Resolver conflictos, la clave de la verdadera felicidad

Aprender a lidiar con los conflictos que surgen con la convivencia te ayuda a desarrollar una relación de pareja más sana y funcional

La parte positiva del conflicto es poder madurar y aprender de él.

La parte positiva del conflicto es poder madurar y aprender de él.  Crédito: Pexels

Es una realidad que nadie pone en duda. Los conflictos son parte de las relaciones entre las personas porque, indudablemente, surgen debido a las diferencias de opiniones, creencias, valores o ambiciones individuales.

Por eso, ser feliz no es sinónimo de ausencia de conflictos. “Ser feliz es poder afrontar un conflicto desde un enfoque positivo basado en la perseverancia, que es sinónimo de no rendirse”, afirma la doctora en consejería profesional de familia Monsita Nazario Lugo, quien destaca que aprender cómo afrontarlos es muy importante para poder mantener relaciones sanas con los demás.

De hecho, la consejera señala que los conflictos y problemas que nos afectan hoy, nos permiten enfrentar los  que se presenten en el futuro con mayor sabiduría “para reflexionar  y así cambiar nuestra relación con las dificultades y las discordias personales”.

Algo muy necesario en estos días en los que todavía muchas familias luchan con las consecuencias del huracán María, sin electricidad o agua, pérdida de empleo o del hogar, entre muchos otros problemas. Situaciones que, sin duda, van a generar mucha tensión en las relaciones de pareja y de familia, así como estrés y ansiedad.

En ese sentido, Nazario Lugo dice que el “compromiso entre dos seres imperfectos decididos a esforzarse por lograr una comunicación consistente” es el ingrediente principal en la decisión de no rendirse.

“Cuando una pareja decide no convertirse en víctima de las circunstancias y establece acuerdos y estrategias para lograrlos, puede ser feliz a pesar de todo”, afirma la consejera, mientras recomienda a la pareja que si identifican que solos se les hace difícil lograrlo, deben buscar ayuda externa.

“Profesionales de ayuda en oficinas privadas e iglesias, escuelas entre otros. Lo único que no pueden hacer es dejar de buscar e intentar. Hay que abandonar la idea de que solo el que no tiene problemas es feliz, eso es una utopía”, enfatiza la especialista.

La mejor receta

Aprender a afrontar los conflictos, agrega Nazario Lugo, es la mejor receta para mantener relaciones sanas con la pareja. A su vez, ayuda a   no “boicotear” la comunicación y nos permite evaluar “si nos convertimos en parte de la solución o abonamos a incrementar los problemas”.

Cabe destacar que la parte positiva del conflicto es poder madurar y aprender de él. No se trata de incitarlo, pero tampoco de evadirlo. Más bien, recomiendan los expertos en conducta humana, se trata de reconocerlo a tiempo y buscar la mejor forma, a través de la comunicación, de resolverlo. También es importante   rectificar nuestras reacciones para evitar caer en un círculo vicioso que, en muchas ocasiones, promueve que nos acostumbremos, inconscientemente, a que la situación se repita una y otra vez.

“Podemos darnos cuenta de que tener una comunicación efectiva conlleva mucho más que hablar y oír. Requiere de mucho esfuerzo consciente y consistente.  Es un reto mucho mayor cuando en esa comunicación tú eres uno de los protagonistas”, agrega Nazario Lugo, tras citar al reconocido psicólogo John Gottman, quien dice  que las parejas imperfectas pero felices son aquellas que entienden que ambos forman un equipo que hace frente al enemigo común de los malos entendidos.

“Las parejas que no se ven así y que, por el contrario, se ven el uno al otro como enemigos, seguirán siendo imperfectos pero nunca podrán ser felices en su relación. Se concentran en competir y eso los estanca y los lleva al fracaso”, advierte Nazario Lugo.

Precisamente, en sus escritos Gottman también destaca que el problema no radica en los conflictos mismos pues son comunes e inevitables, sino en los mecanismos que se activan cuando surgen. Y las parejas que se separan suelen quedar atrapadas en emociones negativas que les llevan a una espiral autodestructiva.

Cambios positivos

Algunas recomendaciones, según la consejera profesional Monsita Nazario Lugo:

• Cuando se comience una discusión, se deben hacer planteamientos sutiles. De esto depende el curso y el logro que obtendrás de la misma.

• Habla desde el yo, expresa lo que sientes y lo que necesitas en lugar de señalar y atacar a la pareja.

• Acepta tu responsabilidad. Nunca estamos exentos, pero el orgullo nos lleva a defendernos en lugar de aceptar en qué fallamos.

• Nunca te sientas superior a tu pareja. No humilles ni te burles. Pregúntate: ¿Soy yo capaz de dar lo que exijo? – Debes partir de una realidad: Somos imperfectos y por eso tenemos que ser comprensivos y empáticos, pues mañana con certeza necesitarás que tu pareja lo sea contigo. No podemos pedir una perfección que no podremos dar.

• Recuerda que dejar de hablar de lo que te molesta nunca debe ser una opción. Evadir el diálogo hace que los conflictos escalen y “boicotea” la comunicación efectiva. Hay que procesar el conflicto evitar que escale.

• Escucha, no hay comunicación si no sabes escuchar.

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