Congreso no tiene “hoja de ruta” clara para lograr acuerdo sobre “DACA”

Diferencias abismales: los demócratas piden legalizar a los "Dreamers", pero la Casa Blanca exige mucho más que "corregir DACA"

Cada vez hay menos tiempo para salvar a los cerca de 700,000 soñadores amparados con DACA

Cada vez hay menos tiempo para salvar a los cerca de 700,000 soñadores amparados con DACA Crédito: Alex Wong | Getty Images

WASHINGTON— Aunque el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo este lunes que la reapertura del gobierno abre una vía hacia la protección de los “Dreamers” en tres semanas,  el presidente Donald Trump sólo escucha las voces de asesores de “línea dura” y el Congreso, en realidad, no tiene una “hoja de ruta” clara para resolver “DACA”.

Los demócratas cedieron a las presiones de los conservadores y, a cambio de promesas de que el Congreso votará una legislación que proteja a los “Dreamers”,  apoyaron una medida de gastos temporales para reabrir el gobierno hasta el próximo 8 de febrero.

“El proceso será neutral y justo para todos los lados… esperamos que un proyecto de ley bipartidista (sobre DACA) recibirá una justa consideración y un voto de aprobación o rechazo en el pleno”, aseguró Schumer.

Sin embargo, ante el profundo abismo que separa a ambos partidos sobre “DACA”, es poco probable que se logre un acuerdo migratorio de largo plazo, según dijo a este diario David Bier, analista político del Instituto Cato.

“No creo que el Congreso y el presidente lograrán un acuerdo para el 8 de febrero. Las exigencias de la Casa Blanca, apoyadas por los republicanos en la Cámara de Representantes, están muy lejos de lo que puedan apoyar los demócratas que se hace virtualmente imposible cualquier acuerdo”, advirtió Bier.

“El presidente se ha comprometido a incluir (en el diálogo) líderes de línea dura que no tienen incentivo o deseo alguno para lograr un término medio. Desde esa perspectiva, si logran todo lo que quieren, estarán contentos, y si no hay acuerdo, si desaparece DACA, también lo estarán”, vaticinó.

Cualquier acuerdo sobre “DACA” requerirá el apoyo de la mayoría en el Senado, y de “la mayoría de la mayoría” de los republicanos que también controlan la Cámara de Representantes. Aún si se aprueba algo en el Senado, no está claro que se apruebe en la Cámara Baja debido a la objeción de conservadores, tal como ocurrió con la reforma migratoria de 2013.

Mientras, las señales de la Casa Blanca no inspiran confianza de que pueda haber negociaciones de buena fe en las próximas tres semanas.

El Trump que apareció frente a las cámaras el pasado 9 de enero, rodeado de 25 legisladores demócratas y republicanos y apoyando un “proyecto de ley de amor” para los “Dreamers”, no es el mismo que aparece en Twitter apelando a los ultraconservadores de su base con feroces mensajes contra la población indocumentada.

Trump y la Casa Blanca dejaron en claro hoy que éste sólo aceptará una medida que incluya además fondos para el muro y para reforzar la seguridad en la frontera y al interior del país, el fin de la “lotería de visas” y la eliminación de la “inmigración en cadena”.

Mientras el Senado negociaba una salida a la crisis, un anuncio publicitario difundido el sábado pasado por la campaña de reelección de Trump, con motivo del primer aniversario de su investidura, culpaba a los demócratas de ser “cómplices” de los homicidios a manos de inmigrantes indocumentados, y repetía la promesa del muro fronterizo.

El anuncio de 30 segundos coincidió con el primer día del cierre del gobierno, que Trump y los republicanos se empeñaron en achacar a la intransigencia de los demócratas que, según el mandatario, apoyan “la inmigración ilegal” y no a las tropas estadounidenses que necesitaban los fondos.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders,  intentó distanciarse del polémico anuncio pero, más adelante, dijo que la prioridad de Trump es la seguridad nacional y la seguridad fronteriza, y sugirió que si los demócratas se oponen a las exigencias de la Administración entonces “desde luego eso permitiría más incidentes en el futuro”.

Trump recibió en la tarde en la Casa Blanca a seis senadores republicanos para evaluar los siguientes pasos hacia una reforma migratoria, dijo Sanders.

Pero esa lista solo incluyó a senadores de “línea dura” que se oponen a la legalización de los “Dreamers” y proponen reducir la inmigración ilegal: los senadores Tom Cotton, John Cornyn, Chuck Grassley, James Lankford, David Perdue, y Tom Tillis.

La Administración jamás ha invitado a la mesa de negociaciones a ningún grupo de la vasta coalición de agrupaciones progresistas que defienden los derechos de los inmigrantes. En cambio, algunos de sus principales asesores, como Stephen Miller y su jefe de Gabinete, John Kelly, han llevado la voz cantante en las discusiones sobre el futuro de “DACA”.

Miller fue asesor del entonces senador republicano por Alabama y ahora fiscal general, Jeff Sessions, y desde siempre ha comulgado con las ideas de grupos ultraconservadores opuestos a la legalización de la población indocumentada.

El fin de semana pasado, el senador republicano por Carolina del Sur y coautor del “Dream Act”,  Lindsey Graham, se quejó de que Miller está dictando la política migratoria de Trump y torpedeando las negociaciones.

“Mientras Stephen Miller esté a cargo de negociar inmigración, no vamos a ninguna parte. Siempre ha estado”, dijo Graham.

Kelly, que era considerado una voz moderada en la Administración, también ha aconsejado a Trump a que sea más firme en sus posturas respecto a la seguridad fronteriza.

El director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), Mick Mulvaney, rechazó las críticas de Graham al indicar que Trump “toma las decisiones de inmigración en la Casa Blanca, punto final”.

Aunque hay varias propuestas sobre la mesa Trump ha dado su respaldo, como punto de partida, al proyecto de ley “Securing America´s Future Act” , pactado por ultraconservadores que ofrece poca ayuda a los “Dreamers” y se concentra en el asecho a los inmigrantes indocumentados en la frontera y al interior del país, y la reducción de la inmigración legal.

Otras voces conservadoras opuestas a un arreglo en torno a “DACA”, como las comentaristas Anne Coulter y Laura Ingraham, le recuerdan a Trump que tiene una deuda pendiente con los conservadores que lo catapultaron al poder en noviembre de 2016 y, por lo tanto, debe mantener “mano dura” contra los inmigrantes.

Grupos defensores de los inmigrantes, incluyendo “UnidosUS” (antes NCLR), “United We Dream”, y “Our Dream”, entre otros, ha prometido canalizar su indignación hacia los legisladores a la movilización de los votantes el próximo 6 de noviembre.

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