Republicanos divulgan plan de recortes de impuestos con meta de aprobarlo antes de Navidad

Republicanos dan a conocer el Plan Tributario que Trump prometió durante su campaña

WASHINGTON – Líderes republicanos del Congreso presentaron este jueves un ambicioso plan tributario de más de un billón de dólares que colocará a millones de hogares y negocios en una columna de ganadores y perdedores, con la meta de someterlo a un voto definitivo antes de Navidad.

El plan tributario, que costará poco más de $1,5 billón en una década, es tan ambicioso como polémico, e incluye cambios en los tramos de ingresos sujetos a impuestos; grandes recortes impositivos para individuos y corporaciones, límites a las deducciones de impuestos por intereses hipotecarios, y más créditos tributarios para las familias, entre otros elementos.

Pero la iniciativa republicana de 429 páginas, titulada el “Acta de Recortes de Impuestos y Empleos”,  afronta la oposición de la bancada demócrata y de algunos estados y sectores del empresariado, y lo más probable es que sufra modificaciones para sumar votos.  En el pasado,  propuestas similares han tenido que incluir recortes a programas sociales.

De ser aprobado, sería apenas la primera gran victoria legislativa de la Administración Trump y sus aliados republicanos desde la confirmación a principios de año del juez conservador Neil Gorsuch para el Tribunal Supremo.

El presidente Donald Trump, que ganó las elecciones en 2016 con promesas de defender a los trabajadores y la clase media, dijo a través de un comunicado que el plan es apenas el comienzo, y reiteró que su gobierno “trabajará sin cesar” para cumplir esa promesa.

“Apenas estamos comenzando y queda mucho trabajo por hacer. Los intereses especiales van a distorsionar los hechos, los cabilderos tratarán de salvar sus acuerdos especiales, y  algunos en los medios de comunicación van a dar informes injustos sobre nuestros esfuerzos”, se quejó Trump.

Aunque Trump asegura que será el recorte de impuestos “más grande en la historia” de EEUU, la realidad es que representa apenas el 0,9% del Producto Interno Bruto en los primeros cuatro años, muy por debajo del 2,9% del PIB del plan promulgado en 1981 por el entonces presidente Ronald Reagan.

Beneficios para ciudadanos de a pie

Bajo la propuesta republicana, una familia de cuatro personas –dos adultos y dos hijos menores- con ingresos de $59,000 al año, vería una reducción de impuestos de poco más de $1,182 en 2018, porque tendría una mayor deducción estándar, además del crédito tributario por cada hijo.

Asimismo, una madre soltera con un hijo e ingresos anuales de $30,000, recibiría un reembolso de más de mil dólares, por la reducción de la tasa impositiva que le correspondería y el crédito fiscal por el menor.

Los individuos que ganan hasta $24,000 al año no pagarían impuestos sobre sus salarios, mientras que las parejas que ganan hasta $90,000 al año afrontarían un tramo de impuestos del 12%.

En cambio, las parejas con ingresos salariales de hasta $260,000 quedan en el tramo del 25%, y las que tienen ingresos de hasta un millón, en el del 35%.  Quienes ganen más de un millón, mantendrían el tramo actual del 39,6%.

En el caso de solteros o personas que declaran sus impuestos por separado, los tramos tributarios serían la mitad de esos topes salariales, salvo en el caso del tramo del 35%, que tendría un tope de $200,000 para personas solteras.

El conservador “American Enterprise Institute”calcula que las familias de clase media con ingresos de entre $60,000 y $80,000 estarían entre las más beneficiadas por el plan, porque el crédito tributario se iría reduciendo en relación al aumento en el tramo salarial.

En ese sentido, el senador republicano por Florida, Marco Rubio, dijo que el aumento en el crédito tributario por hijos menores no es suficiente para las familias trabajadoras. Rubio había propuesto aumentarlo a $2,500.

Ganadores y perdedores

La mayoría de los expertos considera que el plan pone en la columna de “ganadores” a los ricos, grandes corporaciones, y profesionales con altos salarios, como médicos y abogados.

En la columna de “perdedores” quedan las empresas constructoras,  pequeños empresarios con salarios superiores a los $200,000, y residentes en estados con altos impuestos locales y estatales, como California, Nueva Jersey, Nueva York, Connecticut, Illinois y Massachusetts, que no podrían deducir esos impuestos en sus declaraciones anuales.

También saldrían perdiendo las familias trabajadoras pobres y las organizaciones caritativas que dependen de donaciones,  porque la clase media no podría usarlas como gastos deducibles.

Luz A. Arévalo, una abogada de Boston especializada en asuntos salariales, predijo una “rebelión de la clase media” porque el plan en realidad no responde a las necesidades de la clase media y las familias trabajadoras.

“Nos preocupa que quieran hacer más difícil que la gente reclame ciertos créditos… los latinos que trabajan en la economía informal, en jardinería,  como trabajadoras domésticas, o que ganan al contado, tendrán más dificultades para comprobar que sus salarios califican para esos créditos”, explicó.

El plan con seguridad abultará el déficit – el 80% de sus beneficios va al 1% de los ricos, según el “Tax Policy Center”- y, a largo plazo, podría producir enormes recortes sociales, lo que ya generó el rechazo de organizaciones hispanas como “UnidosUS”, y otros grupos progresistas que lo calificaron como un “timo”.

Jeovanny Paz, un coordinador del “D.C. Capital Area Food Bank”,  un banco de alimentos para gente pobre en la capital estadounidense, afirmó que, si hay recortes sociales, habrá una mayor demanda para servicios como los que provee su agrupación.

Jeovanny Paz, coordinador del “D.C. Capital Area Food Bank”, un banco de alimentos para gente pobre, teme que el plan conlleve a recortes en programas sociales. Foto: María Peña/Impremedia
Activistas de grupos que ayudan a gente pobre en el área de la capital de EEUU seleccionan alimentos para su distribución. Foto: María Peña/Impremedia

“Más personas van a tener que recurrir a sus iglesias y otras organizaciones para que les provean comida. Nuestro trabajo se a va a multiplicar…  si hay recortes, eso tendría un gran impacto en nuestra comunidad y nos preocupa”, dijo Paz.

Creciente oposición

Los republicanos argumentaron que su plan trae alivio a la pequeña empresa y las familias de clase media, simplifica el proceso de declaración de impuestos, elimina resquicios en el código tributario para los intereses especiales, y pone fin a los incentivos de empresas que trasladaban sus empleos y sus ganancias al exterior.

Para la mayoría de los demócratas, entre éstos los senadores Chuck Schumer y Dianne Feinstein, sin embargo, ese discurso suena a fantasía, porque la clase media verá un aumento de impuestos.

El senador demócrata de Illinois, Dick Durbin, dijo que este plan dejará a las familias de clase media abandonadas a su suerte, porque “se apoya en la falsa creencia de que un recorte de impuestos para los más ricos beneficiará a todo el resto”.

“Es una suposición que ha demostrado ser falsa cada vez que se ha probado. Eliminar las deducciones por impuestos locales y estatales golpeará duro a Illinois, produciendo una doble tributación para un tercio de las familias en nuestro estado”, advirtió Durbin.

Varios grupos del empresariado, entre éstos la Asociación Nacional de Constructores y la Asociación Nacional de Agentes de Bienes y Raíces, también se oponen por el impacto que pueda tener en el sector de vivienda y para los dueños de casa.

Una veintena de legisladores republicanos se sumó a la creciente lista de críticos, incluyendo once de Nueva York y Nueva Jersey, preocupados por el efecto de la eliminación de las deducciones por los impuestos salariales locales y estatales.

Los republicanos aprobaron la semana pasada una resolución presupuestaria por estrecho margen que marca las pautas para el gasto fiscal y que, mediante ciertas cláusulas parlamentarias,  deja el plan tributario a prueba de cualquier bloqueo de los demócratas para su voto final en el Congreso.

Se prevé que el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes inicie el debate y voto del plan a partir del próximo lunes, y el objetivo es llevarlo al pleno antes del “Día de Acción de Gracias”, que se celebrará el 23 de noviembre.  La medida tendrá que ser armonizada con la versión del Senado antes de fin de año.

Si es aprobado este año, la mayoría de sus cláusulas entraría en vigor el próximo 1 de enero.

El “abecedario” del plan

 Según un resumen, el plan:

  • Deja en pie las contribuciones libres de impuestos para los planes de ahorro “401K”
  • Permite la deducción de impuestos locales y estatales a la propiedad por hasta un máximo de $10,000.
  • Preserva las deducciones por intereses hipotecarios para las hipotecas existentes, pero reduce por la mitad, hasta medio millón de dólares, el límite para las deducciones de nuevas hipotecas en adelante.
  • Reduce permanentemente la tasa impositiva federal para las corporaciones del 35% al 20%
  • Consolida los siete tramos impositivos para los ingresos salariales en cuatro: del 12%, 25% y 35%, respectivamente, y mantiene el del 39,6% para individuos con salarios de al menos $500,000.
  • Aumenta de $1,000 a $1,600 el crédito tributario por cada hijo menor de 17 años.
  • Establece un crédito no reembolsable de $500 para dependientes mayores de edad, para ayudar a reducir el costo del cuidado de otros dependientes.
  • Elimina el crédito tributario por adopciones.
  • Elimina los gastos deducibles de impuestos por gastos médicos, y también por los intereses de préstamos estudiantiles.
  • Elimina las exenciones personales, que en la actualidad son de $4,050 por individuo, su pareja, y sus dependientes.
  • Duplica la exención para los impuestos a las herencias, y la elimina por completo después de seis años.
  • Casi duplica la deducción estándar, de $6,350 a $12,000 para individuos, y de $12,700 a $24,000 para parejas que hacen sus declaraciones juntos.
  • Deja sin cambios el “Crédito Tributario por Ingresos” (EITC, en inglés), para familias de ingresos bajos y moderados.

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