Claves del plan fiscal ante el Congreso esta semana

Ambas cámaras del Congreso prevén votar el plan fiscal entre el martes y miércoles

Se votará el plan fiscal.

Se votará el plan fiscal. Crédito: Kevin Dietsch-Pool/Getty Images

WASHINGTON— El presidente Donald Trump hizo campaña en 2016 con un mensaje populista y de nacionalismo económico, pero el plan fiscal de $1,5 billones que el Congreso se alista a aprobar esta semana perjudicará a los Dreamers y a los latinos de las clases media y trabajadora a largo plazo, según expertos.

La Casa Blanca y sus aliados republicanos en el Congreso aseguran que la reforma fiscal simplificará el código tributario y la declaración de impuestos; incentivará las inversiones y la creación de empleos, y dará un alivio fiscal para la mayoría de familias de las clases media y trabajadora.

Sin embargo, la oposición demócrata lo califican como un “timo”, y la mayoría de expertos y centros de estudios advierten de que el impopular plan favorecerá a las corporaciones y los millonarios; profundizará las desigualdades salariales;  provocará recortes sociales, y abultará aún más el déficit, por casi $1,5 billones en una década.

El liderazgo del Senado divulgó hoy un informe de cómo algunas de las principales corporaciones beneficiadas por el plan fiscal, en vez de invertir los recortes en salarios y más empleos, los usarán para consolidar la “recompra” de sus acciones en la Bolsa.

Además, la mayoría de los estados tiene la obligación constitucional de mantener un equilibrio presupuestario, y el plan podría afectar su recolección de impuestos. California y Nueva York, por ejemplo, tienen altos niveles de impuestos hipotecarios y en las propiedades, por encima de las deducciones incluidas en el plan.

A continuación, un resumen de los principales puntos de la mayor reforma fiscal en tres décadas, que tendrán impacto en los latinos y trabajadores de bajos y medianos ingresos:

Recortes tributarios para ricos y corporaciones.— El plan hace permanentes la mayoría de los recortes de impuestos para los ricos y las grandes corporaciones, y los deja vencer para 2025 para el resto de los contribuyentes.

Una familia que gana entre $25,000 y $75,000, por ejemplo, obtendría recortes por un promedio de $780, debido en parte a la reconfiguración de los tramos fiscales y un aumento en las deducciones “estándar”.

Según datos del Censo, en 2016 los latinos tuvieron un ingreso medio de $47,675, en comparación con $59,039 para el resto de la población, y cerca del 70% de los hogares hispanos tuvo un salario inferior a $75,000.  Bajo el plan, los créditos tributarios serán de poca ayuda para estas familias, según grupos pro-inmigrantes.

Elimina las exenciones personales en los impuestos.—  Los individuos no podrán reclamar la exención personal que la ley actual permite por $4,050 por su cónyuge y cada hijo.  Al no poder reclamar esa exención, eso se traduce esencialmente a un aumento de impuestos.

Casi duplica la deducción “estándar” en los impuestos.— Para los individuos, la nueva deducción aumentará de $6,350 a $12,000, y para parejas casadas que declaran juntos, subirá de $12,700 a $24,000.

Impone límites a las deducciones por impuestos locales y estatales.—  Deja sin cambios las deducciones de impuestos locales y estatales para quienes hacen deducciones fiscales detalladas (referidas en inglés como “itemized deductions”).

Sin embargo, para el resto, impone un límite de $10,000 para los impuestos locales y estatales a la propiedad.

La versión original buscaba eliminar por completo esas deducciones, pero los legisladores de estados con altos impuestos lograron concesiones para preservar ayudas para familias con altos ingresos.

Amplía el Crédito Tributario por Hijos (CTC, en inglés).—  El plan duplica a $2,000 el CTC por cada hijo menor de 17 años, y amplía ese crédito en su totalidad para individuos con salarios de hasta $200,000, y para parejas con salarios de hasta $400,000.

Por presiones de varios republicanos, de ese crédito total, $1,400 serían reembolsables, lo que potencialmente ayudará a familias de bajos o medianos ingresos que no deban impuestos federales en sus salarios.

Sin embargo, un análisis del Centro para Prioridades Presupuestarias y Políticas (CBBP) señaló que este crédito apenas aportará hasta $75 adicionales para unos 10 millones de niños de familias de bajos recursos.

https://twitter.com/dashching/status/942067316203884544

Además, los padres de más de un  millón de niños y jóvenes indocumentados, en su mayoría “Dreamers”, no podrán obtener el CTC porque éstos carecen de un número de Seguro Social.

Mantiene populares deducciones tributarias.— Por presiones políticas, el plan deja intactas las deducciones por gastos médicos, y los intereses en préstamos estudiantiles.

Establece un crédito para dependientes mayores.— El plan ofrece un crédito tributario temporal de $500 por cada dependiente mayor de 17 años, por cuidar a un padre anciano, o por un hijo mayor discapacitado.

Reduce las deducciones por préstamos hipotecarios.— Para los que compran casa por primera vez, el plan limita las deducciones por intereses en nuevos préstamos hipotecarios de hasta $750,000.

El plan no afecta a las hipotecas existentes, pero sí elimina las deducciones por intereses en préstamos con garantía hipotecaria (conocidos en inglés como “home equity loans”).

Si la reforma afecta el valor de las propiedades, como temen expertos del sector inmobiliario, eso podría reducir también el patrimonio neto de los dueños de casa.

Elimina la exigencia de comprar seguro incluida en “Obamacare”.— Al eliminar esa pieza clave de la reforma sanitaria de 2010, los individuos ya no afrontarían multas por no tener seguro, ya sea un plan privado o comprado a través de los “mercados de intercambio”.

Pero eso significa que, cuando el gobierno cese los subsidios, 13 millones de estadounidenses perderán su seguro médico en una década, incluyendo millones de hispanos.

Allana el camino para recortes sociales.— Los partidarios del plan apuestan a que éste generará crecimiento económico, y eso ayudará a financiar los recortes de impuestos, y a contrarrestar el aumento en la deuda nacional.

Lo más probable es que, para remendar el saco roto que creará la reforma fiscal, los legisladores tengan que hacer millonarios recortes a programas de beneficencia pública, lo que perjudicará incluso a los votantes de Trump.

Una apuesta con riesgos políticos

Sin logros legislativos de consideración pese a que controlan ambas cámaras del Congreso y la Casa Blanca por primera vez desde 2007, los republicanos quieren “vender” el plan como un alivio para la mayoría de los contribuyentes y los negocios.

Su argumento es que las empresas usarán los recortes para crear empleos, y los consumidores para invertir en la economía, y el propio Trump vaticinó “un milagro económico”.  Esa práctica de redistribución de la riqueza -llamada en inglés “trickle-down economics”-  ya se ha intentado en el pasado con resultados ínfimos o mixtos, y la mayoría de expertos no cree que el plan generará crecimiento superior al 3% de forma sostenible.

Además, apuestan a que si se mantienen o mejoran los niveles de crecimiento económico y de desempleo, el plan les dará réditos políticos el próximo año.

Se prevé que, aún con la ausencia de los senadores republicanos, John McCain y Thad Cochran, por motivos de salud, los republicanos tendrán los 50 votos mínimos necesarios para aprobar el plan, porque lo someterán a voto recurriendo a una maniobra parlamentaria.

El vicepresidente, Mike Pence, ha postergado su gira a Oriente Medio para que, en su calidad como presidente del Senado, pueda acudir al Capitolio y romper un posible empate.

Si la reforma se aprueba, los demócratas han dejado en claro que lo usarán como arma política contra los conservadores en los comicios legislativos de noviembre de 2018.

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