Cuando el síndrome de la ‘niña buena’ afecta la vida sexual

Sexóloga ofrece consejos para combatirlo y gozar con plenitud del sexo con la pareja

Seguramente te ha tocado escuchar alguna vez a una amiga, tía, prima o hermana quejarse de que a pesar de querer disfrutar con plenitud del sexo con su pareja no lo puede hacer por sentirse sucia, mala o avergonzada.

Este tipo de queja no es rara. La sexóloga Myriam Balbela, basada en Los Ángeles, asegura que la ha escuchado con frecuencia en sus terapias y es más común de lo que se piensa.

Se da entre las mujeres que han sido educadas y estructuradas bajo un concepto social, religioso y cultural de la ‘niña buena’, que ante el sexo debe ser recatada, inocente, bien comportada, y en su rol de esposa y madre, una mujer ideal, perfecta, abnegada y dispuesta a hacer cualquier cosa para complacer a su familia o satisfacer a su pareja”, explica la experta en sexología.

Este tipo de crianza —que se dio en las generaciones de los ‘baby boomers’, es decir entre las personas nacidas entre 1946 y 1964— tiende a impedir que la mujer se sienta con la libertad emocional de gozar plenamente de su vida sexual, debido a que se le “atrofió su sexualidad” ante enseñanzas sociales, culturales o religiosas como que la ‘niña buena’ no se toca, no dice eso, no hace eso, no habla de sexo, no se viste como mujer de la calle, etcétera.

“He tenido pacientes con 15, 20 y hasta 30 años de matrimonio que, por esa crianza de ‘niña buena’ [que todavía se da en las generaciones actuales, a pesar de que todo ha cambiado], no saben qué es un orgasmo y han creado hacía su compañero una actitud neurótica, en la que lo quieren pero a la vez no lo quieren en el aspecto sexual, algo que influye en la relación de pareja”, señala la sexóloga. “Y me dicen que no saben qué hacer, porque no quieren dejarlo pero tampoco llegar a morirse sin haber sentido un orgasmo”.

Mejor sexo

Para romper las barreras mentales de la ‘niña buena’ que impiden el goce espontáneo y pleno del sexo con la pareja, Balbela dice que hay que sacar de la mente todo aspecto negativo que —por crianza— se tiene sobre la sexualidad, poniendo en práctica estos consejos:

1. Pensar que el sexo es bueno. Este cambio mental es básico en el proceso de sacar de la mente todo tabú religioso o cultural que, por crianza, sembró la creencia mental que tanto el deseo como el placer es algo vergonzoso.

2. Conocerse bien el propio cuerpo y explorarlo. “Cuando nos conocemos y exploramos bien nuestro cuerpo aprendemos a despertar y reconocer las sensaciones que fueron atrofiadas, ya sea por presión social, religiosa o cultural”, explica Balbela. “El conocer bien nuestro cuerpo y órgano sexual permite sentirnos dueñas de nuestro cuerpo y no sentir vergüenza de él ni de lo que sentimos”.

3. La sensación sexual no es perversa. “Al entender la persona que las sensaciones sexuales del cuerpo no son perversas sino parte de la fisiología humana, ésta se sentirá emocionalmente más abierta y cómoda frente al deseo y el placer”, señala la experta.

4. El sexo va más allá de la mera acción reproductiva. Comprender y aceptar este punto es importante, ya que varios estudios han demostrado que dentro de una relación de pareja el sexo desarrolla facetas que profundizan el afecto, la unidad y la confianza entre los cónyuges.

5. La masturbación es una acción normal.Si una mujer no sabe qué siente al excitarse ella misma y qué puntos de su cuerpo son los que encienden su excitación ante el estimulo, entonces nunca va a poder guiar a su compañero para que la lleve hasta el orgasmo cuando tienen sexo”, señala Balbela.

6. Los juegos sexuales antes del coito no son malos. Este cambio mental se va logrando, poco a poco, a medida que la mujer va sintiéndose con más comodidad y confianza de hablar con su pareja sobre qué la hace sentir sexualmente satisfecha.

7. Ser seductora no significa ser perversa. El ser consciente de esto permite el atreviéndose a usar una ropa íntima atrevida, así como ser la persona que por iniciativa propia inicie la excitación o los juegos sexuales para el acto sexual.

8. Ser abierta y sincera con la pareja al hablar de sexo. “No hay nada malo en el hecho que uno, como mujer, tenga que sentarse frente a la pareja para decirle que no se siente satisfecha cuando tienen sexo”, dice Balbela. “Sin importar la cantidad de días o años que se tenga con la pareja, es moralmente correcto hablar con el compañero acerca de qué pueden hacer para que ambos gocen del placer sexual”.

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