Cinco mitos sobre envejecer

¿Crees que las quejas relacionadas con la salud son solo parte del proceso de envejecimiento? Nuestros expertos desmienten ese mito y te ayudan a vivir mejor

Pérdida de sueño, falta de energía y libido disminuida. Estos se encuentran entre los problemas de salud que a menudo consideramos un hecho dado a medida que envejecemos. Pero una nueva investigación demuestra que no siempre tienen que ser parte integrante del proceso de envejecimiento.

“Las personas a menudo culpan al envejecimiento por lo que les sucede, cuando en realidad se debe, digamos, a un problema médico subyacente que se puede tratar o a un efecto secundario debido a un medicamento que estén tomando”, dice la Dra. Sharon Brangman, M.D., jefa de la división de geriatría en Upstate Medical University en Syracuse, N.Y. y expresidente de la Sociedad Estadounidense de Geriatría (American Geriatrics Society).

Incluso tu actitud puede tener un impacto. Los estudios sugieren que los adultos mayores que creen que ciertos problemas de salud son inevitables sufren más de estos, incluso de mala memoria y de una recuperación más larga de una enfermedad. Tal vez sea porque están menos interesados en tener una conducta saludable que pueda protegerlos de las enfermedades.

¿Por qué persisten estos mitos en cuanto al envejecimiento? Muchos médicos tienen creencias anticuadas acerca de los pacientes mayores, dice Brangman. “La mayoría de los médicos se graduaron de la escuela de medicina cuando no se hacía énfasis en la geriatría, así que es posible que no sepan cómo responder mejor a una situación y en cambio, simplemente eligen darle otra pastilla al paciente”, indica ella.

Desmentimos 5 mitos comunes sobre el envejecimiento y te damos consejos sobre los pasos que puedes tomar para evitarlos o superarlos.

Mito 1: Dormirás mal

Los patrones de sueño cambian a medida que envejecemos. “Toma más tiempo conciliar el sueño y uno tiende a despertarse con más frecuencia que las personas más jóvenes”, dice Raj Dasgupta, M.D., un especialista en sueño en University of Southern California en Los Angeles. También logras menos sueño de ondas Delta, u ondas lentas. Esa etapa del sueño te ayuda a consolidar la memoria. Y sin suficiente sueño te sientes más cansado, irritable y olvidadizo durante el día.

Pero muchos problemas comunes del sueño entre las personas mayores se derivan de otras causas, en especial de los medicamentos que se usan para tratar afecciones de salud no relacionadas. Por ejemplo, los diuréticos que se toman para reducir la presión arterial alta o para tratar la insuficiencia cardiaca pueden causar que te despiertes con más frecuencia para ir al baño durante la noche.

Lo que debes hacer: Primero, pregúntate si te sientes molesto por el cambio en tu patrón de sueño. “Si no está afectando tu calidad de vida, no es un problema que deba resolverse”, dice Dasgupta.

Si no estás contento con esto, pregúntale a tu médico si alguno de los medicamentos que tomas o un problema de salud subyacente podrían estar afectando tu sueño.

Si se descartan esas posibilidades, considera la terapia conductual cognitiva. Las investigaciones han descubierto que es mejor que los medicamentos para los problemas del sueño. Un psicólogo puede ayudarte a practicar buenos hábitos de sueño, como por ejemplo, levantarte y acostarte a la misma hora todos los días. Ese tipo de consejería a corto plazo a menudo requiere varias sesiones de una hora. “Al principio puede ser difícil continuar con este hábito”, indica Dasgupta, “pero si lo haces, en realidad podrás ver los beneficios”.

Ten cuidado con lo siguiente: Píldoras para dormir. A casi un tercio de los adultos mayores les recetan este tipo de medicamentos, pero estos ayudan a que las personas duerman solamente unos cuantos minutos más por noche, según sugiere la investigación de Consumer Reports Best Buy Drugs.

Y estos medicamentos pueden presentar riesgos como aturdimiento al día siguiente, confusión y problemas de memoria, especialmente en los adultos mayores, quienes son más sensibles que las personas más jóvenes a los efectos secundarios que estos provocan.

Mito 2: Te sentirás débil

Aproximadamente un tercio de las personas mayores de 65 años de edad se caen cada año, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC). Eso se debe en parte a una reducción natural en el flujo sanguíneo hacia el cerebelo, el centro de equilibrio del cerebro, así como cambios en la vista y en el oído interno, los que hacen que sea más difícil orientarse, dice Mary Tinetti, M.D., jefe de geriatría en Yale School of Medicine en New Haven. Ese deterioro se ve exacerbado muchas veces por afecciones como la artritis y deficiencias nutricionales que pueden provocar daño a los nervios de los pies.

Lo que debes hacer: Revisa tu equilibrio y fuerza. “Les repito a todos mis pacientes que incluso a los 75 años de edad deberían poder levantarse de la silla sin usar los brazos, caminar por la habitación, voltear rápidamente y sentarse sin perder el equilibrio”, dice Tinetti.

Si no lo puedes hacer, consulta con tu médico para que compruebe si hay afecciones subyacentes que puedan afectar el equilibrio (una deficiencia de vitamina B12, un ritmo cardíaco lento o cataratas, por ejemplo). También puede referirte con un fisioterapeuta, quien podrá enseñarte ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio.

Ten cuidado con lo siguiente: Medicamentos para la presión arterial. Algunas veces estos disminuyen demasiado tu presión arterial, causando mareos cuando te pones de pie y aumentando el riesgo de sufrir caídas, especialmente cuando comienzas a tomarlos o al aumentar la dosis. En mayo de 2016, un estudio realizado a 90,127 adultos mayores descubrió un aumento del 36% en caídas graves durante los primeros 15 días después de comenzar a tomar un medicamento para la presión arterial.

Si consideras que tu medicamento podría tener ese efecto en ti, pídele a tu médico que revise tu presión arterial ortostática, lo que significa comparar tu presión cuando estás recostado con la que tienes cuando estás de pie. Si esa prueba detecta un problema, habla con él acerca de reducir tu dosis o posiblemente eliminar el medicamento por completo.

Mito 3: No tendrás ningún interés en el sexo

En el caso de las mujeres, los niveles de estrógeno y testosterona han bajado a causa de la menopausia, lo que pueden reducir el deseo sexual y hacer que tener relaciones sexuales sea físicamente incómodo. Muchos hombres mayores aún tienen un fuerte deseo sexual, pero es posible que tengan problemas de erección debido al bajo flujo sanguíneo hacia el pene como resultado de arterias obstruidas, lo cual se deriva de afecciones tales como colesterol alto y presión arterial alta.

A pesar de esos cambios, “debido a que las personas viven vidas más largas y más saludables, ellos tienen las mismas expectativas que tenían cuando eran más jóvenes, lo que incluye la sexualidad”, dice Marc Agronin, M.D., director médico de salud mental e investigación clínica en Miami Jewish Health Systems.

Lo que debes hacer: Si estás insatisfecho con tu vida sexual (y no todas las personas con una disminución en el interés sexual lo están), habla con tu médico que debe verificar si no tienes alguna afección como diabetes, por ejemplo, que pueda afectar la excitación. También te deben evaluar para detectar trastornos en el estado de ánimo, ya que hasta un 90% de las personas que tienen depresión sin tratar experimentan un nivel bajo de la libido.

Ten cuidado con lo siguiente: Precipitarte a tomar un medicamento. “Incluso entre las personas mayores, los problemas psicológicos como una mala relación, son a menudo la base de sus problemas sexuales y ningún medicamento puede resolver eso”, dice Agronin.

A más hombres e incluso a algunas mujeres se les está recetando testosterona, pero tomar dosis complementarias de esta no significa una cura mágica. Se ha relacionado a un mayor riesgo de enfermedades del corazón en hombres, por ejemplo, y posiblemente cáncer de seno en las mujeres.

Los medicamentos de venta con receta para tratar la disfunción eréctil, incluyendo sildenafil (Viagra) y tadalafil (Cialis), pueden ayudar a algunos hombres. Pero también pueden causar efectos secundarios como mareos, dolores de cabeza y visión borrosa, así que ten cuidado con estos. En el 2015, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) aprobó un medicamento llamado flibanserina (Addyi) para aumentar la libido en las mujeres, pero la investigación sugiere que no es muy eficaz.

Mito 4: La confusión y la pérdida de la memoria son inevitables

“Como parte del conocido proceso ‘normal’ de envejecimiento, tu mente sí se desacelera un poco”, indica Ronald Petersen, M.D., un neurólogo en Mayo Clinic en Rochester, Minn. Los neuroquímicos del cerebro cambian con el tiempo, afirma, lo que explica las pequeñas fallas, como olvidar en dónde pusiste las llaves o el nombre de un amigo en una fiesta.

Pero solo hasta un 20% de las personas experimentan problemas más graves con el pensamiento o la memoria, sugieren los estudios. E incluso eso puede ser más lento algunas veces. “El envejecimiento del cerebro no es pasivo, hay muchas cosas que puedes hacer para desacelerar el proceso”, dice Gary Small, M.D., director del Centro de Longevidad (Longevity Center) de UCLA. (Lee más acerca de cómo preservar la memoria a medida que envejeces).

Lo que debes hacer: Asegúrate de que tu médico te evalúe para ver si tienes presión arterial alta, colesterol alto, diabetes, obesidad, apnea del sueño y depresión, ya que todas estas afecciones, si no se tratan, pueden ocasionar cambios cognitivos. También deberá evaluarte para ver si tienes pérdida auditiva o de la vista. Si te estás esforzando para oír o ver, tu cerebro no puede enfocarse en codificar los recuerdos, afirma Small.

Ten cuidado con lo siguiente: Antihistamínicos tales como la difenhidramina (Benadryl Allergy, Nytol, Sominex y los genéricos), medicamentos para la ansiedad como diazepam (Valium y los genéricos) y los antidepresivos como la amitriptilina. Se les ha relacionado con impedimentos cognitivos y demencia.

Mito 5: Te sentirás solo y deprimido

Las personas mayores no tienen más probabilidades de sentirse deprimidas que las personas más jóvenes, afirma Robert Roca, M.D., presidente del Consejo sobre Psiquiatría Geriátrica de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association).

Pero cuando se deprimen, “normalmente se deriva de una pérdida relacionada con el envejecimiento”, explica Roca. “Pierden seres queridos o amigos, pierden su identidad porque se jubilan, su vigor físico va menguando y no pueden realizar tantas actividades como podían hacerlo antes”.

Lo que debes hacer: Pídele a tu médico que te haga una evaluación de depresión. Puede hacerlo con un sencillo examen que abarca temas como la pérdida de apetito y dificultades para dormir.

Si te sientes levemente deprimido, aumentar tus actividades físicas y sociales puede ayudar, afirma Roca. El próximo paso podría ser terapia, ya sea terapia conductual cognitiva o psicoterapia interpersonal, o bien, si la depresión no disminuye, medicamentos.

Ten cuidado con lo siguiente: Medicamentos contra la ansiedad. Algunos médicos los recetan para tratar la depresión, pero esta clase de medicamentos, conocidos como benzodiazepinas, no son apropiados para ese propósito. Esos medicamentos también conllevan los mismos riesgos que las pastillas para dormir para adultos mayores, y pueden ser adictivas.

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