Madres que perdieron a sus hijos por la violencia en Chicago piden ayuda a líderes locales
Se planeó para el 1 de mayo una marcha contra la violencia desde el Paseo Prairie Garden hasta la casa de la alcaldesa Lightfoot en Logan Square
El dolor y el hambre de justicia tras haber perdido a sus hijos a causa de la violencia con armas de fuego unen a madres y padres de Chicago, quienes se reúnen en una organización comunitaria local donde comparten vivencias y se asisten para sanar a través de grupos de ayuda y apoyo personal.
Las familias reciben terapia contra la violencia, se les ofrecen programas, participan en retiros, luchan por la paz en las comunidades y exigen justicia para las víctimas de violencia callejera.
Después de que Elizabeth Ramírez perdió a su hijo Harry Rodríguez por la violencia armada, ella dijo que quiso hacer algo con ese dolor que sentía. Sabía que no era la única madre pasando por lo mismo.
“Una madre nunca piensa que algo así le va a pasar a su hijo, mi muchacho no andaba en nada negativo, pero también están matando a las personas buenas. Para mí fue un dolor bien grande, yo dije ‘tengo que hacer algo con este dolor’, porque no soy la única madre que sufre por perder a un hijo por la violencia”, dijo a La Raza Ramírez. Ella y Roberto Torres fundaron la organización Parents for Peace and Justice.
La fiesta de cumpleaños anticipada que le hicieron a Harry Rodríguez sus amigos y familiares terminó en tragedia cuando él estaba por cumplir los 24 años, el 23 de octubre de 2011.
Rodríguez, quien era residente de Belmont Cragin, barrio en el noroeste de Chicago, celebraba su cumpleaños en el apartamento donde vivía en la avenida LeClaire cuando alrededor de la 1:55 am un sujeto enmascarado armado irrumpió y abrió fuego en el lugar.
Rodríguez y otro joven, de 21 años, recibieron disparos.
Aunque han pasado 10 años de la muerte de Rodríguez, su caso todavía está sin resolver. No está claro por qué el hombre enmascarado irrumpió por la puerta trasera del apartamento y comenzó a disparar.
Elizabeth Ramírez dijo que su hijo era un muchacho con buen corazón, estudiaba en el Wilbur Wright College, quería ser maestro de educación física y trabajaba en una fábrica por la noche.
Parents for Peace and Justice empezó con 12 madres y ahora son más de 30, señaló Ramírez cofundadora de la organización establecida en el noroeste de Chicago. Ella dijo que muchas de esas madres aún no han recibido justicia por la muerte de sus hijos a causa de la violencia con armas de fuego que impera en las calles de Chicago.
Catalina Andrade perdió a su hijo Miguel Ángel Ríos cuando él tenía 18 años, el 18 de julio de 2020. La familia asegura que alguien quiso robarle a Ríos y lo mataron. Están en busca de respuestas y reclaman justicia.
La Policía de Chicago dijo que Ríos conducía hacia el sur por la avenida Washtenaw a las 3:28 am cuando alguien le disparó. Ríos chocó el vehículo contra un árbol la calle 24, en el barrio de La Villita. El joven fue declarado muerto en la escena, a causa de una herida de bala en el pecho, según la autopsia realizada por la oficina del médico forense.
Cuando Andrade se reúne con el grupo de madres de Parents for Peace and Justice dice que hay hasta dos mesas llenas de fotos de muchachos que han muerto debido a la violencia con armas de fuego y las pandillas. “Son más de 30 muchachos que no han tenido justicia, que los han matado injustamente en la calle sin razón y nadie está en custodia, nadie está pagando por esas muertes, los asesinos andan en la calle matando más gente inocente”.
Miguel Ángel Ríos se graduó de la UIC College Prep y trabajó en el Shedd Aquarium desde los 16 años. Andrade cuenta que su hijo no estuvo involucrado con padillas: “el único error de mi hijo fue que salió en su coche a ver a su novia y como ella no salió se dio la vuelta para regresar para mi casa y se metió a una calle equivocada y lo balearon, chocó con un árbol y allí llegaron y le robaron”.
‘Para nosotros no hay apoyo, para nosotros no hay marchas’
Andrade dijo que, como madre de un hijo baleado, piensa que debe haber más vigilancia y más policías y endurecer las leyes. “Deben de tener leyes más severas… Si a alguien agarran con una pistola y ya tiene récord criminal y es un pandillero, ¿por qué lo dejan salir? Pagan una fianza, le ponen un monitor y ellos siguen haciendo lo mismo matando gente inocente”.
Andrade enfatiza que hace falta apoyo de la comunidad y de sus líderes para las familias que han perdido a sus seres queridos a causa de la violencia con armas de fuego y que se necesita que el gobierno local se encargue de poner recursos para mejorar las comunidades.
Ante el silencio de la gente y de las autoridades, Andrade dice que lo eso le hace pensar a veces que no va tener justicia para su hijo. “Se va hacer un caso frío, otro caso frío como tantos que están en la ciudad de Chicago”.
Según Ramírez, hay mucha gente de la comunidad que es testigo de los tiroteos, que sabe lo que sucedió, pero no habla por temor a represalias y porque no hay protección para los testigos.
“Me mataron en vida, pero me hicieron inmortal para pelear, yo voy a seguir buscando justicia para mi hijo y para muchos muchachos que han matado víctima de las pandillas y de la violencia armada. Eso no lo dicen, para nosotros no hay apoyo, para nosotros no hay marchas”, hizo hincapié Andrade.
‘Nuestro hijos también valen algo’
Ramírez también hizo referencia al caso del menor Adam Toledo, de 13 años, asesinado a manos de un policía en el barrio de La Villita, el 29 de marzo.
Para Ramírez, los pandilleros están usando a los niños. Ella piensa que ese fue el caso de Toledo. “Es lo que pienso que pasó con Adam y también, si no hay amor en la casa, los niños se van a ir para la calle y se van a juntar con ‘gangueros’ porque ellos piensan que les van a dar ese amor que le falta y no es así”.
Ramírez instó a que toda la gente de la comunidad que se ha unido para demandar justicia en el caso de Adam se una a su lucha. “Quisiera que se unan con las madres que perdieron a sus hijos por un ‘ganguero’, por la violencia en las calles, que sean esa voz para esas madres, porque nuestros hijos también valen algo, eran alguien, tenían familia, muchos de ellos eran padres”.
El grupo tenía previsto llevar a cabo una marcha contra la violencia que iniciará desde el Paseo Prairie Garden en el 2614 N. Kedzie hasta la casa de la alcaldesa de Chicago Lori Lightfoot en el barrio de Logan Square, el sábado 1 de mayo a las 6 pm.
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