Controversia por “club social”

Concejal y residentes de Humboldt Park logran el cierre de un club social en la calle Division

El concejal Roberto Maldonado (D-26) y varios clérigos y líderes de la comunidad de Humboldt Park exigieron a la Asamblea General de Illinois que modifique las regulaciones de clubes sociales en el estado para poder monitorear estos establecimientos.

Maldonado afirma que desde hace más de cuatro años ha alertado a la policía de Chicago sobre las peleas y actos delictivos que suceden en un “club social privado”, localizado en el 2506 W. Division Ave., en frente de su oficina; pero ni la policía ni la Ciudad han podido intervenir por restricciones legales.

“Ellos tienen una designación de club social privado que les otorga el estado de Illinois y elimina cualquier jurisdicción por parte de la Ciudad de poder entrar en este lugar y llevar a cabo cualquier tipo de investigación”, explicó Maldonado en conferencia de prensa.

El local luce abandonado por fuera, las ventanas están completamente cubiertas, pintadas de negro y no hay ningún letrero identificando el establecimiento.

El 28 de abril pasado, André Velázquez, de 34 años, fue asesinado dentro de este establecimiento. Según reportes de prensa, a Velázquez le dispararon después de las 6 a.m. mientras intervenía en una pelea en el bar, el cual al parecer es frecuentado por miembros de los Spanish Cobras.

La familia de Miguel Vázquez ha vivido en este vecindario desde 1965. Vázquez mencionó a La Raza que hace dos años su primo Freddy Vázquez salió del lugar y lo asesinaron en la siguiente cuadra.

“No sólo yo sino otros residentes de la comunidad estamos enojados de que tuvo que llegar a este punto, de que alguien muriera adentro del lugar, para que tomaran acción”, enfatizó Vázquez. “Este lugar no es un club solo para miembros, cualquiera puede entrar a este lugar, te miran a través de una cámara y te abren desde adentro”.

“Cada vez que escucho disparos llamo a la policía y ni siquiera voy a mirar por la ventana”, comentó Ricky Chaparro, quien vive en el segundo piso del edificio donde se encuentra el club. “Hasta me han roto mis ventanas debido a las cosas que suceden aquí”.

La Raza habló con Frankie Matos, encargado de manejar el edificio, quien afirmó que ha hablado con distintos abogados pero todos le dicen que mientras el dueño del negocio pague la renta no lo puede sacar, ya que firmó un contrato de ocho años en el 2006. Matos dice que en ese momento le dijeron que abrirían un ‘night-club’.

Mientras tanto, Maldonado dijo que se reunirá con el Departamento Legal de la Ciudad de Chicago para tramitar una ordenanza que exija un permiso de la Ciudad a estos clubes privados para operar.

La Ciudad puso letreros en la fachada del local indicando el cierre del mismo por falta de varias licencias para operar, según un reporte del portal de noticias DNA.info el pasado 3 de mayo.

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