¿Sabías que la miel nunca se descompone? Te decimos por qué

Perdura sin ser procesada y sin perder propiedades con el paso de los siglos gracias al enorme trabajo de las abejas

Crédito: Myriam Zilles /Pixabay

Crédito: Myriam Zilles /Pixabay Crédito: Myriam Zilles | Pixabay

La miel, es un preciado dulce elaborado por las abejas a partir del néctar de las flores que ha sido usado desde hace miles de años contra diversos males: resfriados, fiebre, fatiga muscular, estreñimiento, náuseas, enfermedades cardíacas, dolores de garganta, inflamaciones, heridas y quemaduras.

Hay registros del consumo de la miel desde hace 8 mil años aproximadamente, en las paredes de las cuevas de Araña en Valencia (España), se puede admirar en una pintura rupestre la famosa escena de la recolección de la miel, en la que se aprecia cómo un hombre colgado de unas cuerdas y con una cesta a la espalda, introduce un brazo en el interior de una colmena, mientras las abejas revolotean alrededor.

Otro ejemplo de que la miel es un alimento valorado desde la antigüedad se puede leer en la biblia “Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto, prometió llevarlos “a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel”.

En la miel se encuentran elementos como azúcares, aminoácidos, los taninos, la glucosa y los alcaloides, además de ser apreciada desde la antigüedad como alimento, tiene otra gran virtud, perdura sin ser procesada y sin perder propiedades al paso de los años, siglos y aunque parezca exagerado milenios.

Sabemos que se puede mantener por milenios tras el hallazgo de miel que se conservaba comestible en una tumba de Egipto que se remonta a 3000 años.

¿Cómo es posible que se mantenga sin caducar?

Porcentaje bajo en agua

El trabajo de las abejas es enorme, no solo recolectan el néctar, también lo “procesan” para que no se caduque.

La Universitat de València  explica que el néctar puede llegar a tener el 70% de agua, pero las abejas ventilan el panal con sus propias alas para hacer que el agua se evapore y disminuya a aproximadamente al 17%.

La cantidad de agua en la miel es un factor clave en el hecho de que no se estropee. La mayoría de mohos y bacterias no pueden crecer, ya que necesitan una actividad acuosa del 0.75, mientras que la miel es del 0.6.

Además las bacterias no logran hidratarse correctamente, imposibilitando que deterioren la miel.

Crédito: Myriam Zilles /Pixabay

Acidez

Muchas bacterias prosperan bajo condiciones neutras y no ácidas.

La miel tiene un PH 4 gracias a los ácidos que las abejas pasan a la miel, lo que le da propiedades antibacterianas.

Las obreras recogen el néctar de las flores, y lo almacenan en su estómago específico de miel. Las enzimas segregadas por las glándulas de las abejas se mezclan con el néctar, y comienzan la descomposición de la sacarosa del néctar en azucares más simples.

Una vez que la abeja obrera vuelve a la colmena, segrega la emulsión de néctar creada y la pasan a las abejas que estaba en la colmena y que continúan el trabajo. Una vez que se consigue la descomposición adecuada, las abejas depositan el néctar en el panal de la colmena.

Se cristaliza

Por su bajo contenido en agua, la miel tiende a cristalizarse y consolidarse, ya que la glucosa crea una disolución sobresaturada que acaba formando cristales pequeños que se traducen en una miel más sólida. Este hecho no significa que la miel no puede ser consumida, ni que aumente su deterioro, sino todo lo contrario.

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