Los inmigrantes crean empleos; no los roban

Esta semana un grupo de activistas anti-inmigrantes se aplastó frente al Capitolio, en Washington, D.C., para pedir que no se apruebe ningún tipo de reforma migratoria porque dicen que los inmigrantes les van a quitar más puestos de empleo a los afroamericanos.

A su ‘rally’ le llamaron “March for Jobs” y fue organizado por la Black American Leadership Alliance (BALA).

Desde principios de junio BALA envió una carta al Grupo de los Ocho, cuando el proyecto de ley de reforma migratoria aún se debatía en el Senado, y a legisladores de estados que tienen altas tasas de desempleo de afroamericanos.

Los anti-inmigrantes argumentan que una reforma migratoria dañará más que nada a los trabajadores afroamericanos y lo dicen así: “la inmigración masiva y la amnistía reprime los salarios, deja a los afroamericanos sin trabajo y los hace competir con extranjeros que están dispuestos a trabajar en condiciones miserables por menos paga”.

¡A ver señores! Más bien, el actual sistema migratorio y económico que rige este país obliga a los inmigrantes indocumentados a trabajar clandestinamente y en la sombra por no tener papeles, y a aceptar pésimas condiciones laborales y miserias de salario. Esa es una realidad de ahora.

Un reporte del Center for American Progress, titulado “Raising the Floor for American Workers, The Economic Benefits of Comprehensive Immigration Reform”, destaca cómo el actual sistema empuja a los indocumentados a la economía subterránea, reduciendo sus salarios y creando más demanda de trabajadores sin papeles. Y es un círculo vicioso, ya que más empresas buscan trabajadores baratos e indocumentados para poder competir por los bajos costos que representan.

Y despabílense porque es la sociedad, el Gobierno y las empresas estadounidenses las que quieren sostener su economía con base en trabajos en los que pagan el salario mínimo a personas de cualquier etnia, a sabiendas de que éste no alcanza.

El grupo que organizó ese “rally” se apoya en mitos harto conocidos e insiste en crear división entre latinos y afroamericanos.

En un reporte del Immigration Policy Center llamado “Allies, Not Enemies: How Latino Immigration Boosts African American Employment and Wages” se expone un análisis de datos del censo, que indica que la inmigración latinoamericana mejora los salarios y las oportunidades de empleo para los afroamericanos.

Detalla cómo los latinoamericanos y afroamericanos ocupan puestos de empleo complementarios y no sustitutos uno del otro.

Así que vayamos a la evidencia, en vez de al discurso racial. Los inmigrantes crean empleos; no los roban.

Es por eso que está bien preguntarse quién está detrás de este grupo Black American Leadership Alliance. Según un artículo de The Daily Beast, varios de sus líderes –Leah Durant, Frank Morris, Rev. Jesse Lee Peterson y T. Willard Fair- tienen vínculos de toda la vida con la extremista Federation for American Immigration Reform (FAIR), considerada un grupo de odio, y otros grupos controversiales en el movimiento anti-inmigrante.

Así que no caigamos en el juego de “nosotros” contra “ellos”.

Fabiola Pomareda es periodista y editora general del periódico La Raza. Síguela en Twitter: @FabiolaPomareda

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