Ideas que inspiran. Sayu Bhojwani: “En EE.UU. no sólo importa quién puede votar, sino también quién vota”

La activista por los derechos de los inmigrantes sostiene que la voz, el voto y el punto de vista de los inmigrantes son fundamentales para fortalecer la democracia norteamericana

“Soy una de los 84 millones de estadounidenses inmigrantes o hijos de inmigrantes. Cada uno de nosotros tenía un sueño cuando vinimos aquí, un sueño que, por lo general, debe ser reescrito y siempre reeditado. Yo fui uno de los afortunados. La revisión de mi sueño me llevó al trabajo que hago hoy en día: esto es, capacitar a los inmigrantes para postularse a cargos públicos y dirigir un movimiento por la democracia inclusiva”, inicia su exposición Sayu Bhojwani, activista por los derechos de los inmigrantes en los Estados Unidos.
“Nací en India – relata-, la mayor democracia del mundo, y a los cuatro años, mi familia se trasladó a Belice, tal vez, la democracia más pequeña del mundo. Y a los 17 años me mudé a EEUU la mayor democracia del mundo. Vine porque quería estudiar literatura inglesa. Pero, tras graduarme en la universidad y obtener un título de grado, estuve yendo de un trabajo menos ideal a otro. La puerta que pensé que iba a abrirse, estaba en realidad sólo levemente entreabierta. Esta puerta se abriría más si uno tenía el nombre correcto, el color de la piel correcto, las redes adecuadas, pero podría cerrarse de golpe en la cara si uno tenía la religión equivocada, el estatus migratorio equivocado, el color de piel equivocado. Y simplemente no podía aceptarlo.”

Bhojwani, fundadora de la organización The new american leaders project, recuerda que fue entonces cuando comenzó una carrera como empresaria social, en una organización para jóvenes como ella. “En ese trabajo, me convertí en defensora de asiáticos del sur y otros inmigrantes. Presionaba a miembros del Congreso en cuestiones de política. Me ofrecí el día de las elecciones para hacer encuestas a pie de urna. Pero yo no podía votar y tampoco postularme para un cargo. Así que en el año 2000, cuando se anunció que la tasa de solicitud de ciudadanía iba a aumentar más del doble -de 95 a 225 dólares-,decidí que era el momento de solicitarla antes de que ya no me lo pudiera permitir. Y luego, en diciembre de 2000, me uní a cientos de otros inmigrantes en una sala en Brooklyn donde garantizamos nuestra lealtad a un país que habíamos considerado durante mucho tiempo el hogar. Mi viaje de estudiante internacional a ciudadana estadounidense me tomó 16 años, un tramo de tiempo corto, al compararlo con historias de otros inmigrantes”, sostiene.
Tras los ataques terroristas del 11-S, algunas cosas cambiaron. “Ocurrieron dos cosas mientras tratábamos de lidiar con la pérdida y la recuperación en Nueva York. Los votantes eligieron a Michael Bloomberg alcalde de la ciudad de Nueva York. También adoptamos por referéndum la Oficina de Asuntos de Inmigración para la Ciudad de Nueva York. Cinco meses después de esa elección, el alcalde recién elegido me nombró como primera Comisionada en Asuntos de Inmigración para esta nueva oficina”, recuerda esta doctora en Ciencias Políticas, cuya trayectoria es seguida de cerca por las principales publicaciones norteamericanas..

“Lo que aprendí en 2001 fue que mi voto importaba pero que mi voz y punto de vista también importaban. Y son estas tres cosas: los votos, las voces y los puntos de vista de los inmigrantes, lo que creo puede ayudar a hacer más fuerte nuestra democracia”, asegura.
Los votos: “Lo que no será ninguna sorpresa para Uds. es que la mayoría de los votantes en EE.UU. son blancos. Pero tal vez le sorprenda saber que uno de cada tres votantes son negros, latinos o asiáticos. Pero aquí está el quid de la cuestión: no sólo importa quién puede votar, es importante quién vota. Así en el año 2012 la mitad de los votantes latinos y asiáticos de EE.UU. no votaron. Y estos votos importan no solo en las elecciones presidenciales. también son importantes en las elecciones locales y estatales.

Las voces: “Hay más de 500 000 oficinas locales y estatales en EE.UU. Menos del 2 % de ellas están en manos de los asiáticos o latinos de EE.UU. los dos grupos mayoritarios de inmigrantes en nuestro país. En la ciudad de Yakima, Washington,donde el 49 % de la población es latina, nunca hubo un latino en el ayuntamiento de la ciudad hasta este año. Tres latinos recién elegidos se unieron al Ayuntamiento de Yakima en 2016.”

Los puntos de vista: “Hemos luchado para estar aquí. Hemos alcanzado oportunidades económicas y educativas. Hemos alcanzado la libertad política y religiosa. Hemos venido en búsqueda del amor. Esa dedicación, ese compromiso con EE.UU. lo llevamos también al servicio público.”

“Los votos, voces y los puntos de vista de los inmigrantes es en lo que todos debemos trabajar para incluir en la democracia estadounidense. Y no va a ser fácil. Nunca sabemos lo que supondrá un nuevo factor en la ecuación. Y es un poco aterrador. Ha sido un año de elecciones muy duras, un recordatorio de que las personas con mi historia de inmigración podrían ser eliminadas por el capricho de un líder. Pero he luchado para estar en este país y sigo haciéndolo cada día. Así que mi optimismo nunca flaquea, porque sé que hay millones de inmigrantes como yo, ante mí, detrás de mí y a mi alrededor. También es nuestro país.”

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