10 segundos te podrían salvar… de mucho
En ocasiones, nos precipitamos y nos ganan los impulsos de querer responder rápidamente
Si lo piensas bien, en 10 segundos pueden pasar muchas cosas y también puede pasar lo obvio: nada. ¿A qué me refiero?
Hablo de todos aquellos momentos en los que queremos reaccionar al instante. Hablo de esas situaciones incómodas en las que nos encontramos con frecuencia y quisiéramos tal vez decir lo que consideramos justo o apropiado, pero cuando pasan esos 10 segundos, nos damos cuenta que quizás no vale la pena y nos conviene más quedarnos en silencio.
Me acuerdo perfectamente de mi buena amiga Patricia, una chica muy educada y con quien raramente alguien tenía problemas en su ambiente laboral. Un día, mi amiga llegó a su oficina y escuchó que había un grupo de compañeras que estaban hablando en voz baja. En un principio, no pensó nada malo, pero después empezó a prestar más atención a lo que decían y escuchó que era ella el tema de conversación. Como sus colegas se reían, y cada vez que ella las miraba, parecía que cambiaban el tema, Patricia se enojó.
Su molestia llego a tal punto que se fue directamente con su supervisora a poner una queja. Dijo que sentía un ambiente raro en su oficina y que ella sabía que sus compañeras estaban burlándose de ella.
Su jefa, una mujer muy justa, bajó rápidamente y convocó a las personas que estaban presentes en dicha ‘reunión’ para preguntarles qué estaba pasando. Para la sorpresa no solo de ella sino también de mi amiga, si estaban hablando de ella, pero no era nada malo; estaban planeando su fiesta sorpresa de cumpleaños.
¿Qué hubiese pasado si Patricia cuenta hasta diez antes de ir a hablar con su jefa? ¿No creen que se habría ahorrado una gran pena y malestar para sus compañeras?
En ocasiones, nos precipitamos y nos ganan los impulsos de querer responder rápidamente a una palabra, a un correo electrónico o a un mensaje de texto cuando pensamos que tenemos la razón. Sin embargo, y aunque me parece que todos tenemos el derecho de defendernos cuando lo consideremos necesario, es también vital pensar bien las cosas antes de ir a ‘meter la pata’.
En el caso de mi amiga, sus compañeras de trabajo quedaron tan molestas al darse cuenta que ella había ido a quejarse que no solo cancelaron los planes de fiesta para ella, sino que también quedaron sentidas al ver su reacción.
Cuando escuché su historia, pensé en tantas veces en las que corremos a responderle a alguien sin pensar si vale la pena o no hacerlo, sin pensar cual fue su intención y peor aún, sin pensar en las consecuencias. Cuenta hasta 10 y si todavía lo quieres decir, pues adelante.
Espero tus comentarios,
Carolina Sarassa
@CarolinaSarassa