El COVID se extiende, las ayudas se agotan
La mejora económica está amenazada por la crisis de salud y el fin de muchos alivios financieros
El rápido aumento de los casos de COVID en buena parte del país trae recuerdos de abril.
Pero es julio y mientras el avance del coronavirus se acelera y vuelven los cierres parciales en estados, importantes ayudas económicas del CARES Act, están llegando a su fin.
Ahora quedan apenas semanas para que se cierren las sesiones en el Congreso y el Senado, controlado por el partido republicano, aún no tiene un paquete de ayudas para una economía muy frágil.
El virus es la raíz de la crisis y ante la evolución de las últimas semanas y las que cabe esperar en las siguientes, cualquier expectativa de una recuperación en forma de V (rápida caída económica, breve recesión y rápida recuperación) está absolutamente descartada.
El paquete de ayudas que está considerando la mayoría republicana es, además, menor al CARES Act, y no se parece a la aprobada hace dos meses por la Cámara de Representantes, el HEROES Act.
CNN explicaba que uno de los puntos contenciosos para la salida adelante de estas ayudas es la protección de empresarios y personal médico ante demandas y la apertura de los centros escolares. Sin estas premisas la mayoría no daría la luz verde al alivio.
Mercado de trabajo
El escenario de la recesión presenta en este momento una situación de elevada incertidumbre sobre los trabajadores. La tasa de desempleo de junio es del 11.1% (y el 14.5% en el caso de los latinos) pero esta cifra se calcula durante las dos primeras semanas del mes y el COVID ha mostrado que una semana tiene ahora la intensidad de un año.
Justo a finales de junio las peores noticias sobre el aumento de los casos de enfermedad llegaban para nublar de nuevo el panorama. En este contexto, la ayuda extraordinaria del desempleo que permite que más personas lo soliciten y que se compense con $600 más a la semana acaba a fin de este mes.
Los economistas de Oxford Economics han hecho cuentas. Los trabajadores de bajos ingresos han visto como en sus industrias se perdió el 65% del empleo total. La recuperación de mayo y junio ha sido positiva y muchos han sido recontratados pero a pesar de ello su empleo está en junio un 16% por debajo de febrero.
Aunque los trabajadores de cuello blanco, los que ahora trabajan desde la mesa de sus comedores, no han sido tan afectados desde el inicio, ahora están más expuestos a despidos permanentes por el efecto de la crisis sobre la demanda, según los analistas de esta firma. “Su desempleo ha sido menos severo pero la recuperación también es más lenta”, explican.
17 semanas
El jueves, el departamento de Trabajo informó que en la semana que acabó el 11 de julio 1,3 millones de trabajadores solicitaron la ayuda al desempleo por primera vez. Es más de lo que se esperaba y coincide con la marcha atrás de algunas aperturas. Las peticiones de desempleo por la pandemia, para quienes normalmente no tienen acceso a este seguro como trabajadores gig o contratistas, sumaron 928,000.
Es la 17 semana consecutiva con más de un millón de peticiones de ayudas y desde que se desató la crisis han pasado por este proceso más de 51 millones de trabajadores. En este momento, 17,33 millones llevan dos semanas seguidas cobrando el desempleo.
Oxford Economics apunta que aunque los trabajadores de bajos ingresos han experimentado una brusca caída en los salarios, los que tienen mayores salarios también han visto estos recortados. Además de los recortes en los cheques y los despidos muchas empresas están tratando de mantener su capital haciendo pagas diferidas o reduciendo horas de trabajo.
“Con siete millones de desempleados de bajos ingresos y muchos de ellos sin capacidad financiera para afrontar el desempleo durante mucho tiempo, un fracaso a la hora de poder proporcionar apoyo fiscal extra pondría la recuperación inicial en riesgo”, aseguran estos economistas.
Sin trabajos o certidumbre en los ingresos los consumidores se van a mostrar muy conservadores a la hora de gastar lo que complica, aún más, el despegue de empresas que tienen falta de liquidez y ven crecer la montaña de facturas.
Los límites del PPP
En este sentido, La distribución del PPP (Paycheck Protection Program) ha estado lejos de ser óptima. ¿Ejemplo? Según los economistas de la Reserva Federal de Nueva York el 20% de los pequeños negocios de la ciudad de Nueva York recibieron estos préstamos que cubren 2.5 meses de gastos de plantilla. Nueva York fue una de las zonas más afectadas por la crisis mientras que la mitad de los negocios en Nebraska que no lo estuvo ni de lejos en la misma medida y no tuvo que cerrar sus actividades recibieron este alivio.
El Washington Center for Equitable Growth explicaba que los negocios que han recibido este dinero no han podido evitar despidos y una encuesta de Goldman Sachs revela que de los que han recibido la ayuda solo el 16% son optimistas con respecto a mantener su negocio sin más ayudas del Estado. El 84% habrá agotado lo recibido la primera semana de agosto.
Más dinero para estados y ciudades
Otro de los problemas más graves están en las cuentas de los estados y municipios. Hay menos ingresos por impuestos y más gastos por efecto del COVID. En el HEROES Act, hay presupuestada una partida billonaria para asistir a estos gobiernos locales pero no se sabe qué puede traer la legislación propuesta por los republicanos. El ex presidente de la Fed, Ben Bernanke, pidió el miércoles en The New York Times que esta ayuda no se deje en el tintero.
“Este nuevo paquete de alivio debe ser significativamente mayor que el anterior ($150,000 millones) y proveer no solo asistencia a gobiernos locales y estatales pero además continuar apoyando a los desempleados, la inversión en salud pública y ayuda en lo necesario para estabilizar la demanda agregada y conseguir el pleno empleo”, escribía.
Bernanke es un experto en la Gran Depresión. En aquella crisis una fuerte inversión pública facilitó la salida de la emergencia económica pero las ayudas se retiraron antes de la estabilización y hubo una fuerte recaída. Es una lección.