La Víbora: Paquita la del Barrio, qué mala eres con tus fans
A nuestra serpiente venenosa columnista de entretenimiento no se le escapa nadie
Tengo algo muy chistoso que contarles. Recibí una carta de un víborolector que estaba muy decepcionado de Paquita la del Barrio. Solo les diré que se llama Jorge y que vive en Long Beach.
Me cuenta que viajó hasta un casino de Las Vegas, con todo y su familia, para asistir a un show de la corpulenta señora. Todo iba bien hasta que llegó el momento de la presentación. Cuando estaba cantando, un muchacho se subió al escenario y le plantó un besote a Paquita. Dice mi querido Jorge que los guardias –supongo que los del casino– se encargaron de bajar al avezado fan con su acostumbrado estilo; es decir, a empujones. Ya ven cómo son de amable eso gorilones.
Luego, algo que no le gustó a mi víborolector, fue que Paquita se hubiera limpiado con un pañuelo el besote que le dio el admirador. Pero eso no fue todo. Dice que toda la noche fueron de desplantes y detalles nada amables de parte de la intérprete hacia su público. Por ejemplo, que tiró al piso el papelito que le dio una persona con una dedicatoria.
Luego, sigue la carta, ya concluido el show, la hija de nuestro víborolector se encontró con Paquita en el casino. La señora, por si tenían la duda, estaba jugando en las maquinitas de 5 dólares (y no es que sea tacaña, ¿eh?; más bien es humilde). Entonces, la chica se acercó para pedirle una foto y la Paca no le hizo caso. Encima de eso, los guaruras que traía la estaban custodiando como a la mismísima reina Isabel. Que no se le acerquen, que se le puede molestar, que déjenla en paz y quién sabe cuánta cosa. El caso es que intocable la infame Paquita.
Pero lo que más risa me dio es que nuestro víborolector dice que cuando Paca se dignaba a voltear a donde la estaban llamando lo hacía con “cara de vinagre”. Imagínense esa cara. Si de por sí Paquita tiene cara de agente de la migra, imagínensela también como dice don Jorge.
En fin, para nuestro lector fue una experiencia muy decepcionante. Se le cayó Paquita del nicho. Pero, ¿saben qué?, a mí no me sorprende la actitud de esa señora. La verdad imagínense qué horrible debe de ser ser tan famosa y no poder caminar por una calle sin que te estén “molestando” (porque para ellos eso es) tus fans. Es el precio que pagan, que a veces es muy, pero muy alto.
En otras cosas, qué risa con Raúl de Molina y Lili Estefan. No solo los traen en jabón en las redes sociales por su actitud poco sensible en el caso del reportero que golpeó el orangután de Eduardo Yáñez, sino también la misma empresa para la que trabajan. ¿No se les hace sospechoso que luego del incidente, el afectado, Paco Fuentes, no aparezca por ningún lado?
Univision tiene mucho qué hacer para limpiar la imagen de este par, que la verdad ya están bastante reciclados, ¿no creen?