Cada 31 minutos un arma de fuego de EEUU es utilizada para delinquir en países vecinos

Un sistema permisivo y con "lagunas legales" permite la compra masiva de armas -legal o ilegalmente- y su contrabando a países donde se usan cada vez más para actividades ilegales

No sólo en Estados Unidos las armas fabricadas o compradas aquí son un problema, también lo son en países vecinos (Foto: archivo)

No sólo en Estados Unidos las armas fabricadas o compradas aquí son un problema, también lo son en países vecinos (Foto: archivo) Crédito: KAREN BLEIER | Getty Images

Cada 31 minutos, un arma de fuego originalmente comprada en los Estados Unidos bajo un sistema permisivo y de débiles reglamentos, es utilizada en otro país para cometer un delito.

La facilidad es tal que armas estadounidenses han invadido literalmente los países vecinos, hasta el punto que más de 50,000 de ellas fueron recuperadas en investigaciones criminales en América del Norte, Central y el Caribe solamente entre los años 2014 y 2016.

Un nuevo reporte del Centro para el Progreso Americano examinó las cifras del gobierno estadounidense así como las de los países vecinos y halló que las armas de origen estadounidense, ya sea vendidas legalmente o aprovechando debilidades y “huecos” en las leyes de aquí, tienen un rol central en el crimen violento en México y Centro América, e incluso en países de baja violencia como Canadá.

Esto quiere decir que Estados Unidos está exportando -legal e ilegalmente- armas de violencia a países donde los reglamentos de venta y tenencia de armas son mucho más severos y estrictos, como México y Canadá, entre otros.

“Los traficantes de armas están explotando las mismas lagunas en las leyes de armas estadounidenses que facilitan el tráfico ilegal de armas domésticas para traficar armas en el exterior, y tenemos la obligación moral de promulgar soluciones políticas de sentido común para mitigar la exportación de herramientas de violencia letal”. dijo Chelsea Parsons, vicepresidente de Política de Armas y Delitos del Center for American Progress y coautora del informe.

El actual presidente de Estados Unidos se refiere constantemente a la amenaza que supuestamente representan los inmigrantes a la seguridad de los estadounidenses, llegando a identificar a los niños migrantes como pandilleros y a los inmigrantes como asesinos. Pero nunca se menciona que buena parte del aumento en la violencia en países vecinos se está cometiendo con armas originadas en este país, señala el reporte.

México es un ejemplo palpable. Siendo el país más vilificado por el presidente Trump en su discurso político por el tema de inmigración y comercio, la presencia de armas provenientes de Estados Unidos -particularmente armas largas, rifles semiautomáticos como los AK y los AR- está cada vez más presente en la violencia de ese país. Un ejemplo del creciente problema: 1997, solo el 15% de los homicidios en México se cometían con una pistola y ese porcentaje subió al 66% en 2017.  Cifras estadounidenses revelan que entre los años de 2009 y 2014, la mayoría de las armas usadas en un delito en México fueron compradas en el vecino del norte, particularmente en Texas, California y Arizona.

Centroamérica y el Caribe también están inundados de armas estadounidenses. Por ejemplo, cifras de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos de Estados Unidos revelan que el 49% de armas recuperadas en delitos en el Salvador, 45% de las recuperadas en Honduras y 29% en Guatemala, vienen de Estados Unidos.

El gran inventorio -y fabricación- de armas en Estados Unidos, principal fabricante de armas del mundo, se combinan con leyes mucho más permisivas para la venta y también con “huecos” en la ley que permiten la trampa y la venta a personas que se supone no están autorizadas para comprar armas, por medio de un tercero o “straw man”. Esta es una táctica común usada dentro de Estados Unidos para superar los reglamentos de control de armas a personas con delitos,  pero que también se usa para exportar armas a otros países. apunta CAP.

Por ejemplo, de marzo a noviembre de 2016, un grupo de traficantes conspiró para comprar 36 armas de fuego a través de “straw men” en  tiendas de armas en Texas y pasarlas de contrabando a través de la frontera mexicana.

En la frontera norte, un hombre compró 24 armas de fuego en una exhibición de armas que se realizó en febrero de 2016 usando la misma táctica.

Alguien compró a nombre de otras dos personas que eligieron las armas y proporcionaron efectivo para la compra. Al menos una de estas armas fue recuperada en una escena del crimen en Canadá.

Otro esquema descaradamente ilegal de trata de personas involucró individuos comprando 100 pistolas en los Estados Unidos y dejándolos en una biblioteca en Vermont cerca de la frontera norte, donde fueron recuperados y contrabandeados a Canadá.

“Es nuestra responsabilidad tomar medidas significativas para detener el flujo ilegal de armas a través de nuestra frontera del sudoeste. Abordar este problema no debería ser tan difícil—muchas de las reformas necesarias, como exigir informes sobre las ventas de múltiples armas de fuego, son extremadamente simples y de ninguna manera afectarían la capacidad de los ciudadanos para comprar armas”, dijo la congresita Norma Torres de California

“La administración de Trump se ha dado a la tarea de demonizar a los mexicanos como perpetradores de violencia, pero esa política racista descuida el hecho de que cada año se pasan de contrabando de Estados Unidos a México cientos de miles de armas”, dijo Eugenio Weigend, director asociado de política de armas y crimen,  coautor del informe. “Estados Unidos necesita hacer más para reducir su papel en esta carnicería”

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