, recordó.
“Por eso yo quería cambiar la imagen de Casa Aztlán porque aún no era conocida como Casa Aztlán, se llamaba Howell House y ya no era Howell House, bueno sí era, pero ya no era.”
“¿Era solo en nombre?”, le pregunté. Y me dijo “Sí, exactamente”.
Luego, como se sabe, los jóvenes de la 18 al lado de los Brown Berets tomaron el control de Howell House y la renombraron Casa Aztlán, este último nombre Aztlán tomado del supuesto lugar mítico de origen de los aztecas de donde salieron en peregrinación de cerca de doscientos años en busca de la tierra prometida por su dios Huitzilopochtli. que ellos nombraron México-Tenochtitlan.
“¿Cuál es la importancia que juega el arte en las vidas de los chicanos?”, le pregunté a Patlan.
“El arte es vida”, me dijo Patlan, “Los artistas mexicanos (como Rivera, Orozco y Alfaro Siqueiros) tuvieron un gran impacto en el resto del mundo, no solo en los chicanos, mexicanos y latinos, pero en el mundo entero con su movimiento del arte público. Y ese movimiento se ha quedado con nosotros, tú sabes. Y pienso que nuestra gente se relaciona con el arte, toda la gente se relaciona con el arte”.
Aquí de inmediato el pintor Patlan me contó de su viaje a China en 1971 con un grupo de artistas, pocos meses antes de que el presidente Richard Nixon fuera a China para establecer relaciones diplomáticas entre ambos países.
“Los chinos son un pueblo joven y allá enseñan todo con el arte: música, pintura, teatro, todo es enseñado con arte, todo”, contó Patlan.
En 1975, Ray Patlan decidió mudarse a la ciudad de San Francisco, en California, y allá se estableció y logro ser maestro de arte en diferentes universidades, entre ellas la Universidad de California en Berkeley. En el barrio de La Misión, en San Francisco, pienso que siempre lo recordarán pues su arte seguirá vivo en el lugar llamado Balmy Alley. donde pinto varios murales.
En una entrevista hecha a Patlan en Oakland, California, el 13 de abril del año 2021 por Camilo Garzón para el Museo de Arte Moderno de San Francisco, Patlan habló de la influencia de Mario Castillo y Marcos Raya, también muralistas de Chicago.
“Mario y yo trabajamos juntos cuando éramos muy jóvenes. Nosotros nos sentábamos juntos en la mesa de cocina de la casa de su mamá (María Almonte) y dibujábamos y pintábamos y platicábamos. Y esta fue una gran experiencia para mí porque Mario es un artista grande”, recordó Patlan, quien mencionó que Castillo lo motivó, lo impulsó para que montara su primera exhibición.
Sobre Marcos Raya, también conocido por Patlan, él mencionó que fue muy bueno ver en esa época cómo el arte de Raya, oriundo de Guanajuato, México, fue colocado en los muros del barrio. Y “convertirse en parte del movimiento”.
“Yo no estaba muy cercano a Marcos, pero el trabajo que él estaba haciendo fue una gran contribución a la comunidad, como también el de Mario y un número de otros artistas de esa época,” concluyó Patlan.
A Patlan sus familiares planean sepultarlo en el Cementerio Católico Mount Carmel de Hillside, Illinois, una vez que sus dos hermanas traigan sus restos de California al área de Chicago. Ahí también están sepultados sus padres Cándido y Remedios Patlan.
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