El reto de criar a un niño especial

El reconocer y tratar las discapacidades a tiempo ayuda a que el menor se convierta en un adulto independiente

Tras la obligada visita pediátrica de los dos años, “Tony” estuvo en terapia de lenguaje para desarrollar sus destrezas lingüísticas.

“Lo llevé a todas sus sesiones para incrementar su vocabulario y cuando empezó a hablar bien, pensé que todo había terminado”, cuenta “Mary”, una madre mexicoamericana residente de Los Ángeles, quien prefirió mantener en reserva su nombre al igual que el de su hijo.

¡Qué equivocada que estaba! El lento desarrollo lingüístico que manifestó a su corta edad el menor de sus tres hijos, hoy de ocho años de edad, era solo la primera señal de la “discapacidad de aprendizaje”, que le fue diagnosticada cuando cursaba primero o segundo grado.

“Solo cuando él entró a la escuela se empezó a notar su problema de dificultad para expresarse, el nerviosismo que le da con los cambios de rutina, la preferencia por ciertas piezas de vestir… Y hace como cuatro años atrás que empezó con el problema de tartamudear”, detalla Mary, resaltando que “para los padres, particularmente latinos, resulta difícil reconocer y aceptar las limitaciones que tienen sus hijos especiales. Pero tenemos que estar atentos a cualquier limitación para que expertos, maestros y nosotros mismos, como padres, los ayudemos a ponerlos lo más que se pueda al mismo nivel de los otros niños de su misma edad”.

Fuera de reconocer y buscar ayuda para los hijos especiales, Mary dice que es importante que los padres se eduquen sobre la discapacidad del menor, aprendan como tratarlo y manejarlo con paciencia y enseñarle a cómo ignorar el bullying que por lo regular experimentan de parte de sus compañeros de clase.

“Detectar tempranamente una discapacidad en un niño es fundamental para su desarrollo”, resalta la Dra. Janeth Ceja, pediatra vinculada a Kaiser Permanente en Riverside, California. “Diagnosticar cualquier tipo de deficiencia a tiempo hará que su futuro sea mejor, tanto en su desarrollo personal, como en su integración social y laboral en la sociedad según sus limitaciones”.

Y es que como explica la pediatra, la detección en los primeros años de vida permite que la corrección sea menos dificultosa, es por ello que los padres deben estar muy atentos a cualquier conducta o acto que les resulte atípica en sus hijos.

Las señales

Muchas veces las discapacidades son difíciles de detectar a primera vista, por eso es importante que los padres siempre observen con atención la forma como sus hijos juegan, aprenden, hablan, se interrelacionan y comunican con los demás, asimilan lo que se les enseña y responden a preguntas que se les hace sobre lo que se les ha enseñado.

“Observar cómo los menores se desarrollan desde que nacen es importantísimo para identificar sus limitaciones tempranamente y tratarlas cuanto antes”, apunta la galena.

Pero a muchos padres que tienen varios trabajos se les dificulta y los abuelos o personas que los cuidan no están  atentos a la manera como hablan, caminan, juegan e interrelacionan con los demás. Es decir que no se dan cuenta si los menores está más o menos al nivel de otros niños contemporáneos en edad.

“Hay libros e información [en línea] que hablan sobre las cosas que los menores deben hacer en sus primeros meses y años de vida”, denota la Dra. Ceja. “Y si un padre tiene la corazonada de que algo no anda muy bien en su hijo, por más insignificantiva que sea, debe consultarlo con su pediatra en las citas de control y hacer todas las preguntas que le inquietan al respecto”.

Las discapacidades más comunes

Al evaluar al menor durante sus citas pediátricas, la galena dice que:

  •  Aproximadamente el 17% de los menores presentan discapacidades en el desarrollo físico o de la conducta, que eventualmente encajan dentro de los campos del autismo, discapacidad de aprendizaje o trastorno del déficit de la atención con o sin hiperactividad.
  •  En algunos menores se encuentran problemas genéticos relacionados con “cambios sutiles” de los cromosomas, como es el caso del síndrome del cromosoma X frágil (causado por un cambio en el gen FMR1), que es la forma más común de la discapacidad intelectual hereditaria en los niños.

“Es increíble que menos de la mitad de los pequeños con algún problema de retraso en su desarrollo psicomotor o intelectual no son identificados sino hasta cuando estos entran a la escuela”, acentúa la galena. “Esto es lamentable porque se pierde un tiempo precioso para tratarlos y prepararlos [dentro de sus limitaciones] para que estén al mismo nivel de sus otros compañeritos al momento de su ingreso a la escuela. ¡Esto marca la diferencia!”.

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Detección temprana de las discapacidades en los menores El hijo especial o discapacitado Familia La importancia de detectar tempranamente las discapacidades en los menores
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