Un acto de amor más poderoso que cualquier medalla en PyeongChang 2018

El beso entre el esquiador Gus Kenworthy y su pareja que ya le da la vuelta al mundo desde la montaña en los Juegos Olímpicos de Invierno

El beso de los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018.

El beso de los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018. Crédito: Especial | Tomada de la TV

PYEONGCHANG.- El esquiador estadounidense Gus Kenworthy hizo lo que no se atrevió hace cuatro años en Sochi: darle un beso a su novio, el actor Matthew Wilkas, al finalizar su participación en el slopestyle de los Juegos Olímpicos de Invierno de esta localidad.

Entonces, el freestyler quería mostrarle al mundo su homosexualidad, pero tras ganar la medalla de plata no tuvo el valor, se animó a contar en 2015 a través de un artículo que se publicó en ESPN. El día que salió a la luz, escribió en sus redes sociales: “Hoy es el primer día del resto de mi vida“.

Desde entonces, el esquiador de 26 años se ha convertido en un conocido impulsor de los derechos gays. El beso que sí le dio a su novio tras terminar la competición fue recogido por las cámaras de la NBC. “No tenía ni idea de que era un momento en el que me estaban grabando“, dijo Kenworthy. “Hacer eso, darle un beso, haber mostrado ese amor al mundo, es increíble“.

Kenworthy, que había criticado la presencia del vicepresidente Mike Pence, por sus posturas antigay, buscó así dar visibilidad a su lucha en la comunidad LGBT, que lo tiene entre sus líderes. Kenworthy contó que antes de su competencia recibió un mensaje de aliento de la cantante Britney Spears, que es su amiga. El esquiador, que posó desnudo años atrás en la nieve de Mammouth Mountain, se declaró “un mensajero contra los preconceptos y desde que hice pública mi orientación sexual siento que ya no debo dar explicaciones a nadie”.

Su novio, el actor Matthew Wilkas, habló acerca del beso que ambos se dieron en la transmisión de TV para millones en todo el mundo: “La verdad que es algo que debe ser cada vez más normal. Se que hay muchas personas que odian a Gus y esperan sus errores“.

Y el esquiador fue claro en su mensaje y explicó por qué no había besado antes a su novio frente a las cámaras: “Es algo que debería haber hecho en los pasados Juegos, compartir ese beso con mi novio al final de la ronda, pero era algo que me asustaba mucho”.

Kenworthy entendió que el paso que dio puede ayudar a muchos a vencer el miedo, ya que contó que si de pequeño hubiera tenido la posibilidad de ver lo que él generó con ese beso, todo podría haber sido más fácil en cuanto a mostrarle al mundo su condición sexual.

El resultado, sin embargo, era lo de menos para el freestyler (finalizó último entre 12 competidores), ya que todo resultó como él quería. Incluso, su madre lo esperó también entre el público con una bandera arcoíris en el cuello. “Es fantástico estar en los Juegos Olímpicos de Invierno y haber conseguido expresarme. Ser uno mismo sienta genial”, dijo el atleta.

Y continuó: “Creo que eso es lo más importante del mundo para cualquiera. Ser auténtico y honesto. No es el resultado que quería, pero me siento orgulloso de representar a la comunidad LGBT”.

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