Ingeniera mexicana recibe doctorado de ingeniería molecular
Joven mexicana recibe el primer doctorado en ingeniería molecular que otorga la Universidad de Chicago.
Chicago.- La mexicana Paulina Rincón Delgadillo atribuye a la “perseverancia, paciencia y trabajo duro” el haber recibido el primer doctorado en ingeniería molecular que otorga la Universidad de Chicago, y que ahora la llevará a Bélgica para trabajar en la industria de los semiconductores.
A sus 33 años de edad, Rincón considera “un honor” el haber ingresado en la historia de la prestigiosa universidad como la primera latina en obtener ese título, aunque al recordar su trayectoria para ser incluida en un club muy reducido de científicos, no olvida los problemas que tuvo en su país para conseguir trabajo como ingeniera.
“Fue muy triste, pero después de graduarme en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (en Guadalajara) el único trabajo que conseguí fue como vendedora de maquinaria para la industria embotelladora”, declaró en una entrevista con Efe.
Las mujeres no eran bien consideradas en el campo de la ingeniería en México, y fue la intervención de una colega que le permitió acceder a un puesto de ingeniera de procesos en una planta textil.
“Fue una mujer la que me dio la oportunidad de cumplir mi sueño”, aseveró Rincón, quien después de dos años de trabajo en esa empresa vio que la única oportunidad de avanzar en su carrera profesional era volver a estudiar.
En 2008 dejó a sus padres y hermanos en Guadalajara y se trasladó a Estados Unidos en busca de una maestría. En la Universidad de Wisconsin, Madison, el profesor mexicano Juan de Pablo le aconsejó el programa de doctorado de cinco años de estudios.
La ingeniera recuerda que el primer obstáculo era la falta de experiencia en investigación, lo que fue obviado durante los cinco años de trabajo en México.
Luego el profesor Paul Nealey la aceptó, aún sin ser su alumna, en su equipo de trabajo dedicado a la física de polímeros aplicada a los semiconductores.
De los 30 alumnos que integraban el equipo, 15 eran extranjeros y en su mayoría de la India. Paulina era la única mexicana junto a dos puertorriqueños y un colombiano.
“El profesor Nealey me dijo que nunca antes un estudiante le había expresado sus ganas de estudiar y aprender como yo. Eso le llamó la atención e hizo que me aceptara”, expresó la mexicana para quien fue un desafío integrar un equipo de “gente brillante” que le ayudó a superar “los huecos” que tenía su formación universitaria.
En el segundo año del doctorado, fue invitada por su profesor a implementar en Bélgica una planta piloto de semiconductores con los conocimientos de micro y nano electrónica logrados en el laboratorio.
El trabajo realizado por la ingeniera mexicana era con transistores desarrollados en líneas que permitían reducir al máximo el tamaño.
El proyecto, pensado inicialmente para un año en el Consorcio Imec de la ciudad de Leuven, se extendió a cinco, lo que le permitió estudiar y obtener otro doctorado en la Universidad Católica de esa ciudad, esta vez en ingeniería eléctrica.
Cuando regresó a Estados Unidos en 2012 no lo hizo a Madison, sino que fue invitada por su mentor Nealy a incorporarse al nuevo Instituto de Ingeniería Molecular que iba a dirigir en la Universidad de Chicago.
Rincón completó allí su doctorado en ingeniería molecular y su descubrimiento sobre transistores, que tuvo gran impacto en la industria de los semiconductores, se convirtió en el tema de su tesis doctoral y de las conferencias que dio en Japón, Francia, Alemania y por todo el país.
“Nunca creí que llegaría hasta aquí cuando inicié mi aventura en el 2008”, expresó.
Con una carrera de estudios y trabajos en tres ciudades y dos países, y “un ir y venir constante”, Rincón reconoce que su vida personal ha sido muy complicada, pero confía en su futuro en Leuven, una ciudad belga que a su entender “está necesitando de una mayor presencia latina para ser más divertida”.
Su nueva etapa laboral empieza a partir del 30 de junio como investigadora del Imec en Bélgica.