Tus emociones negativas también enferman a tus mascotas

A los animales les afectan nuestros sentimientos, estados emocionales y de ánimo

Durante todos los años que llevo lidiando con mis propias mascotas y las rescatadas, hay algo que he aprendido a cantazo limpio: hay que mantener la calma.

Tanto por el bien de las mascotas como el mío, he debido tener muy presente que no importa lo que esté pasando, si me pongo histérica solo empeoro la situación.

Los animales tienen una gran habilidad de leer nuestras emociones y se afectan por nuestros sentimientos, estados emocionales y de ánimo.

De hecho, la mayoría de los perros y gatos forman una conexión emocional fuerte con las personas de las que dependen para comer, refugio y afecto. Es por eso que de inmediato se sintonizan con nuestras señales emocionales.

El olfato es uno de los sentidos más agudos en los perros y gatos con el que pueden detectar químicos que podemos emitir cuando estamos molestos. Les deja saber que algo no está bien aunque no entiendan por qué.

Por ejemplo, si emites algún nivel de miedo, pueden interpretar que hay algo a que temerle, pero no saben qué. Podemos asociarlo a cuando éramos pequeños y sabíamos que nuestros padres estaban molestos. No sabíamos por qué, pero por si acaso, andábamos con mucho cuidado.

Las discusiones frecuentes son especialmente estresantes para los animales, quienes podrían reaccionar demostrando irritabilidad o miedo.

Mientras que tensiones emocionales pueden desencadenar problemas que tengan un componente de comportamiento, como lo es aumento en agresividad, destrucción o inquietud extrema.

También podría impactar el sistema nervioso y contribuir a agravar condiciones ya presentes como irritación de la piel, oídos, vejiga y otros.

Un animal estresado crónicamente que ya tiene una predisposición a problemas de piel o vejiga, podría rascarse o orinarse más.

Muchas veces, la ansiedad que le transmitimos a nuestras mascotas viene por la misma preocupación que tenemos sobre su salud. Por ejemplo, cuando observamos que algo no está bien, ya sea un cambio en comportamiento o un síntoma físico. Esta situación es muy común cuando sale un tumor o cáncer. Nos sentimos bajo gran presión para remover de inmediato las masas, como si cada minuto fuera crítico.

Por eso es importante mantener la calma, ser pacientes y consistentes con el tratamiento escogido. En la medicina natural se cree que antes del mejoramiento viene una crisis, por lo que aun si pensamos que no está funcionando, se debe darle una oportunidad.

Cabe recordar que la verdadera sanación del cuerpo toma tiempo. Al igual que tomó tiempo llegar a donde estás, tomará tiempo deshacer el daño.

– Mónica Ferrer

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