Nuevo libro destaca las vidas de catorce mujeres pioneras latinas de Chicago

‘Chicago Latina Trailblazers: Testimonios of Political Activism’ fue publicado por University of Illinois Press

Carmen Velázquez, fundadora de la clínica médica Alivio y del restaurante-centro cultural La Décima Musa. (Antonio Zavala / La Raza)

Carmen Velázquez, fundadora de la clínica médica Alivio y del restaurante-centro cultural La Décima Musa. (Antonio Zavala / La Raza) Crédito: Impremedia

Un nuevo libro en inglés, titulado Chicago Latina Trailblazers: Testimonios of Political Activism, publicado por la University of Illinois Press este año, recoge los relatos de vida, logros, lágrimas y triunfos de 14 mujeres de Chicago de origen mexicano y puertorriqueño.

Pero más que cualquier otra cosa, este libro, editado por Rita G. Hernández, Leticia Villareal Sosa y Elena R. Gutiérrez, recoge las victorias de 14 mujeres que lograron hacer cosas sorprendentes. Todas ellas, en su totalidad, lograron ser pioneras de una forma u otra.

Las mujeres son, en orden de aparición en los 14 capítulos, Guadalupe Reyes, Mary González, Carmen Mendoza, Carmen Chico, María B. Cerda, Aracelis Flecha Figueroa, Elena Mulcahy, Carmen Velázquez, Aida Luz Maisonet Giachello, Ada Nivia López, Virginia Martínez, Luz María B. Solis, Emma Lozano y Ana Castillo.

Todas ellas, revelan las editoras de este libro, lograron ser pioneras y “fueron seleccionadas dado su impacto en su carrera, comunidad y en la rama política”.

“Fueron las ‘primeras’ Latinas en servir en su posición o fundaron las ‘primeras’ organizaciones de su tipo en la ciudad”, señalan las editoras en la introducción a este tomo de 349 páginas.

El libro ‘Chicago Latina Trailblazers: Testimonios of Political Activism’ fue publicado por University of Illinois Press.

Pioneras como Guadalupe Reyes, quien se consideraba ser indígena de origen mexicano y creció en los campos agrícolas del Medioeste ayudando a sus padres en el difícil trabajo de levantar las cosechas. Eventualmente Reyes se mudaría a Chicago y enfrentaría la discriminación, incluso en las Iglesias de la ciudad.

Reyes eventualmente fundó la escuela Esperanza para facilitar la educación de niños con necesidades especiales y luego fundaría El Valor, una agencia para ayudar a familias que tienen hijos con necesidades especiales.

Y ahí también esta su hija, Mary González, quien se convirtió en una eficaz organizadora en la ciudad y en Pilsen. Sus talentos la llevaron a visitar países como Sudáfrica e Inglaterra.

En un segmento interesante ella cuenta cómo la comunidad se unió para fundar la Secundaria Juárez en Pilsen. Sin duda este es el mejor capitulo del libro por su alto contenido de historia local de Pilsen y del Barrio de las Empacadoras.

María Cerda, puertorriqueña de origen y fallecida en 2020, fue la primera hispana en servir en la Junta de Educación en la ciudad y una incansable luchadora por la educación bilingüe.

Carmen Chico fue de primero una ama de casa cuyo esposo estaba involucrado en el sindicato de la compañía Wisconsin Steel. Con el tiempo, Chico misma se convirtió en una activista, regresa al colegio y se vuelve maestra en la comunidad de Sur Chicago.

Chico corrió para un puesto de “committeeman” en sur Chicago, pero aunque no ganó luego ella fue delegada independiente a la Convención Nacional Demócrata de 1972 en Miami.

¿Y quién en Pilsen y en Chicago no conoce a Carmen Velázquez? La feroz méxicoamericana que fundó la clínica médica Alivio, fue miembro también de la Junta de Educación y fundó, junto con su socia Rosario Rabiela, La Décima Musa, un restaurante y espacio cultural que alimentó los ánimos de lucha de toda una generación de activistas.

Aracelis Flecha Figueroa, nacida en Puerto Rico, ya de grande se vino a vivir a Chicago y con el tiempo fue fundamental en lograr, junto con muchos activistas, mejoras en la educación y en la política para su comunidad.

Cuando Virginia Martínez obtuvo su licencia de abogada en 1975, ella era apenas la segunda de dos mujeres Latinas que eran abogadas en el estado de Illinois.

Pero al paso de los años, Martínez logró ganar una batalla importante con la ayuda de la organización MALDEF para rediseñar los distritos políticos para que los hispanos pudieran tener representación política.

Virginia Martínez, histórica abogada latina, clave en el logro de tener representación latina de Chicago en el Congreso. (Antonio Zavala / La Raza)
Crédito: Impremedia

Ella ahora tiene un consejo para las mujeres de la nueva generación de cómo persistir sin desmayar. “En mi capitulo yo ofrezco algunas de las lecciones que yo he aprendido”, dijo Martínez. “Por ejemplo, liberarse del pasado para que tú puedes seguir adelante. Si tienes viejas heridas, tendrás que hacer lo necesario para sanarte a ti misma”.

Y otra lección que es aún más importante, dijo ella, es ser siempre fiel a ti mismo.

“Nunca dejes que otros te falten el respeto a ti y a otros”, aconseja Martínez. “¡Siempre se fiel a ti misma!”.

Este libro, pensamos, será muy aceptado por la comunidad hispana de Chicago y será útil para aprender y enseñar a otros el largo y difícil camino que los latinos, hombres y mujeres, han tenido que caminar para poder llegar a ser parte integral de esta gran metrópoli.

En el libro la mayoría de las mujeres cuentan su propia historia de vida, pero en el caso de tres de ellas, que fallecieron antes de que se publicara el libro, sus parientes cercanos cuentan sus sorprendentes vidas.

Y en otros casos, las editoras mismas cuentan la vida de unas de las mujeres, como es el caso de la escritora Ana Castillo: la editora Leticia Villareal Sosa recuenta la vida de Castillo después de una entrevista que le hizo en 2014.

Las narrativas en la voz de cada personaje, pensamos, son más auténticas. Pero comprendemos que eso a veces no se puede lograr si alguien fallece.

Aunque las 14 mujeres en el libro son verdaderos ejemplos de pioneras hispanas, hay algunas otras que nos hubiera gustado ver en este libro.

Ellas son Sandra Cisneros, la escritora de La Casa en Mago Street; Blanca Vargas, la activista de LULAC; Lupe Lozano la exesposa de Rudy Lozano; y Elvira Arellano, la mujer que encabezó el movimiento para otorgar santuario a los indocumentados.

Nota del reportero: estos son tres pequeños errores que notamos y que quizás se puedan corregir en futuras ediciones del libro. En la página 22 a Andrés Chávez Reyes, el esposo de Guadalupe Reyes, se le identifica como ser de Quitzeo del Porvenir, en Michoacán. El nombre es Cuitzeo del Porvenir. En la página 87 se dice “It was a soft and chewy Carmelo and he sold it for a penny a piece”. Cuando se habla de dulces la palabra es caramelo. Y en la pagina 284, hablando del Centro de Acción Social Autónoma (CASA), se dice “Today CASA is La Casa Michoacán in Pilsen”. CASA no tienen nada que ver con Casa Michoacán.

La cobertura editorial de La Raza es posible en parte gracias al apoyo del Chicago Community Trust.

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