Se disparan los precios incluso de los medicamentos más antiguos
Es una creencia común que los crecientes precios de los medicamentos se deben al alto costo de los fármacos innovadores, y que los fabricantes cobran mucho para recuperar los gastos de investigación y desarrollo de sus nuevos productos.
Pero las compañías farmacéuticas también han estado subiendo de forma constante los precios de los medicamentos de marca más antiguos, según un reporte de HealthDay.
Los crecientes precios de las pastillas de marca, en los Estados Unidos, superaron la tasa general de inflación del país casi cinco veces entre 2005 y 2016, y los consumidores pagaron alrededor de un 9 por ciento más cada año por los mismos medicamentos antiguos entre 2005 y 2016.
El precio de los medicamentos inyectables de marca aumentó en un 15 por ciento al año en el mismo periodo, encontraron los investigadores.
“En el mercado de las marcas, los precios aumentan con mucha rapidez, y se debe casi exclusivamente a la inflación en los productos existentes”, señaló la investigadora principal, Inmaculada Hernández, profesora asistente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh.
El EpiPen y los productos de insulina de marca son dos ejemplos importantes de medicamentos que han estado mucho tiempo en el mercado, pero que han experimentado masivos aumentos en los precios en los últimos años, anotó Hernández.
El costo de un paquete con dos inyectores de EpiPen aumentó de unos 100 dólares en 2007 a entre 300 y 600 hoy en día. El precio de lista de la insulina marca Lantus aumentó en un 49 por ciento en 2014, aunque el producto ha estado en el mercado durante más de una década.
Decisiones difíciles
Estos tipos de aumentos en los productos más antiguos socavan los esfuerzos de la industria de la atención de la salud por controlar los costos, dijo Hernández.
Unos aumentos marcados y arbitrarios de los medicamentos más antiguos “no pueden justificarse basándose en un mayor valor ni en unos mejores resultados”, dado que las personas han estado pagando más por productos que no ofrecen un beneficio adicional, razonó Hernández.
Los aumentos en los precios también pueden hacer que los pacientes se enfrenten a difíciles decisiones sobre su salud. Más de una cuarta parte de las personas con diabetes han prescindido de sus inyecciones de insulina debido a los crecientes precios, según un estudio publicado el mes pasado en la revista JAMA Internal Medicine.
En este estudio más reciente, Hernández y sus colaboradores evaluaron el precio de lista de decenas de miles de medicamentos entre 2005 y 2016, usando una base de datos nacional. También tomaron en cuenta la frecuencia con que se recetan esos medicamentos, para reflejar mejor la contribución de cada uno de ellos a los costos generales de atención de la salud en EE. UU.
Para evaluar el impacto de los nuevos medicamentos, los investigadores organizaron los medicamentos según el momento en que entraron al mercado. Los medicamentos se consideraron como “nuevos” durante los tres primeros años en que estuvieron disponibles; en el caso de los genéricos, durante los tres primeros años tras la expiración de la patente.
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Los precios han estado aumentando globalmente en todas las categorías de medicamentos, encontraron los investigadores.
Por ejemplo, los precios de los fármacos genéricos han aumentado en un 4.4 por ciento al año para las pastillas y en un 7.3 por ciento al año para los inyectables.
Y el costo de los medicamentos especializados de alta tecnología (los principales culpables de los crecientes precios de los medicamentos) también ha aumentado cada año, en un 20.6 por ciento para las pastillas y en un 12.5 por ciento para los inyectables.
En general, los precios de los medicamentos especializados han aumentado 13 veces más rápido que la inflación nacional, e incluso los precios de las pastillas genéricas han aumentado más de dos veces más rápido que la inflación. Pero los aumentos en los costos de los medicamentos genéricos y especializados han sido provocados en gran medida por los fármacos nuevos que entran al mercado, reportó el estudio.
¿El lucro es lo primero?
Los medicamentos nuevos explicaron un 71 por ciento del aumento en los medicamentos especializados en pastilla y un 52 por ciento del aumento en los inyectables, apuntaron los investigadores.
El aumento en los genéricos ocurre porque los nuevos productos genéricos tienden a costar más, hasta que más fabricantes entran al mercado y la competencia baja los precios, comentó Hernández.
No hay ningún motivo aparente para el creciente costo de los medicamentos de marca, aparte de los aumentos regulares de precio que buscan incrementar los beneficios de las compañías, concluyeron los investigadores.
Muy pocos nuevos medicamentos populares entran en algún momento en el mercado de marca; los medicamentos nuevos y costosos generalmente se consideran fármacos especializados, dijeron los investigadores.
“El mercado de medicamentos recetados de Estados Unidos es en realidad un mercado totalmente libre, y creo que en gran medida nos hemos reconciliado con ese hecho”, planteó Stuart Schweitzer, profesor de políticas y gestión de la salud en la Facultad de Salud Pública Fielding de la UCLA.
La organización Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), que representa a la industria farmacológica, criticó al nuevo informe.
“Este estudio provee una imagen equívoca e imprecisa del mercado de medicamentos de EE. UU.”, afirmó Holly Campbell, vicepresidenta de asuntos públicos del grupo. Dijo que las cifras de los precios al por mayor usadas en el informe no lograron “capturar los reembolsos u otros tipos de descuentos” que muchas compañías farmacéuticas ofrecen.
“En promedio, un 40 por ciento del precio de lista de los medicamentos se devuelve en forma de reembolsos o descuentos a las compañías farmacéuticas, el gobierno, los administradores de beneficios de farmacia y otras entidades de la cadena de suministro que con frecuencia requieren grandes reembolsos para que un medicamento sea cubierto”, explicó Campbell.
Lamentablemente, “esos ahorros con frecuencia no se comparte con los pacientes, cuyos costos de desembolso siguen disparándose”, añadió.
La falta de competencia
Pero Hernández indicó que otras fuerzas podrían tener que ver con el aumento del costo de los medicamentos más antiguos, entre ellos una falta de competencia.
“En el caso del EpiPen o de las insulinas, se trata de marcas que han estado disponibles más de una década, al menos, y todavía no hay suficiente competencia” para hacer que los precios sigan iguales o bajen, apuntó.
“A veces los precios de los medicamentos llegan a los titulares, pero usualmente porque son precios muy altos de fármacos nuevos. Queremos enviar el mensaje de que la inflación de un año a otro es un factor contribuyente muy importante de los crecientes precios de los fármacos en el mercado de las marcas”, apuntó Hernández.
Por su parte, Schweitzer cuestionó si la innovación justifica los altos precios de los nuevos medicamentos que llegan al mercado.
“Un argumento plantea que los beneficios deben provenir de algún sitio para la innovación, y que si esos beneficios se eliminan hay menos espacio para la innovación”, dijo Schweitzer, que no participó en el estudio.
“Pero el otro argumento es que las compañías farmacéuticas no son estúpidas y no eligen los proyectos basándose en una asignación aleatoria”, señaló Schweitzer. “Clasifican cada dólar que se gasta en investigación y desarrollo. Es gente muy inteligente, y saben cuándo pueden absorber unos beneficios reducidos y cuándo es mejor no hacerlo”.
“Según ese argumento, a las compañías les va bien y podríamos controlar los precios de los fármacos de forma más agresiva que ahora”, concluyó.
El nuevo estudio aparece en la edición del 7 de enero de la revista Health Affairs.