Otto Warmbier: las vacaciones en Corea del Norte que le costaron la vida al joven estadounidense
El joven estadounidense fue acusado de robar un cartel en Corea del Norte, y lo encarcelaron. Volvió a Estados Unidos en "estado de vigilia inconsciente" y con daño cerebral, y acabó muriendo
Todos están alegres y sonrientes en la imagen, a pesar del frío en Corea del Norte. El joven estadounidense Otto Warmbier, como los otros turistas, lanza una bola de nieve hacia el lente de una videograbadora, que captura el momento en cámara lenta.
Es el tipo de diversión inocente que se puede esperar de un grupo de turistas en vacaciones. Otto se voltea hacia la derecha con la boca abierta, riéndose.
“Este es el Otto que conozco y amo. Este es mi hermano”, escribió Austin Warmbier, quien publicó el video que fue grabado durante una gira de tres días por Corea del Norte, a finales de 2015.
Poco más de un año y medio después, la familia confirmaba la muerte de Otto Warmbier una semana después de haber regresado a Estados Unidos en estado de coma.
- Quién es el estudiante de EE.UU. que fue condenado a 15 años de trabajos forzados en Corea del Norte
“Desafortunadamente, los terribles maltratos y torturas que recibió nuestro hijo de manos de los norcoreanos hicieron seguro que no otro resultado fuera posible más allá del triste hecho que vivimos hoy”, dijo en ese momento la familia en un comunicado.
El joven estudiante había sido repatriado por “razones humanitarias” desde Corea del Norte, donde había sido condenado a trabajos forzados y según Pyongyang había caído en coma tras contraer botulismo.
¿Cómo pudo un destacado estudiante de un suburbio del estado de Ohio terminar en la cárcel de un Estado paria? ¿Y por qué fue liberado en estado de coma?
“La confesión”
Otto fue detenido el 2 de enero de 2016. Poco después aparecería en otro video pero ya en circunstancias muy diferentes.
Cabizbajo y agarrando un documento con una “confesión” preparada, el estudiante de 21 años caminaba frente a las cámaras de la televisión norcoreana para explicar por qué había sido arrestado al final de la gira, cuando se disponía a tomar un avión para abandonar el país.
Cerniéndose sobre él estaban los grandes retratos de los antiguos líderes supremos de Corea del Norte, Kim Il-sung y Kim Jong-il.
Tenía puesta una chaqueta color crema y una corbata. Antes de hablar, se levantó e hizo una reverencia.
Otto agradeció al gobierno de Corea del Norte por, según dijo, “la oportunidad de disculparme de mi crimen, pedir perdón y rogar por cualquier asistencia para salvar mi vida”.
Aseguró que había intentado robar un cartel de propaganda de un hotel a modo de “trofeo” para una iglesia en EE.UU. con la “connivencia del gobierno estadounidense” con el propósito de “hacerle daño a la ética de trabajo y motivación del pueblo coreano”.
Después, rompería en llanto: “He tomado la peor decisión de mi vida pero soy tan solo un ser humano”.
Los que conocían al joven aseguraron que se notaba que estaba actuando siguiendo órdenes y que nada de lo que confesó era cierto.
El rey del baile
La familia Warmbier proviene de un pequeño suburbio de Cincinnati, Ohio, donde Fred, el padre, es dueño de una pequeña empresa.
Otto asistió a la mejor escuela secundaria del estado y fue coronado como el rey del baile de graduación.
No sólo era popular sino muy estudioso -se graduó con uno de los más altos honores ese año- y un atleta talentoso. Su entrenador de fútbol americano dijo que era un jugador dotado y un líder natural.
Después estudió Economía y Comercio con un título secundario en Sustentabilidad Global, en la Universidad de Virginia, donde se destacó, según el diario The Washington Post.
El diario entrevistó a sus compañeros de clase en la ceremonia que hubiera sido de su graduación, en la que calcomanías con la etiqueta #FreeOtto (liberen a Otto) fueron distribuidas.
El joven tenía 22 años y cursaba tercer año de universidad cuando lo detuvieron en Corea del Norte.
Sus amigos lo describieron como un “aficionado de los deportes que podía repetir estadísticas de casi cualquier equipo, un amigable chico del interior del país que podía entender la jerga del rap (y escribir sus propias letras)”, escribió el Post.
“Un pensador profundo que se cuestionaba a sí mismo y a otros sobre su situación en el mundo, un tipo de una familia empresarial que comía sushi a mitad de precio, una insaciablemente curiosa persona con una sólida ética de trabajo y que se divertía con lo ridículo”.
Se dice que sabía mucho antes que sus compañeros de universidad la carrera que quería seguir: banca de inversión.
Según su perfil en el sitio LinkedIn, formaba parte de un comité estudiantil de fondos de inversión y viajó a Londres, en 2015 para hacer un curso en Econometría Avanzada en la London School of Economics.
Su dedicación al estudio y su interés en viajar fueron las que lo llevaron a Asia. Otto había ido a estudiar en una universidad en Hong Kong con un programa de estudio en el extranjero, en enero de 2016, y decidió hacer una escala en Corea del Norte.
Lo hizo a través de una compañía de viajes de China llamada Tours de Jóvenes Pioneros, que anuncia un servicio de “viajes de bajo presupuesto a lugares donde tu madre preferiría que no fueras”.
“Decidieron llevarse al estadounidense”
Danny Gratton, de Staffordshire, en Reino Unido, compartió una habitación con Otto Warmbier durante el viaje . Eran los dos únicos miembros del tour que estaban viajando sin acompañante.
“Nos caímos bien desde el primer momento. Él era muy inteligente y amigable”, le dijo a la BBC.
La noche en que se alega que Otto intentó llevarse el cartel de un lugar restringido para los empleados del Hotel Internacional Yanggakdo, fue la de Año Nuevo de 2015, segundo día del tour.
Con anterioridad, el grupo había hecho un viaje a la frontera con Corea del Sur, antes de regresar, comer y tomar un bus a la plaza central de Pyongyang para ver un espectáculo de fuegos artificiales. Comieron y bebieron cerveza, contó Gratton.
Pero no hicieron ninguna locura. “No era ese tipo de vacación”, declaró Gratton. “Seguimos las reglas”.
Explicó que “no hubo nada que indicara” que Otto se hubiese llevado el cartel de propaganda y que ni lo había mencionado.
El gobierno de Corea del Norte divulgó un video borroso que muestra una figura oscura cuya cara no se puede ver despegando el cartel en una pasillo.
Otto fue detenido cuando pasaban por el control de inmigración en el Aeropuerto Internacional de Pyongyang, el 2 de enero de 2016.
“Faltábamos dos personas para pasar por el control de pasaportes. Entregamos nuestros pasaportes y el tipo señaló a Otto, y luego señaló la puerta. Dos guardias de seguridad vinieron y se lo llevaron”, dijo Gratton.
“Yo hice un comentario irónico. Dije, ‘bueno, no te volveremos a ver’. El me sonrió y esa fue la última vez que lo vi”.
“Tomaron la decisión de llevarse al estadounidense. Simplemente le tocó, estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada”.
“Aterrorizado y maltratado”
Después, cuando el resto del grupo llegó a Pekín, uno de los guías supuestamente habló con Otto por teléfono y este le dijo que tenía “un severo dolor de cabeza y quería que lo llevaran al hospital”, reportó The Washington Post, citando a otro de los turistas que viajaban en el grupo con Otto.
Corea del Norte no confirmó el arresto de Otto hasta semanas después, el 22 de enero. Él dio su declaración televisada a finales de febrero y en marzo fue condenado a 15 años de trabajos forzados por crímenes contra el Estado.
Los observadores catalogaron la sentencia de inusualmente severa para un extranjero y consideraron que pudo estar relacionada a las crecientes tensiones entre Corea del Norte y EE.UU. sobre el programa nuclear del primero.
No está claro qué le pasó a Otto entre su sentencia y el anuncio hecho por el gobierno de su liberación el 14 de junio de 2017.
Pero su padre, Fred, asegura que cayó en coma “el día después de la sentencia”, hace más de un año.
En una rueda de prensa, portando la misma chaqueta que su hijo vistió el día en que “confesó” en Pyongyang, dijo que el gobierno de Corea del Norte había “maltratado y aterrorizado” a Otto.
Corea del Norte dice que lo liberó por “razones humanitarias”.
Las agencias de inteligencia del norte pudieron haber mantenido el estado de su salud en secreto, aún para altos funcionarios, por temor, señaló Stephan Haggard, director del programa Corea-Pacífico de la Universidad de California, en San Diego.
En algún momento, alguien se hubiera dado cuenta “de que el peor escenario sería que el joven muriera en su custodia”, generando un frenético esfuerzo diplomático para sacarlo, dijo el académico a la agencia AFP.
El doctor Daniel Kanter, uno de los médicos en Cincinnati que atendió a Otto dijo que cuando llegó a EE.UU. estaba en un “estado de vigilia inconsciente”. No hablaba pero manifestaba “apertura de los ojos y parpadeos espontáneos”.
La causa del daño cerebral se atribuyó a un paro respiratorio pero no está claro qué lo pudo haber ocasionado. No había señales de que Otto hubiera sido golpeado.
Podía respirar por sí solo pero no hablar y, por pedido de la familia, los médicos no hicieron pública una prognosis.
Menos de una semana después de su regreso a EE.UU., hicieron público su fallecimiento.
El mes pasado, los padres del joven, que siempre han mantenido que su hijo fue torturado cuando estaba preso en Corea del Norte, tuvieron un enfrentamiento público con el presidente de EE.UU., Donald Trump.
En febrero pasado, durante sus conversaciones con Kim Jong-un en Vietnam, el tema de la muerte del joven volvió a aflorar.
“Él [Kim] me dijo que no sabía nada del caso y creo en su palabra. No creo que hubiera permitido que eso sucediera, simplemente no creo que fuera beneficioso para él dejar que eso sucediera”, afirmó el presidente estadounidense.
Fred y Cindy Warmbier se mantuvieron en silencio durante los días de la cumbre en Vietnam, pero tras su conclusión, se pronunciaron en un comunicado.
“Hemos sido respetuosos durante este proceso de la cumbre. Ahora debemos hablar. Kim y su malvado régimen son responsables de una crueldad e inhumanidad inimaginables“, escribieron.
Los padres del joven también cuestionaron los elogios que vertió Trump hacia el líder norcoreano.
En su opinión, “ninguna excusa o alabanza generosa” puede cambiar “la brutalidad” del régimen norcoreano.
El último giro en este caso, fue la noticia de que las autoridades de Corea del Norte entregaron al gobierno de EE.UU. una factura de US$2 millones por los cuidados médicos de Otto Warmbier. Por el momento no ha sido pagada.
*Este artículo se publicó originalmente en junio de 2017 y fue actualizada en abril de 2019.
Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga la última versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.