Huachicoleo, deuda, falta de inversión: Pemex vive una de sus peores crisis

La petrolera fue por décadas la billetera de los gobernantes en México, pero el derroche se convirtió ahora en una profunda crisis

Torre Corporativa de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en Ciudad de México.

Torre Corporativa de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en Ciudad de México. Crédito: Mario Guzmán | EFE

MEXICO – “Un político pobre es un pobre político”, solía pregonar Carlos Hank González, ex gobernador del Estado de México, en los años de bonanza de Petróleos Mexicanos (Pemex), cuando la paraestatal daba para ése y otros tipos de fanfarronerías al ser el sostén de todo el aparato burocrático y gastos oficiales.

Con la carga fiscal que por décadas se le impuso a la empresa (siete de cada 10 pesos), el gobierno mexicano sorteó sus gastos y de funcionarios, políticos y líderes sindicales que comieron, pasearon, compraron y corrompieron hasta acumular más gastos que ingresos, más deudas que producción y mucho robo de combustible (huachicoleo).

La suma de ese derroche es una empresa en crisis.

Hoy por hoy Pemex tiene una deuda de $100 mil millones de dólares; una pírrica reinversión de sólo el 5% de sus ingresos y un sindicato todavía con muy altas prestaciones. Todo esto sin Canterell, el  principal yacimiento que por años parecía un pozo sin fondos, que está agotado.

“Pemex no puede seguir siendo manejado por criterios de la Secretaría de Hacienda“, advirtió Cuauhtémoc Cárdenas, líder predecesor de los dos principales partidos de izquierda en el país (PRD y Morena), cuyo padre fue el autor de la expropiación petrolera a empresas estadounidenses el 18 de marzo de 1936, hace 73 años.

Desde entonces y hasta el 2013, cuando se abrió la posibilidad de inversión privada, Pemex fue un monopolio de Estado que poco a poco cedió el refinamiento al extranjero hasta importar el 70% de su gasolina desde EEUU.

De las promesas de AMLO a la calificación “de riesgo”

El presidente Andrés Manuel López Obrador prometió rescatar a Pemex con una serie de medidas que incluye la construcción de refinerías para abastecer a un mercado interno demandante (es el quinto consumidor mundial de gasolina); el combate al huachicoleo e inyección de recursos extraordinarios.

Sin embargo, en febrero pasado las calificadoras que miden a nivel mundial el riesgo de inversión en las empresas (entre ellas Fitch y Standard and Poors), dijeron que el plan no era suficiente porque sólo sumaba $5,200 millones de dólares cuando se necesitan al menos $12 mil millones de dólares. Por ello, bajó la calificación de “estable” a “riesgosa”.

AMLO descalificó estas observaciones (con los respectivos riesgos de fugas de capital) y dijo que seguiría adelante con su plan.

Para más detalles, el subsecretario de Hacienda Arturo Herrera dijo que el gobierno estaría dispuesto a utilizar los “fondos de estabilización” ––que disponen actualmente de alrededor de 20,000 millones de pesos–– para liquidar directamente la deuda de Pemex.

“Estos fondos tuvieron su origen en la crisis de 2009. En general, se puede decir que entran en acción cuando, por alguna contingencia en los ingresos del gobierno, éste no puede disponer de los recursos para los que originalmente planteó su gasto o el de los estados. Es decir, son algo así como un ‘guardadito’”, explicó el analista financiero Carlos Mota.

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