El crucifijo de Francisco Serna

Los uniformados tienen que ser mejor entrenados para lidiar con personas con problemas mentales

Han pasado ocho meses desde que Francisco Serna, un señor de 73 años, abuelo con un historial de demencia, fue fusilado por la policía en Bakersfield, California. Llevaba solo su crucifijo cuando caminó hacia la policía. Recientemente, una investigación del departamento policial concluyó que no hubo ninguna violación de sus protocolos absolviendo en sí al policía que le disparó siete veces.

Vale repetir que solo cargaba un crucifijo.

Este abuelito necesitaba compasión y cuidado. Necesitaba palabras de entendimiento y no siete balas en su cuerpo. Así lo confirmó Mijente, el grupo de activistas Latinx .
Es tiempo de añadir el nombre de Serna a la lista de civiles latinos y afro-americanos muertos por la policía. En palabras de una nueva agrupación de activistas en la comunidad latina, la Colectiva Y Moreno, cuando hablamos de estas víctimas tenemos que nombrar latinas y latinos por igual.

A Francisco Serna. A Rubén García Villalpando en Grapevine, Texas; Javier Canepa Díaz en Santa Ana, California; José Antonio Rodríguez muerto por ‘La Migra’ en la frontera de Nogales, Arizona; Anastacio Hernández Rojas en San Ysidro, California; Jessica Hernández en Denver; Antonio Zambrano-Montes en Pasco, Washington.
El Sr. Serna solo tenía un crucifijo.

¿Cuándo llegará el momento que la policía reciba un adiestramiento adecuado en manejar conflictos? ¿Por qué la atenuación no es la primera respuesta al encontrar a un ser envejecido que cargaba un crucifijo?

La muerte de Francisco Serna reclama respuestas. En lugar de intensificar estos encontronazos tenemos que exigir métodos de atenuación. Al contrario, se anunció la semana pasada que el policía Reagan Selman se comportó dentro de los marcos de las normas gubernamentales.

Años atrás en Nueva York una abuela de 86 años, la afro-americana Elenor Bumpers que también sufría de trastornos mentales resistió una orden de desalojamiento de su hogar en El Bronx. Un policía disparó dos veces y ella quedó muerta. Supuestamente, tenía un cuchillo de cocinar. El policía tuvo que enfrentar cargos criminales pero resultó absuelto. El fiscal federal en ese entonces, Rudolph Giulani, rehusó entablar cargos federales. Sin embargo, la muerte de Bumpers resultó en nuevos procedimientos policiales en cómo enfrentar personas que sufren enfermedades mentales. Eso fue en 1984.

Es obvio que faltan estas destrezas de parte de la policía. Ahora les toca a fiscales del estado de California para entablar cargos contra el policía Selman cuyo departamento ya estaba bajo la lupa por abuso policial.

Prohibido olvida el nombre de Francisco Serna, su muerte trágica, su crucifijo.

(Juan Cartagena es presidente de LatinoJustice PRLDEF)

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