SWOP y CCJF se comprometen a realizar en Chicago intervención temprana en comunidades de alto riesgo de violencia
Para prevenir la violencia, atender a sus víctimas y dar opciones de reintegración social a personas que han delinquido y purgado su condena, organizaciones como el Proyecto Organizador del Suroeste, la Fundación de Justicia Comunitaria de Chicago y otras expanden su infraestructura y servicios para beneficiar a más a personas que residen en vecindarios afectados por la violencia, mejorar la seguridad comunitaria y promover la equidad y las oportunidades de salir adelante
Entre las organizaciones que ofrecen servicios y recursos para desviar a adolescentes de los malos caminos sobresale el Proyecto Organizador del Suroeste (SWOP, por sus siglas en inglés), una organización comunitaria compuesta por 45 entidades, entre ellas grupos religiosos de una variedad de denominaciones, escuelas, corporaciones de desarrollo comunitario, hospitales, centros de bienestar, agencias de servicios sociales y otros representantes de diferentes sectores basados en el suroeste de Chicago.
Más allá de la policía, son estos grupos comunitarios los que asesoran a padres de familias y aportan fondos para apoyo a adolescentes de bajos recursos y poco crecimiento económico. Trabajan en su mayoría en comunidades caracterizadas por oportunidades de empleo restringidas, escasez de recursos y bajos niveles de participación comunitaria, además de sufrir altos índices de violencia.
Según el Centro de Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), existen varios factores sociales que conducen al descenso de la calidad de vida y a crisis de pobreza.
La multiplicidad de factores de riesgo que causan y a la vez la consecuencia de la falta de inversión económica a nivel local también impone un acceso limitado a satisfactores de necesidades consideradas como básicas: alimentación saludable, vivienda segura, educación de calidad y atención médica adecuada.
En comunidades de altos niveles de pobreza y desigualdad del área de Chicago, organizaciones sin fines de lucro como SWOP dedican sus recursos a empoderar y apoyar a individuos con las herramientas necesarias para que puedan encarar los factores que los hacen más vulnerables a la violencia.
Por medio de sus contribuciones comunitarias, iniciativas como Light in the Night (‘Iluminar las noches’) despiertan las cuadras de Chicago caracterizadas por altos índices de violencia con una descarga impresionante de actividades para toda la familia, comida y acceso a recursos.
Por su parte, líderes comunitarios como Calvin Brown, director del programa contra la violencia de SWOP, hacen la diferencia en la vida de adolescentes y padres de familia en comunidades en las cuales la desigualdad afecta de manera desproporcionada a las personas de color.
Brown inició su carrera con SWOP como administrador de casos, pero también forma parte del grupo de Comunidades Asociándose para la Paz (Communities Partnering 4 Peace o CP4P, por sus siglas en inglés). Este grupo de intervencionistas comunitarios enfocan sus esfuerzos en medidas preventivas para reducir la violencia y la actividad pandillera en comunidades de alto riesgo de violencia.
“En gran parte, mi trabajo consiste en salir y buscar a los perpetradores de la violencia y a las víctimas de los perpetradores para tratar de hablar con ellos y ver si podemos ayudarlos con un estilo de vida diferente al que llevan”, dijo a La Raza Brown.
El siguiente paso en el proceso de intervención es invitar a los miembros de la comunidad a asistir a uno de los programas de enriquecimiento personal que SWOP ofrece en sus instalaciones actualmente ubicadas en 2558 W. 63rd St., en la comunidad de West Lawn.
“Una vez que los tenemos en el centro les ofrecemos asesoría con nuestros trabajadores de alcance y los ayudamos a conectarse con necesidades esenciales, lo que puede incluir ayuda para conseguir una identificación, certificados de nacimiento o tarjetas de seguro social. Además, les ayudamos a elaborar su currículum vitae y los conectamos con programas de capacitación y preparación para la búsqueda de empleo”, explicó Brown, de 49 años.
Para quienes son elegibles, apoyos de alimentos, alojamiento, acceso a atención médica y recursos para la salud mental también son ofrecidos de modo gratuito.
La meta de esta organización es lograr el crecimiento personal de cada individuo que entra por las puertas del centro comunitario o de los que son identificados después de un incidente violento o durante uno de los eventos comunitarios que realiza SWOP.
Alcanzar este objetivo requiere atención consistente y un equipo de trabajo con mucha paciencia y motivación personal. Brown, quien fue criado en las viviendas de bajos recursos ubicadas en el sur de Chicago, tiene experiencia de primera mano con un programa de prevención temprana: la iniciativa Henry Booth House.
“En realidad soy producto del trabajo [de un mentor]. Nunca estuve encarcelado ni encerrado y eso se debe a que uno de los trabajadores de alcance se acercó a mí, me ayudó a terminar la secundaria e incluso hice algo de Universidad. Él me ayudó a conseguir un buen trabajo. De hecho, hasta el día de hoy sigo conectado con él”, contó Brown, originario de la comunidad de Bronzeville. Brown utiliza las lecciones que aprendió de su mentor para ayudar a los participantes de SWOP a “tener una vida mejor”.
Estos centros comunitarios ofrecen a jóvenes adolescentes y a sus familiares un escape de su vida diaria, que en ocasiones implica contacto con drogas y alcohol, sufrimiento emocional, conflictos violentos en el hogar y la presencia de pandillas. En cambio, en SWOP los participantes pueden tomar clases de computación y cursos vocacionales, jugar baloncesto, asistir a un círculo de paz para abordar situaciones difíciles en un ambiente seguro, aprender a ser soldadores de máquinas, obtener certificados de construcción para conducir un montacargas, recibir un sueldo semanal por su participación o simplemente relajarse en un espacio tranquilo.
El día en que La Raza platicó con Carlos Ortez, uno de los trabajadores de alcance de SWOP, él realizaba un círculo de paz, una actividad de justicia restaurativa, con un grupo de jóvenes. Dentro del círculo, los jóvenes participantes tomaban turnos leyendo de un libro y practicando su dicción.
Una de las tácticas preventivas que Brown aprendió de su mentor fue apartar a los jóvenes de sus áreas de confort para así despojarlos de sus perspectivas limitadas y mantenerlos ocupados durante las horas en que podrían involucrarse en actividades peligrosas.
“Generalmente, cuando me metía en problemas estaba rodeado de gente que no era buena para mí, en especial pandilleros”, enfatizó Brown, quien trabaja desde los 18 años en este campo.
No es fácil impulsar a algunos de los participantes jóvenes a entregarse completamente al programa porque ellos no siempre cuentan con apoyo de sus padres o parejas en sus hogares. La lucha más grande, dijo Brown, es mantenerlos enfocados a través de la educación o un empleo de calidad.
Un día en la vida de los trabajadores de alcance puede incluir visitar o ponerse en contacto con 20 o 25 participantes y confirmar la seguridad y el estatus de salud mental de cada uno de ellos. Como mentor, Brown asegura que ha aprendido que su rol es “levantarlos, ponerlos de pie, mostrarles el camino por el que deben ir y esperar que tomen en cuenta todas las cosas que tú les enseñaste”.
El servicio de SWOP se concentra en las comunidades de West Lawn, Chicago Lawn, West Englewood, Gage Park, Ashburn y West Elsdon. En su mayoría, los participantes son hombres entre las edades de 16 y 24 años. Este enfoque está alineado con las prioridades del municipio de Chicago y su plan integral de reducción de la violencia denominado ‘Nuestra ciudad, nuestra seguridad’ (‘Our City, Our Safety’).
En Chicago, los esfuerzos y fondos dedicados a crear comunidades seguras están centrados en 15 áreas comunitarias que comprenden el 24% de la población de la ciudad.
Según este plan de acción, “la violencia ha persistido aquí durante décadas porque las causas subyacentes (racismo sistémico, desinversión, pobreza, falta de servicios sociales) no han sido abordadas y el uso de la vigilancia policial como solución principal ha fracasado”. Estas comunidades, donde las tasas de tiroteos y homicidios son las más altas en la ciudad, también son en su mayoría comunidades afroamericanas y latinas.
Desde 2018 hasta 2020, el 63% de los homicidios y tiroteos no fatales de la ciudad ocurrieron dentro de estas 15 áreas comunitarias. En 2020, el 79% de las víctimas de homicidio o disparos no fatales fueron afroamericanas y el 15% fueron de origen latino.
Al escuchar estas cifras, Brown reconoció que hay mucho trabajo por hacer, pero no se rendirá y admitió que vale la pena porque SWOP está contribuyendo al mejoramiento de dos de las comunidades identificadas, West Lawn y West Englewood. Es especialmente gratificante para él cuando sus pupilos lo contactan para agradecerle todo su esfuerzo o para dejarle saber que consiguieron trabajo, algunos ejerciendo carreras como oficiales de policía o bomberos.
Ampliar el alcance y los servicios
Según un vistazo al mapa y resumen de datos recolectados en tiempo real de las tendencias de violencia en Chicago, la mayoría de las víctimas de incidentes violentos en Chicago, un 84% son varones y 68% tienen entre 20 y 39 años.
De manera similar, Brown destaca que la mayoría de sus clientes son varones, pero recientemente ha visto un aumento drástico en el número de mujeres sin hogar buscando apoyo y servicios sociales.
“Las mujeres que están buscando ayuda tienen entre 18 y 26 años y son personas sin hogar y con hijos. Nuestra organización trabaja con un albergue para ayudarlas a conseguir acceso a una vivienda o alojamiento”, contó Brown.
SWOP tiene previsto mudarse a un inmueble más espacioso para expandir sus servicios y responder a la amplia variedad de necesidades de sus participantes.
Actualmente cuentan con seis administradores de casos, quienes trabajan con entre 50 y 100 participantes al año. Además, con la finalidad de aumentar su impacto en la comunidad, contratarán a más trabajadores al instalarse en el nuevo edificio ubicado en 2631 W. 63rd St.
Establecer paz en una comunidad es un trabajo agotador. Los que ejercen esta carrera tienen que ser versátiles y resilientes para seguir en pie después de largas jornadas de trabajo escuchando historias devastadoras y manteniendo la compostura para inspirar a los demás a luchar por una vida mejor.
En una oficina más grande tendrán espacio adicional para realizar este trabajo tan importante y ofrecer a sus clientes la privacidad necesaria para consultar con médicos y abogados, si es necesario. “Aquí no hay espacio para eventos comunitarios o para tratar con las víctimas de disparos y violencia callejera”, explicó Brown. “Queremos que nuestras instalaciones sean una reflexión de la calidad de servicio profesional que ofrecemos”.
El impacto que tiene SWOP en las comunidades donde ofrece servicios es amplificado con ayuda de otras organizaciones sociales.
Brown está orgulloso de resaltar que en los próximos meses colaborarán con las organizaciones PODER, la Línea Directa de Violencia Doméstica de Illinois, CP4P, Chicago Cares y Equal Hope para enaltecer y empoderar a mujeres.
En marzo tenían previsto celebrar el Día de Apreciación de la Mujer con servicios para mujeres mayores de 16 años como técnicas de cuidado personal, masajes y manicuras durante un evento en las instalaciones de PODER, el centro de integración para inmigrantes. Esto para conectar a mujeres con recursos y crear una red de apoyo social. Para mayo, además, planean realizar el tercer evento anual contra la violencia para madres cuyos hijos han sido víctimas de la violencia armada.
“No las invitamos para recordarles lo que les pasó, pero para que puedan formar una hermandad. Y muchas de ellas que no buscan ayuda profesional puedan conocer a alguien que pasó por lo que ellas han pasado y puedan conectarse para hablar”, dijo Brown.
Estos eventos fomentan un sentido de comunidad, unos de los elementos ausentes en la mayoría de los vecindarios con alto riesgo de violencia. Al empoderar a las madres, ellas pueden unirse para frenar a los maleantes que se apoderan de sus cuadras e influyen en sus familiares jóvenes.
Combatir la inseguridad con intervención comunitaria
Una de las estrategias integradas que realiza SWOP es organizar eventos familiares. Para ello solicitan un permiso del municipio para cerrar una de las cuadras más peligrosas de Chicago, identificada así por el alto índice de criminalidad y delitos violentos que ocurren en ese lugar. A este tipo de despliegue social SWOP invita a una variedad de grupos que aportan apoyo en diferentes ramas de ayuda, entre ellas información sobre atención médica, vivienda, educación y alimentación.
Estos esfuerzos en áreas de gran impacto hacen la diferencia en la lucha contra una de las causas de la inseguridad ciudadana: el miedo de salir a las calles ante la posibilidad de ser víctima de la delincuencia.
Esta táctica la identificó Jane Jacobs en su libro Muerte y vida de las grandes ciudades americanas (Death and Life of Great American Cities). La escritora, periodista y activista, quien acuñó el término ‘ojos en la calle’, escribió que “para que una calle sea un lugar seguro debe haber ojos en la calle, ojos que pertenecen a aquellos a quienes podríamos llamar los propietarios naturales de la calle”.
Reemplazar un ambiente de aprehensión con uno de paz y tranquilidad se logra con este tipo de intervención festiva, que tiene como finalidad fomentar un sentido de comunidad entre los vecinos y empoderarlos brindándoles acceso a los recursos necesarios para superar las condiciones sociales que limitan el ejercicio de su libertad.
“Queremos conseguir que las madres vengan a nuestro centro y se lleven información y recursos para impulsar a sus hijos, sobrinos, vecinos y nietos a seguir buenos pasos”, explicó Brown.
Para Brown es una señal de progreso ser testigo de una cuadra repleta de grupos de madres y niños jugando fuera de sus casas, platicando sin miedo con los representantes de las organizaciones que han llegado a su cuadra para intentar ayudarlos con información sobre las diferentes áreas de necesidad. La alternativa es ver a un grupo de policías investigando la muerte de otra persona acribillada a balazos y a las madres viendo los acontecimientos con miedo, escondidas detrás de las cortinas de su hogar.
Reemplazar eventos criminales con eventos festivos
Brown afirma que se necesita involucrar a padres y jóvenes en eventos y conversaciones sobre sus comunidades para realmente disminuir la delincuencia y mejorar la seguridad. Y aunque es un problema complejo, Brown tiene fe en el poder de una comunidad unida por la paz. No obstante, existen estructuras sociales que perpetúan la desigualdad y que deben cambiar para realmente prolongar el impacto positivo de los esfuerzos de una organización como SWOP.
“Debe haber más oportunidades y opciones de empleo para todos, no solo para hombres y mujeres jóvenes, sino también para adultos. No tenemos muchas oportunidades de empleo que ofrezcan un salario justo, y la pobreza en nuestros barrios crea más crimen”, explicó Brown.
A su vez, es de suma importancia invertir en centros comunitarios y espacios seguros donde personas de todas las edades pueden acudir para estar lejos de las malas influencias y satisfacer necesidades básicas como alimentación, alojamiento, educación y atención médica. Esos cambios no ocurrirán de manera inmediata, pero toda la ayuda, independiente de su tamaño, es monumental para residentes que son víctimas o testigos de crímenes a unos pasos de sus puertas casi todos los días.
El trabajo por la paz es de todos
Los medios juegan un papel significativo en la diseminación de información de interés y utilidad para miembros de comunidades marginalizadas. “En comunidades, predominantemente latinas y afroamericanas, queremos mostrar las cosas buenas que están sucediendo y mostrar lo que se está haciendo para tratar de ayudar, en vez de solamente dar las malas noticias”, recalcó Brown. Además de los eventos que realiza SWOP, Brown resalta que es importante establecer conexiones a nivel local y difundir información a través de iglesias, negocios y grupos de confianza en comunidades de alto riesgo.
Combatir el crimen requiere de un acercamiento multifacético con las víctimas o individuos en alta probabilidad de serlo. SWOP es parte de una red de organizaciones no lucrativas que reciben apoyo financiero, a través de su afiliación con la iniciativa CP4P, para juntos reducir el número de balaceras y homicidios en Chicago y establecer y recuperar espacios seguros en las comunidades más afectadas por la violencia a mano armada.
Estos grupos de intervención de violencia comunitaria (CVI, por sus siglas en inglés) interrumpen actividades que involucran actos ilícitos y resultan en crímenes. Como alternativa, ofrecen acceso a terapia, consejería, apoyo legal, programas de capacitación y vocación y ayuda para conseguir el diploma de la secundaria. La meta es crear un modelo holístico para enfrentar los factores sociales que impulsan el crimen.
En 2021, el gobierno estatal promulgó la ley Reimaginar la seguridad pública (Reimagine Public Safety Act), estableció la Oficina de Prevención de Violencia de Armas de Fuego y comenzó a financiar a los grupos CVI. Según un reporte sobre CP4P publicado en marzo de 2023, la intervención de los CVI impidió 383 balaceras fatales o no fatales en las comunidades donde estos grupos ofrecen servicios.
A finales de 2023, la iniciativa contra la violencia armada Chicago CRED reveló su plan ‘Ampliar la intervención contra la violencia comunitaria para un Chicago más seguro’ (SC2), que apoyará la coordinación entre docenas de grupos comunitarios y el gobierno local y estatal. El objetivo de SC2 es ofrecer servicios a 10,000 residentes de Chicago, la mitad de los que se estima corren el mayor riesgo de ser víctimas de disparos.
Este apoyo financiero de parte del gobierno, grupos filantrópicos y negocios hará posible el desarrollo y la implementación de programas de intervención que responderán a las necesidades de cada comunidad.
Un sitio con muchas soluciones
La inversión local en organizaciones que trabajan con comunidades de alto riesgo de violencia permitirá la expansión de grupos de apoyo para poner la asistencia legal al alcance de las personas que la necesitan. Así como SWOP, la organización sin fines de lucro Fundación de Justicia Comunitaria de Chicago (Chicago Community Justice Foundation o CCJF, por sus siglas en inglés) abrirá pronto las puertas de sus nuevas instalaciones y ofrecerá asesoría legal a personas de bajos recursos. CCJF forma parte de la Alianza de Organizaciones de Servicios Locales (Alliance of Local Service Organizations o ALSO, por sus siglas en inglés), que se une a la lista de grupos CVI.
“Nuestro enfoque principal son los servicios legales para ayudar a las personas a abordar problemas de todo tipo, ya sea para eliminar antecedentes penales, ayudar a las personas a recuperar su licencia de conducir o a aprender sobre los pasos que deben tomar para obtener una licencia de conducir”, explicó a La Raza Sandi Byrd, directora ejecutiva de CCJF, en entrevista en el inmueble que será la sede del nuevo centro comunitario de CCJF.
El edificio está ubicado en la comunidad de Humboldt Park y hasta hace unos meses almacenaba colchones y anteriormente fue una tienda de abarrotes.
Con mucho entusiasmo, Bryrd contó que “estamos en nuestro espacio en bruto que, con suerte, el próximo año se convertirá en un centro comunitario increíble en el que albergaremos múltiples servicios sociales”.
Las instalaciones ofrecerán computadoras para uso que sus clientes busquen trabajo o para que sus hijos completen tareas mientras sus padres resuelven sus problemas legales. Las metas son ofrecer espacios profesionales, con salas de conferencias y oficinas, que conecten a la comunidad con varios recursos sociales y diseñar oportunidades para realizar interacciones intencionales entre vecinos. El espacio de estacionamiento funcionará además de área de recreación y eventos especiales donde se podrán organizar torneos para jóvenes.
Brown explicó que se debe encarar el tema de la inseguridad comunitaria con una estrategia multifacética. Con la apertura de las nuevas instalaciones de CCJF, la comunidad de Humboldt Park y sus alrededores tendrá a su alcance un centro integral que contará con la presencia de varias agencias de servicios sociales todas bajo el mismo techo para facilitar este acceso.
“Aquí tendremos un contrato de arrendamiento a largo plazo firmado con una alianza de organizaciones de servicios locales que realizan trabajo en las áreas de prevención de la violencia, desarrollo de la fuerza laboral para el reingreso y proveedores de salud mental. Se ofrecerá un entorno seguro para que individuos puedan hablar con nuestros abogados, quienes los podrán referir con otras agencias sociales ubicadas a unos pasos de nuestras oficinas para ayudarlos a seguir adelante sin tener que preocuparse de poder pagar”.
La idea de esta organización surgió después de varias conversaciones con clientes de ALSO, durante las cuales aprendió Byrd que las vidas de muchos de sus clientes estaban atascadas mientras esperaban acceso a ayuda legal.
Un puente para lograr representación legal justa y necesaria
La asesoría legal es un recurso valioso que frecuentemente está fuera del alcance de personas de escasos recursos. En comunidades de alto riesgo, también es más alta la probabilidad de tener contacto con las autoridades policíacas y de que un individuo o sus familiares tengan antecedentes criminales que compliquen el proceso de conseguir una licencia para conducir o sean un obstáculo para conseguir un trabajo.
Hay situaciones legales que impiden que un individuo pueda sobresalir o funcionar en esta sociedad. Byrd explicó que estos problemas legales abordan temas de crédito, problemas de vivienda o cuestiones relacionadas con la recuperación de la custodia de los hijos y la familia. Y, en la mayoría de los casos, la falta de recursos económicos paraliza a individuos en la búsqueda de servicios legales adecuados.
“Cuando las personas no pueden trabajar para ganarse la vida no se sienten seguras en su comunidad. Y ahí es cuando vemos el auge de la criminalidad, porque la gente siente que no tiene otra opción”, dijo Byrd, quien ha ejercido la carrera de abogada desde 1996.
Byrd aseguró que muchos de los casos que litiga son por crímenes originados en alguna necesidad, cuando un individuo piensa que no tiene otro recurso más que cometer un delito para poder sobrevivir. Puede ser una madre que fue detenida por robar un pan para alimentar a sus hijos o un padre que no tiene dinero para pagar el registro de su automóvil y las infracciones que han resultado en la suspensión de su licencia. Aun así, el individuo tiene que conducir para llevar a sus hijos a la escuela o ir a trabajar para conseguir los fondos y pagar la multa.
“Es verdad que no pagar tus multas es un delito, pero si no tienes un trabajo y te suspenden la licencia de conducir y conduces porque necesitas conseguir un trabajo, te metes en problemas por conducir con una licencia suspendida y todo se vuelve un círculo vicioso”, explicó Byrd, quien intercambió su empleo como defensora pública para ayudar a comunidades marginalizadas.
“Una de las cosas que descubrí haciendo este tipo de trabajo en los últimos años es que la mayoría de las experiencias que enfrentan individuos de bajos recursos con el sistema de justicia han sido negativas y el sistema le ha hecho algo en lugar de ayudarlos”.
Los casos legales y el proceso judicial pueden ser abrumadores e intimidantes. Por ello, se indica, es importante educar a las personas de bajos recursos sobre sus derechos legales para brindarles la oportunidad de una defensa justa. “Tener a alguien que le ayude a recorrer ese proceso le cambia la vida”, agregó Byrd. “Con el flujo de migrantes, la necesidad de ayuda legal gratuita o de bajo costo y en diversos idiomas será aún más importante”.
CCJF ofrece servicios legales a un espectro completo de edades y llevan de 30 a 50 casos al año. La mayoría de sus clientes son varones, algo indicativo de la realidad del sistema de justicia penal. El Departamento de Correcciones de Illinois reportó que un 95% de los adultos encarcelados eran varones, 53% de ellos de origen afroamericano y 12.5% de ascendencia latinoamericana.
Reforman el sistema judicial y social para impulsar el mejoramiento personal
El alivio de los antecedentes penales necesita ser ampliado para ayudar a más personas. En la opinión de la ex defensora pública, debe existir mejor distribución de los recursos financieros disponibles para hacer frente a condenas penales relacionadas con uso de cannabis y los demás tipos de delitos que tienen gran impacto en la vida de un individuo. Es una brecha en el sistema penal que se debe reconsiderar para mejorar la seguridad comunitaria.
Además, Byrd recalcó que es de suma importancia cambiar la opinión social sobre los individuos con antecedentes criminales para permitir que estas personas puedan reintegrarse a la sociedad y ser miembros productivos después de pagar sus multas y cumplir sus condenas.
“Un individuo necesita poder avanzar y no puede hacerlo si está siendo castigado constantemente por un error que cometió hace 10 o 20 años porque sus antecedentes penales no permiten que pueda conseguir un trabajo, una vivienda o un préstamo para adquirir un automóvil”, contó Byrd.
Tanto Brown como Byrd resaltan la necesidad de impulsar la colaboración entre grupos que ofrecen servicios sociales y la disponibilidad de diversas ofertas de empleos con sueldos justos para que las comunidades se sientan más seguras. Es necesario cambiar las leyes o eliminar las barreras que impiden que personas con antecedentes trabajen para mejorar su propio bienestar.
“Creo que los empleos están ahí porque vemos el bajo índice en la tasa de desempleo y el número alto de vacantes, pero algunas personas simplemente no pueden acceder porque muchas empresas descalifican a solicitantes con un historial criminal. Tuve un cliente que trabajó durante 10 años y, de repente, alguien compra su empresa y realizan verificaciones de antecedentes de todos los empleados y la persona con un historial criminal pierde todo, porque muchas empresas no contratan a personas con antecedentes”, contó Byrd, quien después de trabajar como defensora pública, en defensa penal privada y litigio civil, se “cansó del lado injusto del sistema de justicia penal” y encontró un buen equilibrio haciendo trabajo de defensa criminal y ayudando a la gente que lo necesita porque “todos somos dignos de representación legal”.
Leyes para lograr igualdad de oportunidades
En los últimos dos años, se introdujeron leyes y políticas a nivel local y estatal con el fin de responder a las ineficiencias en el sistema penal que perpetúan la discriminación o tienden a facilitar la victimización de individuos en condiciones de bajos recursos. La legislación de Illinois denominada ‘Seguridad, Rendición de Cuentas, Justicia y Equidad – Hoy’ (Safety, Accountability, Fairness and Equity – Today Act o SAFE-T, por sus siglas en inglés), identifica reformas en el sistema de justicia criminal, promulga cambios en los procedimientos que conciernen el uso de fuerza por parte de la policía, crea políticas para salvaguardar los derechos de personas que presentan querellas contra agentes de policía o el proceso penal y pone en vigor la eliminación de fianzas en efectivo, entre otros cambios.
El estado de Illinois es el primero en adoptar una legislación que reforma el proceso penal y judicial poniendo como prioridad los derechos de víctimas de crímenes y de las personas detenidas. Estas reformas fueron ideadas con el fin de confrontar el racismo y discriminación en el sistema de justicia penal. Al desarrollar mejores sistemas para reportar injusticias y procedimientos para sancionar o enjuiciar a agentes de policía que han actuado ilegalmente, se busca eliminar las brechas de desigualdad que prevalecen dentro de las estructuras del sistema de justicia penal en Illinois.
En particular, la legislación modifica el proceso de certificación y descertificación de agentes de policía; permite la investigación de agentes de policía por el procurador estatal en casos de violación de derechos civiles; requiere el uso de cámaras corporales por todas las agencias policiacas para 2025; identifica restricciones y límites al uso justificado de la fuerza por parte de un oficial; pone fin a las suspensiones de licencias de conducir por falta de pago de multas impuestas por cámaras automáticas, multas de tráfico y tarifas por vehículos abandonados; aumenta el apoyo a mujeres embarazadas; y transforma los procedimientos de un juicio que determinan si la persona detenida califica para libertad condicional.
“Me complace que la Asamblea General haya aprobado aclaraciones que defienden el principio que luchamos por proteger: poner fin a un sistema en el que los delincuentes violentos pudientes pueden comprar su salida de la cárcel, mientras que los delincuentes no violentos menos afortunados esperan en la cárcel hasta el juicio”, dijo el gobernador de Illinois JB Pritzker. “Defensores y legisladores se reunieron y trabajaron horas para fortalecer y aclarar esta ley, defender nuestro compromiso con la equidad y mantener a las personas seguras”.
Con respecto a la implementación de la ley Safe-T, Byrd está de acuerdo con la flexibilidad que esta le otorga a los jueces para decidir entre mantener a una persona detenida o dejarla salir sin tener que pagar una fianza.
“No creo que las personas deban ser castigadas por ser pobres y particularmente, en mi vida como defensora pública, no puedo decirles la cantidad de personas que representé que se declararon culpables solo para salir de la cárcel porque no podían permitirse el lujo de pagar la fianza para salir de la cárcel. Estos individuos cuentan con familiares que dependen de ellos y tienen que salir de la cárcel lo más pronto posible aunque signifique que tengan que declararse culpables”, dijo Byrd.
A través de esta actualización de criterios y políticas, la ley emite ciertas protecciones para víctimas de injusticias socioeconómicas y busca reducir la desigualdad en el acceso a la justicia y generar oportunidades equitativas para personas que carecen de ingresos, educación, salud, crédito y otros recursos productivos.
Contacto con organizaciones
Proyecto Organizador del Suroeste (SWOP)
Dirección: 2558 W. 63rd St., Chicago, IL 60629
Teléfono: 773-471-8208
Correo electrónico: info@swopchicago.org
Sitio web: www.swopchicago.org
Página de Facebook: www.facebook.com/swopchicago.org
Fundación de Justicia Comunitaria de Chicago (CCJF)
Dirección: 3845 W. North Avenue, Chicago, IL 60647
Correo electrónico: info@chi-justice.org
Sitio web: www.chi-justice.org
Alianza de Organizaciones de Servicios Locales (ALSO)
Dirección: 2519 W. North Avenue, Chicago, IL 60647
Sitio web: also-chicago.org
Página de Facebook: www.facebook.com/ALSOChicago
Chicago CRED
Dirección: 300 E. Randolph St. Suite 3850, Chicago, IL 60601
Sitio web: www.chicagocred.org
Página de Facebook: www.facebook.com/chicagocred
Comunidades Asociándose Para la Paz (CP4P)
Sitio web: metropolitanpeaceinitiatives.org/communities-partnering-4-peace
Página de Facebook: www.facebook.com/CommunitiesPartnering4Peace
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La producción y publicación de este reportaje de La Raza han sido posibles gracias al apoyo del Chicago Community Trust a través de su programa Cross Community Impact.