Algunos inmigrantes piensan en irse antes que los arreste ICE, otros ya se han “auto deportado”

La angustia de ser detenidos y encarcelados o de ser carga o trauma para sus hijos o familias hace que algunos inmigrantes consideren irse a sus países, incluso antes de entrar en contacto con las autoridades.

Maribel Urbina vive angustiada y apenas puede dormir. Cuando su hija de 22 años se va a trabajar a las 4 de la mañana, ella se levanta a revisar que la puerta de la casa esté bien cerrada.

“A esa hora viene la migra”, dice Maribel.

Ese no es su verdadero nombre sino que ofrece un alias para que no se identifique quien es. Pero esta sí es su verdadera historia, y también la de muchos inmigrantes que ahora están pensando si vale la pena esperar a que las autoridades migratorias los recojan.

Maribel vive en Lake Elsinore, California, cerca de la comunidad de Murrieta en Riverside. Su casa, la que compró con años de trabajo y de la que no debe un solo centavo, está cerca de un centro de detención y a menudo se ven carros de ICE o CBP por la zona.

Pero desde que Donald Trump ganó las elecciones, Maribel ni quiere salir a su patio. “Para mí es normal mirarlos por aquí, pero nunca tuve tanto miedo como hasta ahora”.

Maribel está pensando en regresar a México, un país que dejó cuando era adolescente y donde realmente no quiere vivir. Aquí en California están sus tres hijos adultos –la más chica es la de 22 años- y varios nietos, especialmente el de 5 años al que cuida desde que era recién nacido.

“No tengo vida, es muy difícil vivir así”, cuenta.

La mujer es indocumentada y tiene dos manchas en su record. Un DUI –cometido hace muchos años-  y un cargo por  “perturbar la paz”. En cuanto al DUI, Maribel se siente avergonzada. “Pagué por todo, hice mis clases. Uno es un ser humano y comete errores, lo más importante es no volver a cometerlos”.

El segundo cargo ocurrió en una ocasión que Maribel le pegó a uno de sus hijos de 11 años, porque “se estaba yendo por otros lados, ya sabes que en nuestros países nos educan a punta de chin…..”.

“Un día no me llegó a la casa y me enojé tanto que lo soné. El papá llegó, discutimos y nos fuimos a las manos. El me tiró al piso y yo me levanté y me le fui encima, yo tenía los codos ensangrentados y le manché de sangre. Él le dijo a la policía que yo había atacado a él y a nuestro hijos…”

Maribel fue a la corte, pagó un abogado y logró reducir el cargo de “abuso doméstico” a “perturbar la paz”.

Pero ahora sabe que con esas dos manchas en el record, y sin papeles, la deportación es una probable realidad.  Sería difícil arreglar sus papeles, la única forma, según abogados, sería casándose y pidiendo un perdón.

“El abogado me dijo que podíamos intentar por alguno de mis hijos, pero con el DUI está difícil, sería como echar una moneda al aire”.

Hace poco tuvo una discusión con una ex novia de su hijo por un vehículo que él le regaló. Ella la amenazó con llamar a la migra para que se llevaran a Maribel si no la dejaba en paz. El temor y la angustia crecieron aún más.

“Si, estoy pensando en irme, aunque no quiero”, dice la mujer. “Tengo tiempo que no trabajo por miedo, manejo sin licencia porque ni me atrevo a sacarla, por lo del DUI”.

Ya comenzó a dar instrucción a sus hijos sobre qué hacer si la “migra” viene.

“No discutan, no traten de detenerlos, no se metan en problemas, sólo dejen que me lleven”, explica. “Yo me comunicaré luego con ustedes”.

Le dolerá dejar a su nieto de 5 años, que está con ella desde que nació ya que es quien lo cuida. Sus hijos, aunque adultos, aún la necesitan, dice.

“Estoy pensando vender la casa, darles a ellos para un down payment y llevarme el resto. Comprarme una casita en México cerca de la frontera, algún sitio donde ellos puedan visitarme fácilmente”.

“Es muy triste, lo único que quiero es vivir en paz, sin miedo y angustia”.

Por el momento, Maribel sigue aquí, esperando un milagro.

Crecen reportes de auto-deportación

El papá de Javier Cortes se fue a México hace dos meses. No lo deportaron. El se fue solito.

“El decidió irse porque pensó que sería mejor hacerlo que ser arrestado y que luego tuviéramos que lidiar toda la familia con eso y con problemas financieros”, dijo el joven.

Javier estudia computación en Pomona. Se quedó aquí con su mamá, que tiene dos negocios en Los Ángeles.

Todas las noticias sobre Donald Trump y las deportaciones convencieron al papá de Javier –de quien no quiso dar el nombre- de que era mejor irse. El había sido deportado hace un par de años y regresó. “Sabía que si lo agarraban iría a la cárcel”, dijo el joven.

“Me rompió el corazón, la verdad”, cuenta Javier. “Pero él tiene razón, será mejor tomar unos días e ir a visitarlo a México, donde puedo abrazarlo y no tener que ir a visitarlo a una cárcel o centro de detención con un cristal de por medio”.

“Auto deportarse” para evitar más problemas, es irse, simplemente irse del país, sin entregarse a las autoridades, sin esperar que te arresten y te obliguen a irte. Otra cosa es la “deportación voluntaria” que es una opcion legal que ofrecen las autoridades migratorias a alguien que de todas formas va a ser deportado. 

Pero el que se “auto deporta” lo decide sólo y lo hace para prevenir males mayores o huyendo de las dificultades de vivir sin papeles en Estados Unidos.

Las órdenes ejecutivas de Trump, el aumento en las redadas, la anunciada contratación de agentes migratorios, todo ha generado un nivel de miedo y caos que está haciendo que más personas se planteen este tipo de salida.

Para muchos, este es precisamente el efecto que Trump y su procurador Jeff Sessions, entre otros, quisieran ver. Particularmente Sessions, quien cuando era senador por Alabama y ayudaba a Trump en su campaña, dijo que el entonces magnate había discutido el tema de la “auto deportación” como una opción.

“Que la gente se vaya a sus países y que si quieren regresar lo hagan legalmente”, dijo entonces Sessions en una entrevista con CNN.

La auto deportación es un concepto que los grupos anti inmigrantes y ciertos políticos republicanos comenzaron a desarrollar hace años y de la que mucho se habló entre 2010 y 2012, cuando diversas ciudades y estados estaban aprobando leyes locales anti inmigrantes para hacerle la vida difícil a los indocumentados.

Durante las elecciones de 2012, el entonces candidato a la presidencia Mitt Romney hablaba de ello abiertamente. En 2016, Trump fue mucho más radical, prometiendo construir un muro y multiplicar las redadas.

El temor que todo esto está generando, sin embargo, puede ayudar a que Estados Unidos se ahorre el dinero de algunas deportaciones, si el migrante decide irse por su cuenta. 

No hay evidencias de que hay “miles” de personas yéndose del país por temor a la deportación, pero hay suficientes pruebas anecdóticas para indicar que muchos inmigrantes sin papeles, especialmente aquellos que tienen algún tipo de mancha en su record, lo están considerando.

“Creo que es absolutamente parte de la estrategia que tiene el Presidente Trump y quienes lo rodean”, dijo Tom Jawetz, experto en inmigración del Centro para el Progreso Americano en Washington DC.  “En su orden ejecutiva el habló de multiplicar el efecto deportador usando a la policía para ayudar en tareas migratorias. Pero creo que el mayor efecto deportador es el caos y el temor que están creando en la comunidad inmigrante”.

Hay familias que simplemente lo hacen para prevenir mayores daños y drama para sus hijos, otros porque están contra la pared, como fue el caso reciente de la familia Valbuena, reportado en un periódico local de Akron, Ohio.

Leonardo Valbuena, un carpintero que vivió 11 años en esa localidad, regresó a Colombia a finales de febrero con su esposa y dos hijos pequeños.  Desde que llegó buscando asilo, había vivido allí, renovando un permiso de trabajo que obtuvo con esa solicitud y presentándose periódicamente con las autoridades migratorias.

Pero este febrero pasado llegó a su cita con ICE y lo arrestaron, le pusieron cadenas en pies y manos y lo enviaron a la cárcel con otros inmigrantes.  Posteriormente lo soltaron con un monitor en el tobillo, tras prometer salir voluntariamente.

“El día que me presenté me llamaron y me dijeron, vas a ser deportado mañana, entretanto, te vamos a poner en la cárcel”, dijo Valbuena en un video que grabaron activistas en Akron. “En ese momento mi vida se derrumbó”.

Sin ver otra buena opción, Valbuena compró sus boletos de avión, recogió sus cosas, deshizo su casa y se marchó a Colombia con su familia.

En esta nota

Auto deportacion Donald Trump inmigrantes inmigration

Recibe gratis todas las noticias en tu correo

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias! Ya estás suscrito a nuestro newsletter

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain