El problema de los niños de hoy es que no se aburren
Es tarea de los padres darle espacio a sus hijos para que mediante el aburrimiento estos puedan llamar a la creatividad
Si tu hijo pasa de una actividad a otra, de un juego divertido a luego pedirte un dispositivo para jugar o ver videos, de enojarse porque no puedes jugar con él o simplemente sentirse mal porque no puede crear algo emocionante que le motive, es posible que esté como la mayoría de los pequeños en la actualidad que no se aburre y es preciso que los padres no hagan nada para solucionarlo.
Seguramente dirás, pues si mi hijo tiene ese problema entonces debo ayudarlo. No, la idea no es que vivas solucionando todos sus inconvenientes, como este que le da cierta frustración con frecuencia. Se dice que los niños de ahora están hiperprotegidos, sobrestimulados y son pocos creativos fundamentalmente porque los padres no les dejemos espacios para tal aburrimiento.
Hablamos del aburrimiento como una emoción que puede transformarse en una propuesta de crecimiento para quien la experimenta, en este caso los niños. Es una emoción maravillosa que, aunque al principio puede resultar desagradable, la persona que la experimenta se da cuenta de que siente falta de interés por lo que está haciendo, que no encuentra ningún aliciente y, en consecuencia, le obliga a activarse.
El aburrimiento es una llamada de alerta, si una persona dice “es que lo que estoy haciendo me aburre”, rápidamente busca otra cosa y se llama a la creatividad, algo sumamente beneficiosos para los niños. Si un pequeño se aburre, esta emoción le invitará a la reflexión y es cuando surgen cosas nuevas, da pie a la innovación. De ahí que sea muy importante que los niños se aburran.
Y es fácil saber si un niño está sobrecargado de actividades. Están acostumbrados a tener muchos estímulos, a no saber esperar, no saber pasar un momento de inactividad y desde luego no saben reflexionar.
Como padres, es nuestra tarea darles espacio para que ellos mismos busquen cómo llenar sus tiempos libres. Si ha terminado sus deberes, su trabajo de escuela, su comida, su siesta, no busquemos cómo cubrir esos tiempos de esparcimiento. Debemos animarles a que ellos piensen qué hacer para que de esa forma puedan mostrarse más creativos.
Algunas actividades que pueden hacer cuando están aburridos son leer un libro, hacer una manualidad, escribir un cuento o hacer un dibujo, escribir poesía, cocinar para la familia (si tiene edad para entrar a la cocina), recoger su cuarto o lo que le despierte su creatividad.