Aprende a caer bien siguiendo estos consejos

Las caídas son uno de los grandes riesgos que pasamos por alto. Le tememos a los ataques de tiburones y otros peligros algo remotos, mientras que más de 420.000 personas mueren cada año en el mundo por esta causa

Un resbalo en la bañera, un mal paso al bajar una escalera, una caída en la calle. ¿A quién no le ha pasado? Es prácticamente imposible escaparse de ese tipo de tropiezos.

Le tememos a los ataques de tiburones y otros peligros algo remotos, mientras que más de 420.000 personas mueren cada año en el mundo por esta causa.

Después de los accidentes automovilísticos, las caídas son la segunda causa de muerte en la categoría de decesos causados por una lesión.

En Estados Unidos, las caídas ocasionan 32.000 fallecimientos cada año. Esta cifra cuadruplica los que ocurren debido a incendios o ahogamientos. Y prácticamente triplica el número de muertes ocurridas por armas de fuego.

Sin embargo, se pueden tomar medidas para disminuir la posibilidad de convertirse en una de las millones de personas que, anualmente, terminan hospitalizadas como consecuencia de una caída.

Costos y números

Las lesiones ocasionadas por caídas tienen también otras implicaciones.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, son más los pacientes que terminan en las salas de emergencia de hospitales por un resbalón que por cualquier otro percance.

El costo es enorme.

Además de llevarse grandes tajadas del presupuesto asignado a las unidades de emergencia, a las heridas ocasionadas por caídas se les adjudican compensaciones monetarias significativas en caso de demandas.

Por ejemplo, una mujer recibió $1,5 millones de dólares tras resbalarse en un supermercado irlandés por unas uvas que estaban en el piso.

Lógica

La diferencia proporcional entre el número de caídas y accidentes de otra naturaleza tiene sentido.

Para estar involucrado en un choque o un tiroteo hay que estar cerca de un auto o de un arma. Pero cualquiera se puede caer en cualquier momento.

Eventos espectaculares, como un resbalón desde la cima de una montaña, son muy poco comunes.

Los lugares de mayor riesgo para caídas no son los techos ni los acantilados, sino lo que nos rodean en la vida diaria: duchas, pasillos con estantes y escaleras.

Cuestión de segundos

Cualquier caída, incluso de la cama, puede afectar la vida de una persona considerablemente. En pocos segundos se puede pasar de ser un individuo saludable a uno afectado por alguna discapacidad.

Puede ocasionar fracturas y, ocasionalmente, daño interno de órganos.

“Nadie está exento de caerse. La mayoría de los pacientes que tratamos con heridas traumáticas en el cerebro o la médula espinal no tenían ningún tipo de minusvalía previa”, señala Elliot J. Roth, director médico de la unidad de recuperación de pacientes en el Laboratorio Shirley Ryan, en Chicago, EEUU.

No existe una publicación médica que documente las caídas, pese a que las investigaciones sobre el tema se han incrementado a lo largo de las últimas dos décadas.

Esperanza

Los avances tecnológicos mejoran nuestro entendimiento de las razones por las cuales la gente se cae. También ofrecen posibilidades para mitigar la severidad de una caída y optimizan lo recursos médicos que permiten tratar las heridas ocasionadas por una caída.

Los especialistas recomiendan enseñarle a las personas a caerse para minimizar la posibilidad de resultar herido y para que se asuma no como un incidente inesperado, sino como algo inevitable para lo que hay que estar preparado.

La práctica puede hacer la diferencia entre un daño grave y un incidente sin mayor importancia.

A continuación, alguna recomendaciones para prevenir caídas y disminuir las consecuencias.

1.- Revisa tu entorno

Asegúrate de que las alfombras no se muevan y de que los extremos de las escaleras estén iluminados.

Si algo se bota en el piso, límpialo de inmediato.

Instala barras de seguridad en la ducha y aplica algún producto antiresbalante si tienes pisos de mármol o similares.

Si fuera de tu casa hay hielo, utiliza sal y retíralo.

2.- Fíjate en lo que haces

No camines leyendo o usando tu teléfono. Utiliza el pasamanos en las escaleras.

Evita poner las manos en tus bolsillos porque, si lo haces, es más difícil que recuperes el equilibrio si te tropiezas, particularmente si estás cargando una maleta o algún otro objeto pesado.

3.- Utiliza el equipo apropiado

Cómprate zapatos con una suela que no resbale. Si tienes que caminar en hielo, asegúrate de usar tacos de metal. No utilices zapatos de tacón para caminar distancias largas (o al menos ten a mano un segundo par de suela plana).

Utiliza un casco cuando montes bicicleta, esquíes o patines. Si vas a hacer caminatas, ayúdate con un bastón.

4.- Cuida tu cuerpo

La fortaleza en la parte inferior es importante para recuperarte de una caída, mientras que en la parte superior, protege al cuerpo.

La apnea de sueño es un factor a considerar en las caídas, así como lo es el consumo de alcohol. Más de la mitad de resbalones que sufren los adultos están relacionados con la bebida.

Una dieta balanceada es importante para la densidad ósea y la fortaleza muscular.

Si sientes que te vas a desmayar, siéntate.

5.- Cáete de la forma adecuada

Lo primero que debes hacer es proteger tu cabeza, particularmente si el cuerpo se va hacia adelante.

Para los bomberos y entrenadores de saltos en paracaídas la clave está en rodar. Recomiendan tratar de dejar que la parte carnosa del cuerpo absorba el golpe.

“Lo que debes tratar de hacer es llegar al piso con tus manos”, explica Chuck Coyle, director de vuelo de la Lyric Opera of Chicago, quien entrena a los actores a caer en escena. “Distribuye el peso de tu cuerpo entre la parte de atrás de tus piernas, los muslos, los glúteos, rodando en la parte externa de tu pierna en vez de caerte en plancha de espaldas”.

Los jóvenes se rompen las muñecas porque estiran sus brazos rápido cuando están cayendo. Las personas mayores, en cambio, se parten las caderas porque no mueven los brazos suficientemente rápido.

Pero hay que tratar de hacerlo: es mejor romperse las muñecas que las caderas.


Este artículo es una adaptación del artículo del autor y periodista Neil Steinberg “How to fall to your death and live to tell the tale”, publicado en la revista digital Mosaic.

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