Giselle Mercier, una líder de las artes, dice adiós a Elevarte Chicago

Mientras la economía estadounidense vivía hace unos años uno de sus peores momentos y muchas organizaciones comunitarias estaban cerrando sus puertas, Giselle Mercier aceptó uno de los retos más difíciles de su carrera: impedir que el centro comunitario y organización cultural Elevarte fuese otra víctima más.

Hoy, después de siete años de una ardua labor, Mercier se despide de Elevarte y pasará su batuta a otro líder para continuar con su legado.

Mercier regresará a Panamá a estar junto a sus padres y para embarcarse en otra aventura en la que supervisará el desarrollo de un centro de arte, desde la concepción hasta la construcción, en Colón, Panamá, el sitio de donde son originarios sus familiares y la provincia más grande de afropanameños.

La panameña de 52 años ha sobresalido como una de las directoras ejecutivas latinas más audaces y exitosas en la historia de los programas educativos, culturales y artísticos en Pilsen porque fue capaz de arriesgarse a tomar decisiones y las tomó sin miedo.

Pero para Mercier, los desafíos no son nada nuevo. Hace 34 años, quedó en segundo lugar en el certamen de belleza Miss Panamá. Fue un reto que se propuso porque el premio era un carro nuevo y no quería heredar la carcacha anaranjada de su mamá. Además su abuela, quien había caído enferma, se lo había pedido y quiso complacerla.

Así como se animó a representar a su país sin entrenamiento, dos años después ya había abordado un avión rumbo a Chicago para estudiar en el Instituto de Arte de Chicago, donde logró su licenciatura y posgrado. En el Museo Nacional de Arte Mexicano obtuvo experiencia y aprendió la importancia de abogar por los derechos de los demás.

Después de diseñar un programa en Columbia College enfocado en entrenar a estudiantes latinos y afroamericanos para ser maestros de arte en sus comunidades, Mercier regresó a Pilsen para encargarse del centro comunitario Elevarte, que en el 2009 se llamaba ProsArts. Esa sería la primera vez que estaría a cargo de una organización sin fines de lucro.

Su meta era transformar a Elevarte en un recurso para la comunidad latina y sabía que para lograrlo tendría que rodearse de personas capaces para que la ayudasen a implementar su visión.

Una de esas personas fue Lizette Garza, la directora del programa juvenil y de eventos especiales, quien comenzó su carrera en Elevarte como voluntaria hace seis años. “Cuando yo comencé había una o dos personas trabajando aquí y ahora somos cinco. Además, Elevarte sirve como recurso para más jóvenes gracias a la visión de Giselle”, dijo Garza a La Raza.

Para darle un sustento económico a la organización, Mercier redujo su sueldo y reorganizó la mesa directiva. “Le dije al ‘board’ que nunca podrán encontrar a un Giselle porque lo que tuvieron conmigo fue una mujer comprometida, leal y terca que no iba a dejar que la organización decayera mientras ella estaba a cargo porque ésta era una organización con más de 30 años enraizada en Pilsen”, dijo Mercier.

Mercier creó expectativas sobre sus eventos públicos con el mercadeo apropiado y evaluó la eficacia de cada programa.

Entre los cambios que implementó incluyeron: El Carnaval italiano lo convirtió en un Carnaval caribeño, invitó a la comunidad y a los artistas locales a participar con sus ofrendas en la celebración y caminata del Día de los Muertos, expandió el festival de música ‘We Are Hi Hop’ para incluir a compañías de arte, teatro y baile, y cambió el nombre del evento culinario ‘Pros Porridge’ a ‘La Pozolada’, un evento enfocado en un platillo tradicional que la comunidad mexicana conocía.

“Aunque comenzamos muy fuerte en Pilsen y siempre será nuestra casa, ya hemos comenzado a expandir al suroeste de la ciudad porque identificamos una necesidad en el Barrio de las Empacadora y Brighton Park”, detalló Mercier.

En el Barrio de las Empacadoras están ofreciendo su curso de Carnaval, en el que jóvenes aprenden sobre el rito cultural y organizan su propia fiesta, y el curso para mamás ‘Tejer es Poder’, que empodera a las mujeres a valorar sus creaciones. Asimismo, ha lanzado el taller ‘Paredes de esperanza’, un proyecto de embellecimiento de paredes con murales y dibujos, en el barrio de Brighton Park.

Viendo hacia el futuro

Lo que más extrañará es no poder ver a su equipo crecer.

“Las he visto casarse, tener hijos y comprar su primer carro y casa y toda ha sido posible porque tenían la seguridad de un empleo donde han podido crecer”, dijo Mercier, quien es madre de una hija de 27 años y un hijo adolescente que la acompañará en su nueva aventura de regreso a su natal Panamá.

“Recordaré la pasión de Giselle por las artes y por preservar y celebrar nuestra cultura y sus ritos y por abogar por el desarrollo profesional de nuestros jóvenes”, dijo a La Raza Thelma Uranga, quien comenzó como asistente de los programas juveniles hace 5 años y hoy es la coordinadora de comunicaciones y desarrollo para la organización.

Antes de su fiesta de despedida que será el 22 de febrero, y su último día en la oficina, el 18 de marzo, Mercier anunció que ha logrado solidificar fondos para lanzar el primer intercambio internacional con artistas panameños.

La artista local Delilah Salgado y dos estudiantes de Chicago viajarán a Panamá para crear un mural y la muralista panameña Martha Noriega y dos acompañantes vendrán a Chicago.

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Fiesta de despedida

Todos los fondos recaudados de la venta de boletos de entrada a la fiesta de despedida de la directora ejecutiva Giselle Mercier fiesta ‘Beer Voyage’ serán donados a la organización Elevarte. El evento será en el Lagunitas Brewing Company (2607 W. 17th St.) a las 5:30 pm. Boletos $20. Para mayores informes, visite http://www.elevarte.org