Pence defiende plan migratorio de Trump y acusó a demócratas de “abandonar” DACA

La Administración Trump no da indicios de dar marcha atrás a su política de separar a familias en la frontera sur

WASHINGTON – Ante una audiencia de líderes evangélicos, muchos de los cuales han tenido que dar ayuda a inmigrantes, el vicepresidente, Mike Pence, ofreció este jueves una férrea defensa del plan migratorio de la Administración Trump, y acusó a los demócratas de “abandonar” DACA y obstaculizar una solución.

Pence fue el orador principal del “Desayuno de Oración Nacional Hispano”, organizado por la red Esperanza, en el que el encuentro de líderes evangélicos de todo el país estuvo dominado por el efecto de la política migratoria del presidente Donald Trump y el quebranto que está causando a las familias inmigrantes.

Ante un auditorio de aproximadamente 700 personas, Pence defendió el plan migratorio que el presidente Donald Trump presentó formalmente durante su primer discurso sobre el “Estado de la Unión” a principios de año, que se centra en la construcción de un muro y la seguridad fronteriza; una solución para los “Dreamers” y la eliminación de “lagunas legales” que, a juicio de la Administración, alientan la inmigración ilegal.

“Nuestro plan es la propia definición de un acuerdo mutuo… seguimos profundamente decepcionados de que los demócratas no están dispuestos a trabajar con nosotros en una solución que logre estas reformas de sentido común para el beneficio del pueblo estadounidense”, afirmó.

Repitiendo la queja de Trump, Pence acusó a los demócratas de obstaculizar una solución bipartidista para el programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, que la Administración Trump desmanteló en septiembre de 2017, pero que ha tenido que reactivar por órdenes judiciales.

Pero el vicepresidente no mencionó que la minoría demócrata en el Congreso ofreció una solución rechazada por la Casa Blanca y ahora ha quedado nuevamente excluida de las negociaciones en curso para sendas medidas que serán votadas la próxima semana en la Cámara de Representantes.

Pence siguió al pie de la letra el guión de la Administración Trump sobre la urgencia de combatir la inmigración ilegal, argumentando que es un fenómeno que perjudica a comunidades en ambos lados de la frontera al financiar a “peligrosos carteles de la droga”.

Sin embargo, evadió por completo la práctica de separar a las familias, que ha generado la repulsa de defensores de los derechos humanos dentro y fuera de Estados Unidos.

Horas antes, el senador demócrata por Nueva York, Chuck Schumer, arrancó ruidosos aplausos cuando aseguró que la separación de niños de sus padres en la frontera o la negación de ayuda a víctimas de violencia no hará a Estados Unidos ni mejor ni más seguro.

“Darle la espalda a esta gente (los inmigrantes), vilificando a esta gente, diciendo que todo inmigrante es un narcotraficante o un criminal no es el EEUU que conozco y amo, ni es el que ustedes conocen y aman” dijo Schumer, al criticar a Trump sin mencionarlo por nombre.

El discurso de Pence generó pocos aplausos de entusiasmo, salvo cuando tocó asuntos relacionados con la defensa de los no nacidos, la libertad de culto, y su condena de la represión de opositores en Cuba, Nicaragua y Venezuela, países a los que describió bajo una “nube oscura de la tiranía”.

En ese sentido, Pence señaló que la prosperidad del hemisferio occidental es prioritaria para la Administración, por lo que en un par de semanas realizará su tercer viaje a Latinoamérica desde el año pasado, en esta ocasión a Brasil, Ecuador y Guatemala.  El vicepresidente reafirmó el apoyo de EEUU hacia el pueblo guatemalteco, afectado por la erupción del volcán de Fuego.

El encuentro fue organizado por “Esperanza”, la principal red de organizaciones evangélicas en EEUU que desde 2002 ha realizado este tipo de encuentros para tratar los temas más acuciantes de la comunidad de fe, incluyendo libertad de culto, educación, empleos, e inmigración.

En declaraciones a este diario, dos líderes religiosos se mostraron decepcionados por lo que describieron como la disonancia del discurso de Pence, en unos momentos en que las congregaciones reciben a diario pedidos de auxilio de familias inmigrantes en todo el país.

“Se me hizo un poco triste que no menciono lo suficiente el trabajo que estamos haciendo en las congregaciones, en las comunidades hispanas, es bastante difícil…  lo más grande de mi ministerio es el hospital, y me ha tocado ver a personas que tienen miedo de traer a sus hijos al pediatra, de seguir instrucciones del médico”,  por su estatus migratorio, explicó la reverenda Alexandra Zareth Canales, quien lidera servicios de cuidado espiritual de la Red de Cuidado de Salud Einstein, en Filadelfia (Pensilvania).

Por su parte, el reverendo Raúl LeDuc, de la Iglesia Sión Asambles de Dios, de Filadelfia,  afirmó que si bien Pence mencionó los problemas de Latinoamérica “no está mirando lo que nos está pasando acá, especialmente lo que está pasando con las familias en la frontera”.

El reverendo Raúl LeDuc pide no olvidar el “trauma” de los niños en la frontera. Foto: María Peña/Impremedia

“Se están rompiendo las familias, los hogares. Se nos olvida que hay un trauma de esa niñez, cuando se separan, el dolor, la inseguridad… el vicepresidente debió ofrecer una explicación más detallada de lo que está pasando”, enfatizó.

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