Los antiguos círculos megalíticos en Escocia que intrigan a los científicos

Algunas de las piedras pesan 10 o más toneladas y transportarlas fue un reto considerable

En Escocia existen varios conglomerados de piedras, a menudo desplegadas en forma de círculo.

Se cree que dos de estos círculos de piedras -Stenness y Callanish, en las islas de Orkney y Lewis, respectivamente- están entre los más antiguos del Reino Unido, con unos 5.000 años de antigüedad. Hay muchos más repartidos por todo el territorio escocés.

Algunas de las piedras pesan 10 o más toneladas y transportarlas fue un reto considerable. Pero la verdadera razón de su creación y por qué fueron colocadas en los lugares donde se encuentran ha sido un misterio por mucho tiempo.

Un grupo de investigadores afirma tener la respuesta. Han encontrado evidencia de que estos círculos de piedra fueron erigidos con influencias cósmicas: es decir, colocados específicamente para ver mejor el Sol, la Luna y las estrellas.

Pero es posible que eso no sea todo.

Stenness y Callanish fueron construidos hace unos 5.000 años durante el período Neolítico, más comúnmente conocido como la Edad de Piedra, cuando las comunidades ya se habían asentado en un estilo de vida agrícola.

Poco después, los agricultores neolíticos comenzaron a crear lugares para rendir tributo a los muertos, y los círculos de piedra eran una manera de hacer esto.

Una vieja teoría y un patrón que se repite

La idea de que estos monumentos fueron erigidos utilizando la astronomía no es nueva.

Un académico llamado Alexander Thom pasó varias décadas estudiando piedras verticales de Gran Bretaña a partir de la década de 1930.

Gracias a su precisión geométrica y a pesar del hecho de que las piedras tienen diferentes formas, Thom concluyó que las piedras sirvieron como observatorios: sitios para ver mejor las estrellas.

Publicó sus hallazgos en 1955, unos 30 años después de comenzar sus primeras investigaciones.

Los investigadores han vuelto a retomar su teoría en unestudio publicado en la revista Journal of Archaeological Science en agosto de 2016.

El documento desarrolla la idea del vínculo astronómico concebida por Thom, y reevalúa cómo y por qué las piedras verticales de Escocia fueron construidas.

Primero, los investigadores observaron la forma en que las piedras verticales estaban alineadas a eventos astronómicos. Luego lo combinaron con los datos de la forma del paisaje y la elevación del terreno.

“Descubrimos que solo había dos horizontes de formas diferentes rodeando estos monumentos, lo cual era bastante increíble en sí mismo, y que el Sol y la Luna fueron colocados en patrones muy específicos en este paisaje”, dice la principal autora del estudio, Gail Higginbottom, de la Universidad de Adelaida , Australia.

“Estos comportamientos se repitieron en todos estos monumentos. Eso fue bastante sorprendente”.

Higginbottom concluye que los paisajes en los que se colocaron las piedras fueron elegidos específicamente para mostrar los puntos más extremos de salida y puesta del Sol y la Luna.

Incluso si el paisaje era sobre todo plano, la gente todavía miraba por las montañas o colinas y así podían ver los más interesantes movimientos del Sol o la Luna.

Además, se cree que Stenness y Callanish son los más antiguos círculos donde esto ocurrió. Otros siguieron el ejemplo bien entrada la Edad de Bronce.

El equipo de Higginbottom aplicó su fórmula astronómica a más de 100 de los círculos de piedra de Escocia y encontró patrones similares al cielo en cada uno.

“Por lo que parece la tradición -iniciada quizás por estos dos círculos de piedra en pie- continuó (por 2.000 años),” dice la especialista.

Higginbottom cree que quienes los crearon entendían los ciclos específicos del Sol y la Luna, que a su vez los conectaban con la naturaleza.

“Se demostró que comprendían el Universo como un fenómeno cíclico y conformado por elementos opuestos”, dice. “Oscuridad y luz, norte y sur, día y noche”.

No todos están de acuerdo

Sin embargo, esta idea tiene múltiples detractores.

Un elemento de la actividad astronómica puede haber influido en algunos círculos de piedra, reconoce Kenneth Brophy, de la Universidad de Glasgow, en Escocia. Pero opina que no podemos utilizar las aplicaciones actuales de la ciencia y las matemáticas para comprender los motivos de esos individuos.

“Esa es una forma muy moderna de ver el mundo”, dice Brophy.

“Tenemos que entenderlos a través de las estructuras de poder en la sociedad, en lugar de hacer hincapié en medidas matemáticas arcanas. No hay nada que podamos ver en la gente prehistórica en otros ámbitos de la vida que sugiera que tenían este punto de vista altamente matemático del mundo”.

Para Brophy, los círculos representan ritual y poder.

Los paisajes específicos habrían sido elegidos porque tenían una historia especial por la que las personas se sintieron atraídas.

Por ejemplo, la investigación ha sugerido que Callanish fue construido para que la gente pudiera ver un círculo de piedra desde otro.

Las piedras mismas también son reveladoras.

Callanish fue construido con piedras con hermosas ondas y patrones, que muestran propiedades sorprendentes de la Tierra.

“La gente no se veía en el cielo”, dice Brophy. “Estaban tratando de capturar la tierra”.

También está claro que los círculos de piedra eran lugares donde podrían haber ocurrido rituales sociales, especialmente en honor a los muertos.

Hay evidencia de entierros y cremaciones en algunos lugares, sobre todo en Stonehenge.

Gordon Noble, especialista en arqueología neolítica de la Universidad de Aberdeen, dice que los planos de muchos de los círculos de piedra de Escocia son similares a las estructuras construidas por la gente para sus viviendas.

Pero en vez de ser para los vivos, los círculos de piedra parecen haber servido a los muertos. “Son esencialmente casas gigantescas para los muertos y los espíritus”, opina.

“Los muertos probablemente seguían influyendo en la vida cotidiana”.

Noble cree que las personas pudieran incluso haber empleado más tiempo en las estructuras de los muertos que en las de sus propios asentamientos.

Mientras que algunos de los sitios parecen tener alineamientos astronómicos, tales como los círculos de piedras del noreste de Escocia, Noble está de acuerdo con Brophy: la astronomía no explica por sí sola cómo se hicieron.

“Si tú fueras a construir algo que marcara un particular ciclo lunar, no creo que pondrías piedras de esa escala”, dice. “Es innecesario”.

En su lugar, Noble sostiene que los círculos eran tanto espacios de ritual como expresiones de estatus.

Las comunidades podían competir entre sí mediante la construcción de más y mayores monumentos, que expresaban su poder.

Independientemente de cómo o por qué se construyeron, los círculos de piedra eran claramente sagrados para quienes los edificaron.

“La gente vivía más al extremo de lo que vivimos hoy en el mundo occidental”, dice Higginbottom.

“Creían que si erigían estos monumentos, conectaban con la muerte y la naturaleza”.

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