En la lista de deseos: una semana laboral de cuatro días

Los empleadores no muestran entusiasmo por un cambio que amplíe el fin de semana

Acortar la semana es una demanda que pocos empleadores quieren probar./Shutterstock

Acortar la semana es una demanda que pocos empleadores quieren probar./Shutterstock Crédito: Shutterstock

Empleadores y empleados no ven con los mismos ojos algunas ventajas laborales (perks) y son estos últimos quienes son más creativos mientras que los primeros son más conservadores por más que la baja tasa de desempleo les fuerce a buscar opciones atractivas para contratar en sectores muy competitivos.

Según la firma de reclutamiento Robert Half, puestos a negociar condiciones laborales en el trabajo (no sueldo o beneficios), la mayoría de los empleados quiere tener horarios flexibles, trabajar desde lugares distintos a la oficina u otro lugar de trabajo, comodidades como tener un gimnasio, lavandería o algo crucial para muchas familias: cuidado de niños. Hay empleadores que los ofrecen pero muchos más trabajadores los quisieran.

Ahora bien, hay una condición laboral que los trabajadores querrían por encima de otras y si los empleadores no están completamente de acuerdo en ofrecer otras, en esta la distancia que separa lo que se quiere de lo que se ofrece es un océano: la semana laboral de cuatro días.

Según esta agencia,  el 66% de los empleados que han entrevistado querrían esta semana reducida de trabajo pero solo el 17% de los empleadores la ofrece.

Es probable que la percepción vaya cambiando con el tiempo y la progresiva automatización de muchos empleos. Según un estudio de economistas de la Reserva Federal de Saint Louis, en 20 años el 57% de los trabajos (sobre todo los muy repetitivos en los que la creatividad humana no sea primordial) podría ser sustituido por una máquina o avance tecnológico. En ese sentido, habrá menos trabajo y más herramientas para que se consiga la misma productividad con menos horas.

Por el momento, la semana laboral de cinco días está tan arraigada en la historia moderna que cuesta pensar que el fin de semana puede convertirse en un evento de tres días. Pero hay quien lo ha probado para dar argumentos a favor de quienes piensan que es buena idea.

El experimento que más ha llamado la atención se ha hecho este mismo año al otro lado del mapa, Nueva Zelanda, en una empresa financiera, Perpetual Guardian. Un profesor, Jarrod Haar, y una doctora de Gestión de Negocios Internacionales, Helen Delaney, ambos de la Universidad de Auckland, analizaron los resultados de seis semanas con cuatro días de trabajo cada una y han visto lo siguiente:

  • Los niveles de estrés se rebajaron entre los empleados.
  • El equilibro entre vida personal y trabajo mejoró significativamente.
  • El compromiso del equipo se incrementó, había mejor liderazgo, estimulación y empoderamiento.
  • La productividad no fue más elevada pero tampoco se resistió y los objetivos que se tenían antes del experimento se alcanzaron. En el informe de Haar se plantea que hay que organizar mejor el trabajo y centrarse más para que no haya días desiguales de trabajo y en algunos se acumule la tarea.

“Tanto los empleados como los gestores creen que se necesita más práctica, ayuda y recursos para mantener los cambios” a la semana de cuatro horas, explica la doctora Delaney en sus conclusiones. Se necesita más estructura y guía pero finalmente los resultados positivos son elevados y todo parece indicar que no es un reto descabellado. “El análisis es positivo y apoya la semana de las cuatro hora”, confirma Harr.

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