Activista Elvira Arellano se reúne en Chicago con el padre de su segundo hijo
La mujer se convirtió en la abanderada de la lucha por los indocumentados en el 2006 tras resistir la orden de deportación durante un año refugiada en una iglesia en Chicago
La activista mexicana Elvira Arellano declaró este jueves que está feliz por haber “reunificado la familia”, al encontrarse en Chicago con el padre de su segundo hijo, un activista hondureño que pidió asilo y fue autorizado a ingresar a Estados Unidos.
Ismael Armando Mejía Valle, de 28 años, recibió la libertad condicional este miércoles en el centro de Inmigración cerca de Boston, donde estuvo recluido durante más de un mes, y se trasladó por avión hasta Chicago para encontrarse con Arellano y su hijo Emiliano, de 2 años.
La activista relató que se conocieron en Oaxaca (México), en el albergue del padre Alejandro Solalinde, después vivieron juntos en Michoacán, “pero nos separamos hace dos años cuando decidí regresar a Estados Unidos”, dijo.
Mejía siguió trabajando en México como activista y defensor de los derechos humanos de los migrantes centroamericanos hasta que decidieron que hiciera el cruce fronterizo por la garita de San Isidro, Tijuana.
El activista estuvo detenido en diferentes centros de Inmigración de Arizona y Massachusetts, a la espera de que se considerara su solicitud de asilo.
“Gracias a Dios, ahora vamos a poder trabajar juntos y estabilizarnos”, dijo Arellano, quien tiene un hijo mayor que es ciudadano estadounidense.
Arellano se convirtió en la abanderada de la lucha por los indocumentados después de ser detenida en 2006 con documentos falsos mientras trabajaba como limpiadora en el aeropuerto O’Hare, de Chicago, y resistir la orden de deportación durante un año refugiada en una iglesia en Chicago.
Tras abandonar en 2007 el refugio que le ofrecía el templo metodista Adalberto, la activista viajó a la ciudad de Los Ángeles (California), donde fue detenida dos días después y deportada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Tras una ausencia de siete años, logró regresar a Estados Unidos con una visa humanitaria en marzo de 2014 y desde entonces se procesa su pedido de asilo.
Arellano dijo que tanto ella como su pareja van a continuar trabajando en Chicago por la reunificación de las familias y la reforma migratoria.
La activista articipará de las marchas de este 1 de mayo en Chicago, junto con la organización Familia Latina Unida que comenzará su trayecto desde la iglesia metodista Lincoln Church (2242 S. Damen Ave.) hacia Union Park a partir de las 12 este domingo.